21 de junio 2018
El sector privado debe usar con mayor intensidad las herramientas de que dispone para elevar la presión sobre el régimen, arriesgando su dinero de la misma forma en que el pueblo arriesga su vida, salud y tranquilidad en los tranques, las marchas, y hasta en el Diálogo, opinaron tres estudiantes que integran la Coalición Universitaria, entrevistados en el programa de televisión Esta Noche, que se transmite por Canal 12.
“La población ha estado presionando bastante en diferentes formas, pero los que no se han pronunciado de manera suficientemente fuerte, son las organizaciones de la empresa privada”, en opinión de Ramón González, estudiante de la Universidad Nacional Agraria (UNA), y uno de los voceros de esta agrupación en el Diálogo Nacional.
“Es cierto que ellos aportaron mucho cuando se hizo el paro nacional, y él [Ortega] tuvo miedo cuando vio la respuesta del pueblo al paro, pero si ellos presionaran un poco más por el lado económico, (no olvidemos que Ortega tiene muchas empresas y negocios en Nicaragua), esto sería otra historia”, añadió.
“El pueblo ha presionado, con las marchas, los tranques, y ha hecho que se escuche su voz. El pueblo nicaragüense mantiene firme la presión en contra de Ortega y Rosario Murillo, así que la empresa privada puede presionar más de lo que lo ha hecho”, insistió.
A su lado, Lyris Solís, estudiante de la Universidad Nacional de Ingeniería (UNI), y una de las voceras de la Coordinadora Universitaria por la Justicia y la Democracia (CUJD), sostiene que “la consistencia de la presión que ejerza el pueblo”, serán determinantes para lograr que la pareja presidencial deje el poder.
“Hay distintas maneras de hacer presión: a través del Diálogo, en las calles, los tranques y las marchas. Si todo eso se da al mismo tiempo y se mantiene, ejercerán la presión adecuada para que ellos, que están acorralados, terminen de salir del poder”, aseguró.
Adelantar elecciones, pero sin Ortega
Los jóvenes explican que, en general, no tienen aspiraciones políticas (en realidad, partidarias), más allá de expulsar al orteguismo del poder… y del país. De paso, también recuperar la Autonomía Universitaria.
Jonathan López, estudiante de Economía de la UNAN Managua, y también vocero de la CUJD, asevera que “nuestro movimiento no tiene aspiraciones políticas, [aunque] quisiéramos que en el futuro haya representación de alguien elegido por los estudiantes, al momento de tomar decisiones que tengan que ver con la nación”.
González explica que “la UNA está en contra de los partidos políticos y en contra de los políticos. No tenemos fines partidarios. Solo luchamos por tener una Nicaragua libre”, declaró.
El universitario opina que el país puede ser convocado a un proceso de elecciones anticipadas, pero sin Ortega en el poder, “y hay base legal para eso. Las elecciones se pueden hacer hasta en marzo, pero él tiene que salir antes del poder”.
Insiste, recordando la tesis de Lésther Alemán, que “esta no puede ser una mesa de negociación donde se negocia y se cede… desde que Ortega comenzó a matar. Aquí lo único que se va a aceptar es la salida de ambos, y la renuncia de todos los diputados, porque también son responsables de todo lo que está pasando”, sentenció.
“Los recintos de la Universidad Agraria mantenemos nuestra posición de solicitar elección de nuevas autoridades: rector, vicerrector, decanos, y representantes de UNEN”, adelanta González.
López por su parte, recuerda que al inicio, “la toma de la universidad fue más que todo una medida de protesta contra nuestras autoridades internas”, lo que demostró estar plenamente justificado cuando los antimotines dispararon al interior de la UNA el 19 de abril, o cuando se encontraron que sus rectores estaban en la mesa del Diálogo, pero representando al Gobierno, todo lo cual los sacó de la “apatía indignante” en que vivían.
“Nuestra lucha ahora desde nuestros recintos, es hacer presión, tanto a las autoridades de la UNAN, como a las autoridades de la nación”, añadió.
González detalla que “si la UNEN se va a mantener, que esté encabezada por verdaderos líderes. En la UNEN de la Universidad Agraria hay personas cuyo nivel académico es demasiado bajo, como este muchacho Andino que está en la mesa del Diálogo: tiene muchos años de estar estudiando en la UNA, y eso no es para un universitario”, consideró.
Balas contra morteros
Los nicaragüenses han dado muestras de un ansia de libertad y un heroísmo difícil de entender, en especial cuando se enfrentan a las balas asesinas armados de tiradoras y morteros, sabiendo que “un mortero no puede combatir contra un arma de fuego. Es imposible, porque un mortero es un arma defensiva”, explica González.
Esa desigualdad tremenda explica la necesidad de construir tranques, “porque es la única barrera que nos defiende contra las armas, aunque no sean tan efectivos. Los morteros son nuestras armas para enfrentar la represión que vivimos. En lo personal, creo que el gobierno está dando sus últimas patadas de ahogado. Ellos saben que están llegando a su final. La gente también lo sabe, y por eso seguimos en pie y luchando”, graficó.
“Nosotros sabemos que el régimen Ortega - Murillo está acabando su ciclo, y por eso seguiremos luchando, porque el sueño de toda Nicaragua es volver a ser un país libre donde no haya represión, donde cualquiera pueda salir a la calle y expresar lo que no le gusta, sin temor a ser reprimido por ningún gobierno ni por ninguna fuerza policial”, declaró el universitario.
Si bien no rechaza el papel que juegan los morteros en la resistencia en contra del dictador y sus hordas, López define que “nuestra defensa principal es el pueblo. Contamos con el apoyo de los pobladores. Más allá del mortero, está la capacidad y el apoyo de las personas”, reconoció.