La revuelta nicaragüense para destituir al presidente Daniel Ortega comenzó hace dos meses y medio. Los estudiantes universitarios iniciaron la “Revolución Cívica” llamada Movimiento 19 de Abril, pero pronto se unieron campesinos, activistas de la sociedad civil y varias organizaciones empresariales, así como grupos feministas, la comunidad LGBQI y miembros de los pueblos indígenas y afrodescendientes.
La costa del Caribe
Muchos de los pueblos indígenas y afrodescendientes de Nicaragua viven a lo largo de la costa del Caribe. Durante la Revolución Sandinista, (1979 a 1990), una parte de los miskitos y otros grupos costeños indígenas y afrodescendientes lucharon como contrarrevolucionarios en la guerra respaldada por los Estados Unidos.
En 1987, el Estado sandinista, entonces encabezado por Daniel Ortega, aprobó la Ley de Autonomía que establecía dos regiones políticamente autónomas: las Regiones Autónomas del Caribe Norte y Sur (RAAN y RAAS). La Ley de Propiedad Comunal fue aprobada en 2003, bajo la dirección del presidente del Partido Liberal Constitucionalista, Enrique Bolaños, y los territorios en las regiones autónomas comenzaron a recibir títulos de tierras.
Desde que el Frente Sandinista volvió al poder en 2007, el Gobierno de Ortega ha actuado para desmantelar la autonomía regional en la costa. Lo más descarado es que el Estado ha permitido que los colonos mestizos del Pacífico, las industrias extranjeras y los megaproyectos invadan y exploten los territorios de los bosques tropicales indígenas y afrodescendientes.
El FSLN, de igual forma, ha formado gobiernos territoriales paralelos compuestos por sandinistas recibidores de regalías, así como impuesto elecciones robadas, según se informa. Debido a esas injusticias, muchos pueblos indígenas y afrodescendientes de la costa caribeña quieren poner fin al régimen Ortega-Murillo.
El Movimiento del 19 de Abril (M19A)
A principios de abril de 2018 se desencadenó un incendio forestal en la Reserva Indio Maíz, provocada por un colono ilegal. Los residentes de la Región Autónoma del CaribeSur (RACS) se unieron a un incipiente y poco conocido movimiento de estudiantes en Managua, para protestar por el mal manejo por parte del Gobierno del incendio forestal en las áreas cercanas a la Reserva Indio Maíz.
Solo dos semanas después, los estudiantes protestaron por la reforma de la Seguridad Social y participaron grupos de la oposición en RAAS.
Bluefields, la capital de RAAS, se convirtió en noticia internacional el 21 de abril pasado. El periodista local Ángel Gahona fue asesinado por un disparo de bala en la cabeza mientras transmitía las protestas en Facebook Live. Otras marchas siguieron en Bluefields para protestar por el asesinato de Gahona, y el hecho que dos jóvenes Kriol (Brandon y Glen), falsamente acusados, fueron arrestados por su asesinato y ahora están detenidos en la cárcel La Modelo, en Tipitapa. Pobladores de la RAAS continúan participando en las marchas nacionales del Movimiento 19 de Abril.
Los residentes de la Mosquitia y otros de la Región Autónoma del Caribe Norte (RAAN) no se alzaron para protestar contra los recortes a la Seguridad Social a mediados de abril. Ellos afirmaron que la Seguridad Social no era su lucha, ya que no reciben pensiones como agricultores, pescadores y buzos de langosta. En la RAAN, solo el grupo Yatama hizo ruido al anunciar su apoyo al Movimiento 19 de Abril. Yatama luego estuvo en silencio durante dos meses, mientras el Estado desató el terror en la costa del Pacífico.
El silencio de dos meses de Yatama fue sorprendente, dado su estatus como partido político indígena regional que desafió el control del FSLN en la costa del Caribe. Además, una cantidad de miembros de Yatama eran antiguos guerreros contra, enemigos históricos de los sandinistas durante los devastadores años de guerra de Nicaragua en los años ochenta. Muchos residentes de la costa especularon que Yatama se mantuvo condescendiente, porque aún se estaban recuperando de su reciente paliza por parte del Frente Sandinista en las elecciones de noviembre de 2017.
Durante las protestas postelectorales de noviembre, los antimotines y paramilitares gubernamentales incendiaron la sede y la radio de Yatama y las Turbas (pandillas juveniles sandinistas) derribaron una simbólica estatua del guerrero indio, que se encontraba en el centro de la ciudad. Los agentes del Frente Sandinista luego amenazaron las vidas de los líderes de Yatama. La policía respaldó a los antimotines y a las Turbas y detuvo a más de 100 prisioneros políticos de Yatama en la cárcel de Bilwi, durante dos meses.
Cuando hablé por teléfono con el fundador y director de largo plazo de Yatama, Brooklyn Rivera, sobre las recientes protestas populares nicaragüenses, Rivera dijo: “Lloramos la pérdida de vidas durante las protestas, pero nos complace que las tácticas represivas del Frente Sandinista hayan sido expuestas en los medios nacionales e internacionales”.
Rivera se estaba refiriendo a la documentación de los ciudadanos de la costa del Pacífico -videos publicados en las redes sociales-, sobre los actos de violencia contra ciudadanos nicaragüenses que llevaron a cabo las fuerzas paramilitares progubernamentales. La tecnología había asestado un golpe devastador a las numerosas estaciones de noticias controladas por los sandinistas. Por primera vez, los videos revelaron el modus operandi del FSLN: ellos mintieron para confundir al pueblo, interpretaron el papel de víctima y culparon de la violencia imperante a la oposición. En la costa del Caribe, el Frente Sandinista había utilizado, con éxito, esas tácticas contra Yatama durante años.
El paro nacional
Brooklyn Rivera anunció que Yatama se uniría, el 14 de junio, al Paro Nacional (movimiento nacional) convocado por el Movimiento del 19 de Abril y planeó una marcha en Bilwi.
Le pregunté a Rivera por qué había planeado la marcha el día del paro y él comentó: “Queremos mostrar solidaridad con el movimiento estudiantil y el derecho de todo ciudadano a protestar pacíficamente”.
El mismo día de la marcha, en el parque central de Bilwi, el Frente Sandinista de Liberación Nacional llevaba a cabo una sesión de oración por la paz. Los manifestantes de Yatama afirmaron que a medida que se acercaban al parque, las pandillas juveniles sandinistas, o Turbas, comenzaron a tirarles piedras. El conflicto se intensificó y más tarde, pandillas no identificadas saquearon restaurantes que son propiedad de antiguos y actuales funcionarios del Gobierno de Ortega, así como edificios de oficinas del FSLN. Para el final del día, tres residentes de Bilwi murieron por heridas de bala y muchos más, heridos. Ambos lados, los sandinistas y yatamas, se culparon unos a otros.
Carlos Rivas, presidente de la MAIA (Miskitu American Indian Association), me comentó por teléfono: “El Partido nacional, el Frente Sandinista de Liberación Nacional, controla los medios de comunicación, ellos lo controlan todo, incluso pueden fabricar pruebas contra Yatama. Siempre, se culpará a Yatama, pase lo que pase”. Rivas agregó: “Los sandinistas incluso se visten con camisetas de Yatama que han confiscado”.
En la tarde del 14 de junio, fuerzas paramilitares progubernamentales respaldadas por la policía se acercaron a la Casa Yatama, con la intención de quemarla, una vez más. Los paramilitares retrocedieron después de ver a excombatientes armados esperando en el patio. Una campaña local del FSLN en las redes sociales comenzó a criminalizar a los líderes de Yatama, llamándolos “asesinos”. Operarios anónimos del FSLN amenazaron con matar a los líderes de Yatama e incendiar sus hogares.
Esos actos de terrorismo político salieron directamente del manual del dictador. Sin embargo, en la costa del Caribe, el FSLN estaba perpetrando actos violentos y represivos contra pueblos indígenas y afrodescendientes, cuyos derechos son reconocidos internacionalmente. Los grupos internacionales de derechos indígenas y derechos humanos que representan a los pueblos costeros del Caribe podrían movilizarse para ayudar al Movimiento 19 de Abril a derrocar el régimen de Ortega-Murillo y a redemocratizar a Nicaragua.
Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH)
El último informe de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) encontró que las antimotines más fuerzas paramilitares armadas por el gobierno, y las Turbas (pandillas juveniles sandinistas o Juventud Sandinista) asesinaron a más de 200 ciudadanos, hirieron a más de mil y han hecho desaparecer a otros cientos.
El Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA) publicó su informe el viernes 22 de junio, respaldando los hallazgos de la CIDH (Comisión Interamericana de Derechos Humanos) como órgano independiente y autónomo de la OEA. La CIDH concluyó que el Estado nicaragüense había cometido graves abusos contra los derechos humanos de sus ciudadanos. El gobierno de Ortega negó los cargos y lo innegable: el recuento de cadáveres. Negar esas acusaciones era una forma de represión del Estado sandinista y una obvia manipulación psicológica del pueblo.
*La autora es antropóloga. El artículo se publicó originalmente en Havana Times