17 de marzo 2018
El Gobierno de Estados Unidos ha endurecido su discurso hacia Nicaragua, ante la falta de reformas por parte del gobierno de Daniel Ortega sobre la falta de institucionalidad democrática y la corrupción, y por sus estrechas relaciones con los Gobiernos de Venezuela y Rusia, coinciden analistas, empresarios y exdirectivos del AmCham, en reacciones al discurso en que la embajadora de Estados Unidos en Managua, Laura Dogu, describió la situación del país como “incierta”.
“Lo que ha primado (hasta ahora en Estados Unidos) es la prudencia con el Gobierno de Ortega, pero esa prudencia no ha logrado ningún cambio”, considera el director del Instituto de Estudios Estratégicos y Políticas Públicas (Ieepp), Félix Maradiaga, quien estuvo en diciembre de 2017 en el Congreso estadounidense.
“En el Congreso, en diciembre pasado, se hablaba de varios nombres para sancionar junto a Roberto Rivas. Sin embargo, el lobby empresarial, incluso hecho por Carlos Pellas en persona, consiguió la concesión de sancionar con la Ley Magnitsky únicamente al magistrado (del CSE) Roberto Rivas”, afirmó el director del Ieepp.
Para Maradiaga, no es extraño entonces que la embajadora se haya dirigido a los empresarios con su discurso, porque hay “una voz fuerte” en Washington que considera “que una parte del sector privado no está abonando con su comportamiento al encausamiento democrático de Nicaragua”.
“La embajadora —sostiene— puso sobre la mesa todas las cartas. Le dijo a Juan para que entienda Pedro, es decir que los empresarios le comuniquen el mensaje al comandante Daniel Ortega y viceversa”, comenta.
Menos de nueve meses atrás, en junio de 2017, Ortega fue ovacionado por varios empresarios, a su llegada a la clausura de la conferencia anual de la Asociación de Cámaras de Comercio Americanas de América Latina y el Caribe (Aaccla, por sus siglas en inglés), a la que Ortega llegó con más de una hora de retraso, saludó mesa por mesa e incluso bromeó, tras destacar como ahora ambos sectores "se han acercado".
https://www.confidencial.digital/empresarios-aplauden-ortega-evento-aaccla/
“Estoy de acuerdo con la embajadora”, dicen en AmCham
“Es alarmante”, opina por su parte el expresidente de la Cámara de Comercio Americana en Nicaragua (AmCham), Róger Arteaga. “Como la misma embajadora Dogu dijo, poca gente se ha percatado que tenemos la espada de Damocles encima. La (iniciativa de sanciones) Nica Act y la Global Magnistky (con la que se sancionó a Rivas) son poco en comparación con las sanciones que nos puede imponer Estados Unidos, que ya sancionó a Rusia y Venezuela”, compara.
Arteaga considera que “¡nos estamos metiendo a problemas de manera gratuita!
Además, invitó a “advertir al Gobierno que tenga cuidado con lo que está haciendo, porque si no entiende las señales que le están enviando Estados Unidos y la comunidad internacional, el perjudicado no será el Gobierno, sino el país entero”.
CONFIDENCIAL consultó con otros empresarios del sector privado y expresidentes de AmCham, y aunque no todos aceptaron ser identificados, sí hay una respuesta unánime entre ellos: “Estoy de acuerdo con la embajadora”.
“La historia nos enseña lo que sucede cuando alguien se quiere quedar en el poder”, aseguró una de las fuentes.
Otro de los líderes de esa entidad gremial, destacó el “mensaje triple” que envió la diplomática estadounidense: “Para la OEA, que no ha hecho nada; para el gobierno, porque hizo ‘cambios’ sin cambiar nada; y para los empresarios, a los que les dijo que la Nica Act viene”, detalló.
La fuente destacó que el discurso de Dogu ocurrió “frente a la presidenta de la Corte Suprema de Justicia, Alba Luz Ramos, y del general Humberto Calderón Vindell, vicepresidente de Albanisa. Los dos se fueron en cuanto ella concluyó su discurso. En todo caso, recordemos que ella no habla por sí misma, sino que recibe instrucciones”, alertó.
En la dirección contraria, la fuente conoció del reclamo de algunos empresarios presentes en el acto por considerar que “este no es buen momento para un discurso de esta dureza, especialmente cuando el país sigue creciendo arriba de 4.5% anual”.
Cabildear en Managua
El analista político y exembajador de Nicaragua en Estados Unidos, Carlos Tünnermann, recomendó a los empresarios tomar nota del discurso de Dogu y entender “que el cabildeo no solo debe ser en Washington, sino en Nicaragua”, a fín de evitar sanciones como país, que afecten las relaciones comerciales.
Tünnermann resaltó que el discurso de la embajadora es una “advertencia clara en tono diplomático” al Gobierno de Ortega, y que se produjo en el momento en que Donald Trump cambió a su Secretario de Estado, Rex Tillerson, por Mike Pompeo, conocido como “el halcón” y de una línea más dura.
El Gobierno de Ortega hasta ahora ha sostenido sus relaciones con Estados Unidos destacando la “lucha en común” contra el narcotráfico y el crimen organizado, según las palabras del comandante Ortega.
Sin embargo, Tünnermann afirma que la lucha contra el narcotráfico y el muro de contención de la migración ya no satisfacen por completo al Gobierno estadounidense. Ahora, sostiene, Washington demanda con mayor beligerancia el respeto a la institucionalidad y lucha contra la corrupción, que en el Triángulo Norte de Centroamérica (Guatemala, Honduras y El Salvador) ha tomado auge.
“Es un cambio claro en el discurso”, insiste. “Es un mensaje directo al Gobierno de Ortega: Estados Unidos tiene pleno conocimiento de lo que pasa en Nicaragua”, agrega.
Hay “frustración” en Estados Unidos
El jurista y exdiputado José Pallais, miembro del opositor Frente Amplio por la Democracia (FAD), no cree que la diplomacia estadounidense haya dado un giro sustancial. En cambio, estima que la embajadora expresó “frustración” y reunió los puntos de “tensión pendientes” entre Washington y Managua, ya que esperaba que el gobierno de Ortega hiciera cambios de fondo con la reforma a la Ley Electoral, y no los cambios cosméticos para proteger a Rivas.
“Y no solo ve una oportunidad perdida con la reforma electoral… también alertó por el fortalecimiento del gobierno de Ortega con Rusia”, asegura Pallais.
Dogu: situación de Nicaragua es “incierta”
La embajadora de Estados Unidos en Nicaragua, Laura Dogu, describió como “incierta” la situación del país, y también señaló una disminución “de la confianza en las instituciones” tras los últimos procesos electorales. Hasta entonces, el discurso diplomático norteamericano al Gobierno del comandante Daniel Ortega, no había sido tan directo en materia política e institucional.
La diplomática brindó esas declaraciones en la conferencia “Perspectivas 2018: El camino hacia 2030 comienza hoy”, en la que participaron empresarios de la Cámara de Comercio Americana de Nicaragua (AmCham). Su disertación resaltó el nulo avance para restaurar el sistema electoral en Nicaragua con la reforma electoral cosmética recientemente aprobada, que, en cambio, preservó la inmunidad de Roberto Rivas al frente del Consejo Supremo Electoral tras las sanciones Magnitsky.
Dogu también hizo hincapié en la Nica Act, cuya aprobación continúa latente en el Senado estadounidense, y el panorama para las inversiones que es afectado por la situación “incierta” del país.
“Para mí, la situación de Nicaragua puede ser descrita como incierta, y he escogido la palabra”, remarcó Dogu.
Según la embajadora, las dudas respecto a las elecciones han conducido a una reducción en la participación en el proceso político y a una disminución de la confianza en las instituciones del país.
“La OEA vino al país, y, sin embargo, no se puede identificar algún cambio que se haya producido como fruto de su involucramiento. Esta incertidumbre acerca de la sostenibilidad del actual sistema político, a su vez, tiene un componente económico”, resaltó Dogu.
Las “oportunidades perdidas”
Sobre la conexión con Rusia y la relación de Ortega con el régimen de Nicolás Maduro, la embajadora recordó que son incentivos de la ley NicaAct, cuya aprobación está pendiente en el Senado. “Lo que no muchos saben es que el Gobierno de Estados Unidos prohíbe trabajar muy de cerca con gobiernos que han reconocido a Osetia del Sur y Abjasia, siendo Rusia, Venezuela, Nicaragua y Nauru, los únicos países en el mundo que lo han hecho”, explicó Dogu.
La embajadora también se refirió al caso del magistrado Roberto Rivas, sancionado por fraude y corrupción a través de la Ley Magnitsky. Dogu señaló que “las maniobras” para preservar la inmunidad de Roberto Rivas y permitir que el Consejo Supremo Electoral continúe funcionando sin ningún tipo de cambio significativo, “constituyen una oportunidad perdida para mostrar a potenciales inversionistas, que Nicaragua está trabajando para fortalecer sus instituciones y combatir la corrupción”.
Para Dogu, el componente económico que su análisis menciona es referido a las inversiones provenientes de Estados Unidos, principal socio comercial de Nicaragua. “Las acciones tomadas reafirman la percepción generalizada de que en Nicaragua el Estado de Derecho y la institucionalidad son débiles. Los inversionistas están claros que el riesgo y el retorno siempre están ligados”, insistió Dogu.