14 de junio 2018
Mientras cientos de pobladores de Diriamba enterraban al joven Marcos Antonio Villalobos, cantando el himno nacional, unos 40 policías abandonaban vestidos de civil la estación policial de ese municipio. A penas un par de horas después, la delegación fue tomada y quemada parcialmente por los manifestantes, en el segundo día consecutivo de ataques en contra de los municipios de Carazo, incluyendo su ciudad cabecera de Jinotepe, donde el martes también fueron asesinados dos ciudadanos, y otros cuarenta resultaron heridos.
“Empezaron a salir uno a uno, se les vio llevarse papeles y también algunos presos, unos cinco”, relató a Confidencial una de las vecinas del lugar.
#Urgente En estos momentos se incendia la estación policial de #Diriamba, en Carazo, que horas antes fue abandonada por los oficiales. Reporte de @Lunacero para @confidencial_ni pic.twitter.com/lO0IBbqRze
— Confidencial Nicaragua (@confidencial_ni) June 13, 2018
Previo al entierro de Villalobos, decenas de pobladores anunciaron que se tomarían la delegación en respuesta al asesinato del joven de 25 años. Concluida su sepultura, se dirigieron a la estación policial para cumplir su advertencia. “Nunca pensamos que habrían huido como cobardes tras matar a nuestro compañero”, aseguró uno de los manifestantes autoconvocados.
Varios de los policías que se mantenían en la delegación dejaron sus vestimentas y huyeron al saber que los atacarían. “Lo que estamos aquí es pidiendo justicia, aquí nadie se está robando nada”, aseguró el joven tapado con un pasamontaña.
Sorpresa con abandono de la delegación
Los sacerdotes César Alberto Castillo, Davis López y Santiago López, en junto con los frailes franciscanos de la ciudad, mediaron durante todo el día para tratar de restablecer la paz en el municipio. Los religiosos conversaron con la Comisión Permanente de Derechos Humanos (CPDH) y el jefe de la Policía de Diriamba, comisionado mayor Javier Gutiérrez.
“En la reunión el jefe policial nos aseguró que ellos no querían reprimir a nadie, pero que estaban listos para defenderse de ataques”, explicó César Alberto Castillo, párroco de la Basílica Menor de San Sebastián.
Sin embargo, se sorprendió cuando horas más tarde los oficiales abandonaron la delegación policial. “Creo que al final fue una buena decisión porque evitaron matar a más gente y proteger también sus vidas”, valoró.
Fuentes que participaron en la mediación aseguraron a Confidencial que varios de los policías pidieron apoyo para darse de baja y renunciar a las filas de la Policía Nacional. Sin embargo, Castillo asegura que durante la reunión “no se habló de esa posibilidad”.
El párroco explicó que desde que iniciaron las protestas, la Policía de Diriamba no había agredido a nadie “como debe ser”, pero tras el ataque de los antimotines y paramilitares, registrado el martes en Jinotepe, los ánimos se caldearon.
Arquidiócesis vuelve a lamentar la violencia
El padre Castillo y varios integrantes del Movimiento 19 de abril, en la localidad, intentaron impedir la destrucción de las instalaciones policiales abandonadas, pero un grupo “no quisieron mediar” y quemó la delegación.
Los pobladores detallaron que unos veinte reos quedaron en la estación, tras la huida de los oficiales. Sin embargo, estos fueron liberados por los manifestantes y familiares.
Junto a la estación policial se encuentra una oficina del Ministerio Público que también fue quemada por pobladores.
Un comunicado de la Arquidiócesis de Managua lamentó nuevamente la violencia vivida en Diriamba e informó que los sacerdotes “han estado mediando con la población para que no incendien la estación de la policía y la misma población ha regresado algunas cosas que fueron sustraídas de esta estación policial”.
“Se empezó a hacer un inventario de materiales de oficina, motocicletas y otras cosas de la estación policial, porque algunos jóvenes se comprometieron a no destruirlos y los cuidaríamos”, declaró Castillo.
Pero horas después “grupos de jóvenes intransigentes” llegaron a exigir que se les entregara de nuevo y “no nos pudimos hacer responsables”. Esto ocurrió poco después de las seis de la tarde, cuando para entonces ya se reportaban nuevos enfrentamientos en Jinotepe. Al filo de la medianoche, los jóvenes autoconvocados reportaban un ataque al tranque ubicado cerca del Colegio San José.
“Los sacerdotes de este pueblo le han informado que antimotines y grupos paramilitares han iniciado un ataque violento que atentan contra la vida de las personas. El señor Cardenal Leopoldo Brenes hace un llamado a las autoridades y a la Policía Nacional a no seguir con los ataques en contra del pueblo”, indica el mensaje.
En varios puntos de Carazo, decenas de pobladores reportaron balaceras y ataques policiales. En Dolores y Jinotepe también denunciaron que una avioneta sobrevoló las ciudades tirando gases insecticidas, como se asegura que ocurrió semanas atrás en Masaya. Sin embargo, este tipo de ataques aún no se ha comprobado, debido a la falta de las documentaciones y evidencias correspondientes.