30 de junio 2018
Decenas de miles de ciudadanos participaron de la ‘Marcha de las Flores’, concebida para honrar la memoria de una veintena de menores fallecidos producto de la represión del régimen de Daniel Ortega y su esposa Rosario Murillo, a lo largo de más de diez semanas. La jornada terminó con diez heridos de bala y un fallecido luego que una parte de la marcha pacífica fue agredida a balazos por un grupo de irregulares que el día viernes habían invadido un terreno de 13 manzanas de extensión ubicado sobre la pista Jean Paúl Genie, propiedad del Grupo Coen.
Otra vez grupos armados asociados al régimen de Daniel Ortega atacaron una multitudinaria marcha pacífica. En el ataque ocurrido sobre la pista Jean Pual Geniel fue herido Luis Ortiz Martínez, quien falleció luego en el hospital Vivian Pellas.
https://twitter.com/PiruloAr/status/1013195629126922240
El primer ataque sucedió a las 9:30 de la mañana en las inmediaciones de la Universidad Nacional Autónoma (UNAN-Managua), tomada por los estudiantes desde hace semanas. Dos patrullas policiales abrieron fuego contra la barricada ubicada cerca de la entrada al reparto Lomas de Monserrat, al norte de la rotonda Rigoberto López Pérez.
Universitarios relataron a Confidencial que a esa hora estaban recibiendo donaciones de víveres cuando los oficiales dispararon desde las patrullas. Isaías Emilio Portocarrero, de 20 años de edad y originario de Masatepe, recibió un disparo en la cabeza.
A Portocarrero lo conocían en la trinchera Arlen Siu de la UNAN-Managua como “el gato”. El joven era nuevo en la resistencia universitaria. Apenas hace tres días se había incorporado a las trincheras.
Portocarrero fue trasladado al Hospital Vivian Pellas, donde fue atendido de urgencia. Sin embargo, fuentes médicas corroboraron a Confidencial que había poco qué hacer por él. Su cuadro clínico era reservado y pronto cayó en muerte cerebral. “Probablemente este joven morirá”, dijo uno de los doctores.
Un par de horas más tarde, después que la noticia del ataque a la UNAN-Managua ya era conocida en la marcha, los manifestantes decidieron abandonar el concierto que brindaba Carlos Mejía Godoy en la rotonda Jean Paul Genie y enfilarse hacia la universidad.
Alrededor del 40% de los manifestantes se desgranaron. Pero no llegaron muy lejos. 600 metros al oeste fueron atacados con armas de fuego por los toma tierras amparados por el gobierno, quienes este viernes tomaron el terreno propiedad del Grupo Coen.
https://twitter.com/PiruloAr/status/1013126635246227456
Los manifestantes recularon en un primer momento, pero luego le hicieron frente al ataque. Consiguieron arrinconar a los tomas tierras quienes siguieron efectuando disparos. Sin embargo, antes de conseguirlo, varios de ellos fueron heridos. Harold Soza, paramédico de la brigada de intervención rápida, atendió junto a su equipo a nueve heridos de balas.
La mayoría de los heridos eran jóvenes, incluida una mujer, quienes fueron trasladados al Vivian Pellas. Los ciudadanos aseguraron que el ataque se recrudeció luego que tres camionetas Hi-Lux llegaron a reforzar a los toma tierras. El equipo de Confidencial, sin embargo, no pudo corroborar dicha información.
Lo cierto es que luego de esa denuncia, una motocicleta trajo a uno de los heridos más graves de la jornada a las afueras del parqueo de Galería Santo Domingo, donde los paramédicos estaban brindando atención de primeros auxilios. Luis Ortiz Martínez falleció luego de haber entrado en muerte cerebral.
Fuentes en #Nicaragua informan haberse recibido hoy a 11 heridos en hospital Vivian Pellas. 2 de ellos eatan en cuidados intensivos (1 estudiante de la UNAN y 1 de la Marcha de las Flores). #MESENI yá está en hospital para acompañar y registrar a la situación y a las victimas.
— Paulo Abrāo (@PauloAbrao) June 30, 2018
El equipo del Meseni de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) se trasladó al Vivian Pellas para conocer la situación de los heridos, y confirmaron también las dos muertes cerebrales. La CIDH urgió hoy al Estado de Nicaragua a garantizar la vida de las personas que se manifiestan a favor o en contra del Gobierno del presidente Daniel Ortega.
La "CIDH está recibiendo información sobre disparos contra manifestantes de (la opositora) "Marcha de las Flores" en Managua, Nicaragua. Información provisional indica al menos 3 heridos", indicó ese organismo a través de Twitter. "CIDH urge enfáticamente a Estado de Nicaragua a garantizar vida e integridad de todos los manifestantes", agregó.
La tensión continuó pasado el mediodía en la zona de Galerías Santo Domingo y en Villa Fontana, por los portones traseros de la UNAN-Managua.
Esta no es la primera vez que fuerzas armadas ligadas al gobierno de Ortega atacan una marcha pacífica. El 30 de mayo oficiales y paramilitares apuntaron sus fusiles a “la madre de todas las marchas”, desencadenando la masacre del día de las madres.
Los ciudadanos lograron capturar y neutralizar a uno "de los toma tierras" que abrió fuego. El hombre dijo que le prometieron un "pedazo de tierra", y que habita en el barrio María Auxiliadora.
La crisis socio-política deja en Nicaragua más de 212 muertos, según la CPDH. Aunque organismos como la Asociación Nicaragüense pro Derechos Humanos (ANPDH) señalan 286 asesinados.
"Una vez más somos atacados en medio de una demostración de protesta cívica. Esto ya no puede continuar, el pueblo les dice: ¡Basta!", expresó la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia.
Ciudadanos vuelven a las calles
La marcha en sí, permitió que los ciudadanos reforzaran su compromiso con la lucha por lograr la salida del régimen, especialmente después que fuerzas leales a Daniel Ortega reprimieran a balazos la Marcha del Día de las Madres, llamada también ‘la Madre de todas las Marchas’, con el resultado de veinte muertos y centenares de heridos.
Los ciudadanos mostraron su creatividad de diversas maneras: desde el grupo de jóvenes que diseñó un ‘morteraka’ (un mortero con forma de fusil AK), a doña Giselle Cerda, que marchó cargando lo que parecía un pequeño ataúd pintado de negro.
“Esto representa el asesinato a toda la niñez nicaragüense que ha sufrido, está sufriendo y seguirá sufriendo, porque los niños han sido limitados para jugar, para salir a las escuelas, para movilizarse, y aunque tienen derecho a ser felices, están siendo acribillados, están siendo asesinados… sin ninguna razón de ser”, explicó.
Por su parte, Álvaro Calderón decidió vestirse con una toga y un mazo de juez, y salir con las manos amarradas mientras exigía “justicia por Nicaragua. Justicia para el pueblo nicaragüense. Para todas las ciudades que están siendo agredidas ahorita. Queremos que se vaya el gobierno y que la democratización comience pronto”, porque “nueve meses es mucho tiempo”, consideró.
La marcha fue también un espacio en el que los dolientes aprovecharon para reiterar su reclamo a las autoridades estatales que se han abstenido de investigar los crímenes de sus parientes.
Una de ellas fue doña Francis Mejía, esposa de Marlon Orozco, asesinado el 24 de mayo frente al bar El Madroño. Ella también exigió “Justicia para todos los caídos, y también para mi marido, que lo mataron, cuando vieron que en el vehículo traía una bandera de Nicaragua. Lo persiguieron, lo persiguieron, hasta que lo agarraron y lo mataron”, revivió.
Otra es doña Elea Valle, cuyo dolor comenzó antes, un 12 de noviembre, cuando tropas del Ejército mataron a sus dos hijos menores de edad, en lo que después se trató de justificar como una operación en contra de delincuentes comunes.
“Yo me uno con todas las madres a las que les han asesinado a sus hijos. He regado lágrimas porque soy madre, y me asesinaron a mis hijos. Yo sigo esperando justicia, que se haga justicia por mis hijos, y no me canso. Seguiremos hasta que se vayan. No nos rendiremos por nada”, prometió.
Otros como doña Miriam Matus Alemán, (la abuela que regaló el agua que vendía a las madres y ciudadanos que protestaban durante una de las primeras jornadas del Diálogo Nacional), no tienen deudos que lamentar, pero aun así “no tengo paz en mi corazón. Yo sufro. Yo lloro. Yo no como. Me despierto sobresaltada sin saber qué va a pasar, pero sé que habrá justicia, por el divino Señor que tenemos en el cielo”, confió.