25 de julio 2018
La agencia internacional de calificación de créditos, Moody’s mantuvo la categoría de ‘B2 estable’ a la economía nacional, a la vez que rebajaba las expectativas de crecimiento para el presente año, según un reporte publicado en su sitio web, titulado “Gobierno de Nicaragua: El Costo Económico de la Crisis Política es Negativo”.
Recuerdan que en junio disminuyeron su previsión de crecimiento de nuestra economía desde el 4.5% en que estaba, hasta el 2.0% que pasaba a ser su nueva estimación de crecimiento para 2018, “anticipando que el conflicto se resolvería en el tercer trimestre”.
Al anunciarse los datos de mayo, Moody’s espera que el crecimiento oscile entre -1.0% y 1.0% del PIB, (cercano a la estimación oficial que lo sitúa entre 0.5% y 1.5%), lo que en todos los casos implica una disminución de los ingresos fiscales en el año.
“El aumento de la presión política de los gobiernos de América Latina y Estados Unidos podría debilitar aún más la actividad económica, y conducir a una prolongada contracción económica”, reza el informe.
Al abundar en detalles, el Informe recuerda que el 17 de julio, el gobierno de Nicaragua informó que la actividad económica se había contraído 4.9% en mayo, (el primer mes completo desde que comenzaron las protestas), después de haber crecido 1.6% en abril.
A partir de ese desplome, la agencia calificadora advierte que “se espera que los ingresos del gobierno se verán afectados negativamente, hasta constituirse en un crédito negativo. Una combinación de condiciones financieras más restrictivas y un menor crecimiento económico, aumentaría significativamente la presión de liquidez”, argumenta.
El riesgo externo
“Si persisten las condiciones de violencia actuales, es más probable que el Congreso de Estados Unidos apruebe la NICA Act, lo que podría detener los préstamos multilaterales a Nicaragua”, indica el documento, que también refleja cuán dependiente es el país con respecto a los recursos de los organismos financieros multilaterales.
El primer problema es que Nicaragua no emite deuda en los mercados internacionales, por lo que “los bancos multilaterales de desarrollo (BMD), son la mayor fuente de fondos para el gobierno. Según el Banco Central de Nicaragua, el gobierno consigue alrededor del 70% de su financiamiento externo de instituciones multilaterales”, añade.
Aunque los multilaterales son típicamente apolíticos en este tipo de situaciones, “como en Venezuela por ejemplo… una mayoría de accionistas de los BMD, incluyendo Estados Unidos, podría denegar la aprobación de nuevos préstamos debido a los abusos de los derechos humanos” en el país, contempla.
Finalmente, advierte que “un entorno económico débil podría pesar fuertemente en el análisis de crédito de Nicaragua. A pesar que esperamos que el gobierno responda a una disminución de ingresos con una reducción de gastos, si persiste la contracción económica y disminuye el financiamiento de los multilaterales, las presiones de liquidez podrían crecer, desmejorando el perfil crediticio de Nicaragua”, insiste.