14 de julio 2018
Las ciudades de León, Chinandega, Estelí, Matagalpa y Bluefields se sumaron al paro nacional convocado por la Alianza Cívica por la Democracia y la Justicia, realizado el pasado 13 de julio. Sin embargo, no en todos los departamentos del país fue total.
En algunas ciudades como León, un 80 por ciento de los negocios cerraron, con excepción de ciertos tramos y comercios propios. Las cadenas de supermercados se unieron al paro convocado por la Alianza Cívica y el sector empresarial. No obstante, no fue total como el primer paro nacional, realizado el 14 de junio y calificado como “exitoso” por la Alianza.
La mayoría de negocios como gasolineras, supermercados, tiendas y tramos del mercado de este departamento decidieron cerrar sus negocios en este segundo paro nacional. Las calles permanecieron desoladas y con pocos transeúntes, según informes del periodista Eddy López, del medio “La Noticia Digital”.
Más al occidente del país, en el departamento de Chinandega, el panorama también fue desolado. Las unidades de transporte salían de la ciudad con entre 15 a 20 pasajeros. Los buses interlocales también carecieron de clientes: entre las 05:00 a. m. a las 07:00 a. m. solo habían salido tres unidades de transporte. Los conductores afirmaron que trabajarían hasta mediodía, pues estaban “perdiendo tiempo”.
“La afluencia de la gente es baja, igualita al primer paro que se realizó”, contó a Confidencial el reportero chinandegano Ricardo Espinoza.
En Granada, además del paro del 80 por ciento de los comercio de esta zona, la población realizó un cacerolazo como forma de protesta durante el mediodía.
Centro del país también paralizado
Juigalpa se sumó al paro este 13 de julio en medio de la tensión paramilitar. Un día antes, el viernes 12, se llegó a un “acuerdo” con las autoridades de la ciudad, en el cual estuvieron de testigos miembros de la Conferencia Episcopal, organismos de derechos humanos y la Comisión de Verificación y Justicia de la mesa del Diálogo Nacional, con el fin de “evitar más derramamiento de sangre”, pues desde horas tempranas, el tranque de Juigalpa estaba siendo asediado por paramilitares.
En el acuerdo se estipuló el desmonte del tranque “siempre y cuando se mantengan las garantías de seguridad para los manifestantes”. Rodolfo Silva, miembro de la sociedad civil que participó en los acuerdos, dijo a Confidencial que se espera el cumplimiento de las autoridades en el acuerdo pactado y que no haya “cacería de brujas” en la ciudad.
Por otra parte, Matagalpa permaneció 70 por ciento en paro. Sin embargo, al igual que la mayoría de las ciudades del interior, otra parte del área informal trabajó con “normalidad”.
Ciertos sectores como la banca cerraron operaciones ese día, alegando “medidas de seguridad”.
En Estelí, más del 90 por ciento de los negocios cerraron, con excepción de ciertos locales.
En Bluefields se reportó que el 50 por ciento de los negocios se sumaron al paro nacional, que tiene como fin presionar al presidente de Daniel Ortega y exigir su salida del poder.