21 de abril 2018
Después de tres días de protesta nacional, diez muertos, decenas de heridos, una represión conjunta de la Policía Nacional y las turbas sandinistas, y varios Árboles de la Vida’ quemados, la vicepresidenta Rosario Murillo informó que el gobierno del comandante Daniel aceptó volver a la mesa para renegociar las reformas a la seguridad social que causaron el estallido social. Sin embargo, horas después de este llamado al diálogo Ortega envió al Ejército a Estelí, uno de los focos de las protestas contra el Gobierno.
La primera dama irrumpió en los canales oficialistas a las 9:30 de la noche de este viernes al mismo tiempo que en las calles de Managua y otras ciudades (en especial León y Chinandega) los disturbios alcanzaron niveles de violencia considerables.
Murillo dijo que aceptaban “el llamado” del Consejo Superior de la Empresa Privada (Cosep) a “reinstalar la mesa de diálogo”, después que el presidente de ese gremio empresarial encabezara por la tarde una conferencia de prensa en la que convocó a una marcha nacional el próximo lunes en Managua.
“En el modelo de diálogo se discutirán todos los temas, incluso este tema de la seguridad social, ponerlo en la mesa, escuchar todas las voces y seguir trabajando las propuestas. Seguir trabajando esas propuestas”, afirmó Murillo. Según ella, “el diálogo” sobre estas reformas al régimen del Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS) “no son propuestas concluidas”, pese a que el comandante Daniel Ortega las oficializó con su firma en La Gaceta.
“Recordemos que no son propuestas concluidas, es solo una resolución de la directiva del INSS, pero no son propuestas concluidas todavía. No hay una conclusión o una determinación conclusiva, es una propuesta que se puede seguir trabajando”, insistió Murillo sin mencionar --en ningún momento de la arenga-- el decreto presidencial 03-2018 publicado el pasado miércoles.
El presidente del consejo directivo del INSS, Roberto López, dio a conocer las reformas el pasado lunes por medio de una resolución que aumentaba las tasas de cotización tanto para empleadores como para trabajadores, y, además, el impuesto de 5% a las pensiones. El comandante Ortega revalidó lo expuesto por López en el decreto presidencial, pero Murillo no mencionó si el decreto ya fue o será derogado para reinstalar “el diálogo”.
“Ni la empresa privada ni el Gobierno ha interrumpido o a dado por concluido (el diálogo), al acoger ese llamado estamos partiendo de que en la mesa de encuentro, de diálogo, de consensos o búsqueda de consenso estará también este tema de la Seguridad Social”, insistió la vicepresidenta.
Murillo anunció que el comandante Daniel Ortega —que no dio la cara públicamente al país durante estos tres días de protesta nacional y represión—comparecerá este sábado junto a los miembros del Estado Mayor del Ejército y la Jefatura de la Policía Nacional.
“Creo que estas palabras, este anuncio de nuestro Presidente, esta voluntad y este compromiso que ratificamos esta noche tiene que llegar a los corazones de todos los nicaragüenses, de las madres de familia, de los jóvenes, de los trabajadores, las trabajadoras, a los hogares nicaragüenses tiene que llegarles la calma y la seguridad de que vamos adelante trabajando juntos, dialogando juntos, buscando soluciones juntos como hemos hecho todos estos años”, redundó Murillo.
El símbolo es quemado y cae
En Managua, las protestas ciudadanas fueron violentas en distintas universidades. Pero el foco más represivo se formó entre la Universidad Nacional de Ingeniería (UNI) y la Catedral Metropolitana de Managua. Decenas de universitarios se enfrentaron al avance de los antimotines por la mañana. Hubo una pausa durante el mediodía y el inicio de la tarde. En ese lapso los manifestantes incendiaron algunos ‘Arboles de la Vida’ plantados sobre la Avenida Tiscapa.
Los manifestantes lograron botar una de las pesadas estructuras de metal, cuyo costo es de 35 mil dólares por unidad, en una acción que resultó simbólica al impactar contra el pavimento: Quemaban y botaban el símbolo del gobierno Ortega Murillo.
Las fuerzas antidisturbios arremetieron por la tarde contra los estudiantes atrincherados en la UNI. Los estudiantes denunciaron violencia desmedida. A eso de las cuatro de la tarde, las turbas de la Juventud Sandinistas entraron en acción. Fueron reconcentradas en el nuevo Estadio Nacional Dennis Martínez y se lanzaron contra los universitarios. Hubo caos con su intervención violenta, ya que fueron señalados disparar a mansalva con armas de fuego.
Mientras esto sucedía en la UNI, la Catedral Metropolitana de Managua abrió sus puertas a los jóvenes del movimiento #SOSInss para que la ocuparan como centro base para acopiar víveres y atender los heridos que causaba la represión de los antimotines, quienes dispersaron a punta de bombas lacrimógenas, golpes y disparos con balas de goma los plantones autoconvocados.
https://twitter.com/PiruloAr/status/987399028643164166
Estudiantes de diferentes universidades llevan y reciben víveres de parte de la población. Han acomodado los insumos dentro de la catedral, formando dos montañas de botellas de agua y comidas conseguidas a través de la solidaridad.
Desde horas de la mañana, los efectivos antimotines asediaron a los más de 400 jóvenes que se atrincheran en el templo católico. El obispo Silvio Báez denunció que la Policía quiso ingresar a la catedral.
La Policía ha querido entrar al recinto de la Catedral de Managua donde se han refugiado algunos de estudiantes pacíficamente y están recibiendo víveres de parte de la gente.
— Silvio José Báez (@silviojbaez) April 20, 2018
Los jóvenes se organizaron para enviar camionetas cargadas de víveres al histórico barrio de Monimbó, donde los ciudadanos mantienen la protesta. “¿Quiénes tienen camioneta? ¿Carros?”, preguntaba una joven cuya voz era amplificada por los parlantes que usualmente son usados para las homilías.
La idea de los jóvenes era enviar varios vehículos a Masaya, pero no “tan pesados para que la policía no nos intercepte”. Los ciudadanos denunciaron que la Policía Nacional decomisó víveres en las calles de forma violenta.
SE ESTAN ROBANDO LOS VÍVERES. pic.twitter.com/smlHQ4UvrF
— Roberto (@_Sobrio) April 20, 2018
CONFIDENCIAL constató tres estudiantes heridos que fueron atendidos por otros jóvenes estudiantes de medicina durante los enfrentamientos.
Por la tarde, tras la represión en la UNI, una multitudinaria marcha de ciudadanos partió desde la sede de la empresa Movistar, en Carretera Masaya, hacia la Catedral. Eran más de ocho mil personas que superaban por mucho a las turbas oficialistas apostadas en la Plaza de las Victorias. La marcha llegó hasta Metrocentro, donde los antimotines la dispersaron con fuerza. En ese disturbio las turbas aprovecharon para arremeter contra los ciudadanos también y disparar con armas de fuego, lo que provocó la estampida general.
A eso de las nueve de la noche, parte de la protesta ciudadana que quedó se concentró en la rotonda Jean Paul Genie, donde fueron quemados dos ‘Árboles de la Vida’. La gigantografía del comandante Ortega y Rosario Murillo que está en esa misma rotonda fue también quemada y destrozada.
— Wilfredo Miranda Aburto (@PiruloAr) April 20, 2018
Al cierre de esta edición, los disturbios siguen en varias partes del país. La violencia continúa latente y varios comandas distritales del Frente Sandinistas están siendo quemados. En la ciudad de Estelí se obtuvieron reportes de que el Ejército salió a las calles a apaciguar el descontento popular. En Chinandega la ciudadanía está atrincherada, y en el barrio de Monimbó en Masaya, los piquetes de protestas persisten.
10 muertos según Rosario Murillo
La tarde de este viernes falleció el adolescente de 15 años, Álvaro Manuel Conrado Dávila. Él recibió un disparo en el cuello en un enfrentamiento contra antimotines. Fue trasladado al hospital para salvarle la vida.
Sin embargo, no resistió la operación y falleció en el proceso quirúrgico. El muchacho estaba en cuarto año de secundaria y estudiaba en el colegio Loyola, de Managua.
Más tarde el joven Michael Humberto Cruz Sánchez falleció producto de un disparo en el pecho. Los universitarios intentaron salvarle la vida, sin embargo, el impacto de bala fue certero y no sobrevivió.
En la última comunicación de este viernes, la vicepresidenta Rosario Murillo, informó que existen al menos diez ciudadanos fallecidos. Sin embargo, no brindó los nombres de los otros cinco decesos.
Hasta ahora la represión de la Policía Nacional bajo las órdenes del Gobierno del presidente Daniel Ortega ha dejado cinco muertos confirmados y una decena de heridos. Los primeros tres decesos ocurrieron la noche del jueves en las inmediaciones de la Universidad Politécnica de Nicaragua y la ciudad de Tipitapa.
El primer fallecido fue Darwin Urbina, un joven de 31 años de edad que no formaba parte de las protestas pero que iba pasando frente a la Upoli porque iba casa de su mamá. El muchacho, que trabajaba en un supermercado capitalino, recibió un disparo en su cuello y falleció casi de manera instantánea.
Los familiares de Urbina culparon a la Policía Nacional de su muerte. “No era ningún delincuente, ningún perro era él. La Guardia fue la que lo mató, los antimotines agrediendo a los estudiantes. Él era un trabajador que iba a su casa y estaba saliendo de su trabajo”, dijo llorando su hermana, Grethel Urbina.
La joven además demandó justicia por la muerte de su hermano. “¿Quiénes son los culpables?”, “¿Dónde está Daniel Ortega”, cuestionó.
El segundo fallecido fue el oficial de la Policía Nacional, Jilton Rafael Manzanares, quien según información oficial, se encontraba también en la Upoli. El oficial era originario de Lechecuagos, León.
El tercer fallecido fue el adolescente Richard Bermúdez, originario de Tipitapa. La información preliminar indicaba que el muchacho estaba en una protesta apoyando a los pensionados que estaban reclamando en la Alcaldía de esa localidad, por las reformas al INSS.
Los medios oficialistas informaban de un muerto miembro de la “juventud sandinista”. Se referían a Bermúdez. Esa información fue descartada por algunos familiares que prefirieron el anonimato.
CONFIDENCIAL llegó a la casa donde vivía el adolescente. En el sitio había muchos miembros del partido sandinista, además de la delegada departamental del Ministerio de Educación. Algunos familiares confiaron de que el muchacho no formaba parte de los jóvenes afines al Gobierno y pidieron un poco de respeto. “Después vamos a hablar, cuando venga el cuerpo”, dijo una allegada.
El cuerpo del adolescente llegó a la casa de habitación. Rápidamente los partidarios que se encontraban en la vela coparon la sala de la casa. No permitieron el ingreso a los medios de comunicación. Ante la negativa de dar información, varios compañeros de clase de Bermúdez dijeron lo que en realidad sucedió.
“Él no era de la juventud sandinista. Él estaba apoyando a los pensionados. No era de la juventud sandinsta”, refirió una compañera de Bermúdez.
Otro jovencito que estuvo con Bermúdez durante el ataque en el que falleció, afirmó que la bala que impactó al adolescente provino de un grupo de oficiales de la Policía y guardas de seguridad de la alcaldía de Tipitapa.
“A él lo mataron ellos, entre esos dos grupos. Yo traté de llevarlo pero nadie me ayudaba. Si lo hubieran llevado al hospital él estaría vivo”, manifestó el compañero de Bermúdez.
Estas declaraciones contradicen lo dicho por los medios oficiales y por lo que afirmaban algunos simpatizantes sandinistas. Los familiares solicitaron una investigación exhaustiva de la Policía Nacional en el caso.