El Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh), confirmó 146 muertos, tras el repunte de la represión oficial este fin de semana, cuando el comandante Daniel Ortega “reflexionaba” sobre la propuesta de los obispos para democratizar el país y negociar la salida pacífica de su régimen. La cifra, además, continúa creciendo, con dos nuevos fallecidos durante el ataque de esta madrugada en Jinotepe, mientras aún no ha habido respuesta de parte de Ortega, ya vencido el plazo de las 48 horas.
Aún antes de caducar ese tiempo establecido hubo represión en Jinotega, Matagalpa, Masaya y Managua. Los antimotines en conjunto con los paramilitares sembraron terror y balas en la ciudadanía, que este lunes arribó a ocho semanas interrumpidas de rebelión cívica.
Al menos siete asesinatos se registraron hasta el domingo sin incluir los ocurridos este lunes, incluidos policías en Mulukuku y Managua. Luego de que las fuerzas de choque y la Policía reventaran de forma bárbara el tranque ciudadano en Las Maderas, el asedio armado persistió este lunes en esa localidad situada a 50 kilómetros de Managua.
ÚLTIMO MOMENTO
Habitantes del barrio Santa Rosa, en Managua, denuncian incursión de grupos policiales y paramilitares. La misma tónica: entraron en camionetas y disparando a mansalva. No se reportan heridos. pic.twitter.com/WYorxkoxJ4— Maynor Salazar (@Maynorsalaz) June 12, 2018
Los paramilitares tomaron el control del tranque y, con ayuda de miembros del Frente Sandinista de Las Maderas, ingresaron a las casas de quienes identifican como “los organizadores” de la protesta cívica. “Estamos encerrados porque las turbas andan detrás de todos. Al menos veinte chavalos huyeron por vereda”, dijo una de las vecinas, que por seguridad pidió anonimato. Los paramilitares balearon y asaltaron una de las casas en la que se cocinaba parte de la comida para abastecer el tranque ciudadano.
“Es una operación limpieza casa a casa. Una cacería de brujas”, señaló Gonzalo Carrión, director jurídico del Cenidh. “Es una lógica de pirámide que viene desde los supremos responsables de la matanza”, aseguró el defensor de derechos humanos en referencia a la pareja presidencial.
Ataque de paramilitares
Los paramilitares tuvieron mayor preponderancia en los ataques este lunes en Managua. Los barrios orientales de la capital (El Edén, San Luis, María Auxiliadora, Larreynaga, El Paraisito entre otros) sufrieron el acoso de las fuerzas de choque, quienes acarreados en camionetas, abrieron fuego contra las trincheras levantadas por los ciudadanos.
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Este lunes por la tarde, un grupo de mujeres descansaba en una esquina del barrio María Auxiliadora, en Managua. Todas, sin excepción, habían ayudado a levantar la barricada que la Policía Nacional y grupos paramilitares, derribaron la mañana de este lunes en una violenta incursión a bordo de camionetas. “No tenemos miedo”, afirmó una de ellas. “Si la botan cinco veces, pues cinco la levantamos”, aseguró otra.
La pared de una casa esquinera es la prueba fehaciente de la represión de los grupos armados. Esta tiene más de cinco agujeros, todos provocados por disparos de bala. Una señora, presurosa, mostró a CONFIDENCIAL su mano con al menos cinco proyectiles que quedaron en la calle. “Nos querían matar, los chavalos se estaban defendiendo con piedras y ellos tiraban con aka, con muchas armas”, expresó.
Los paramilitares, respaldados por los oficiales, llegaron armados muy temprano en la mañana, y su objetivo fue eliminar las barricadas ubicadas en los barrios María Auxiliadora, El Paraisito, El Edén y Larreynaga. Lo hicieron a bordo de “quince camionetas”, “tres patrullas” y varias motos.
Aunque el objetivo fue cumplido, por la tarde, los pobladores de estos barrios trabajaron unidos para levantar no solo las barricadas que destruyeron los paramilitares y policías, sino, para acomodar más adoquines y resguardar cada una de las calles del sector.
“Lo hacemos para protegernos de los ataques de las turbas, porque esos nos quieren robar. Aquí a la media cuadra robaron en dos casas. Y también porque apoyamos la lucha del pueblo. Ya estamos cansados de tener un presidente dictador”, afirmó otra de las mujeres.
Otra forma de protesta
El domingo una multitudinaria caravana azul y blanco recorrió esos barrios y la respuesta de los vecinos fue de apoyo y de condena al régimen Ortega-Murillo. Tras el pase de los vehículos auto convocados, los pobladores de los barrios orientales erigieron barricadas de adoquines para protegerse de los asesinatos, robos y saqueos que las hordas perpetran por las noches. La respuesta al atrincheramiento fue el ataque paramilitar quienes portaban armas de alto calibre.
“La gente salió masivamente a saludar caravana. Este ataque se interpreta como una respuesta de terror del Estado como castigo y una señal tan violenta que denota el mensaje de que están dispuestos a matar a quien sea”, dijo Carrión en el programa Esta Noche.
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Para Carrión, el hecho de que los paramilitares usen arma de alto calibre atañe una responsabilidad directa a la Policía Nacional y el Ejército de Nicaragua, las únicas instituciones que “tienen el control” de estos fusiles de guerra.
El defensor de derechos humanos criticó a las instituciones armadas quienes antes de esta crisis sociopolítica perseguían y asesinaban en el campo a supuestos delincuentes por portar estas armas de alto calibre.
“El Ejército dice en su Libro Blanco que mataban bajo el argumento de que andaban armados con fusiles de guerra y bajo el otro argumento de delincuencia común. ¿Cómo se explica que civiles anden impunemente con armas de guerra?”, cuestionó Carrión. “Ya hemos visto francotiradores en el Estadio de béisbol”, agregó.
Carrión resaltó la responsabilidad del Estado de Nicaragua, administrado por Daniel Ortega, frente a los paramilitares. Según él, responden a una estructura criminal sin importar si son retirados de guerra, policías vestidos de civil o civiles armados.
“¿Qué tipo de fusil usan los francotiradores? Son de alta precisión y potencia. ¿Quién tiene el control de esas armas? ¿El inventario de las AK como las que aparecen en Estelí?, ¿quienes son?”, preguntó el director jurídico del Cenidh. Carrión destacó que existen "expresiones del Estado para imponer terror indiscriminadamente” en el país que está insurreccionado.
La mañana de este lunes una trabajadora de la librería Hispamer resultó herida de bala cuando unos motorizados abrieron fuego a mansalva cuando barría la acera oeste del edificio. “Hispamer ha sido un centro de pensamiento y de expresión lo que te dice que también hay represión selectiva además de la colectiva”, subrayó Carrión.