15 de marzo 2018
Managua.- La embajadora de Estados Unidos en Managua, Laura Dogu, describió de "incierta" la situación de Nicaragua, y advirtió que entre los nicaragüenses existe "una disminución de la confianza en las instituciones del país".
"Para mí, la situación de Nicaragua puede ser descrita como incierta, y he escogido la palabra incierta por dos motivos", señaló la diplomática durante la conferencia "Perspectivas 2018, El Camino Hacia 2030 Comienza Hoy", impartida en Managua.
El primer motivo para considerar incierta la situación de Nicaragua es "debido a las decisiones que los nicaragüenses han tomado sobre el rumbo que está llevando el país", puntualizó.
"Y el segundo, debido a las tendencias mundiales que afectan a todos los países", agregó.
Sobre el primer punto, Dogu explicó que las dudas de los nicaragüenses acerca de las elecciones han conducido a una reducción en la participación en el proceso político y a una disminución de la confianza en las instituciones de este país.
"La OEA vino al país y, sin embargo, no se puede identificar algún cambio que se haya producido como fruto de su involucramiento. Esta incertidumbre acerca de la sostenibilidad del actual sistema político, a su vez, tiene un componente económico", advirtió.
Observó que "las maniobras para preservar la inmunidad de Roberto Rivas y permitir que el Consejo Supremo Electoral (CSE) continúe funcionando sin ningún tipo de cambio significativo, constituyen una oportunidad perdida para mostrar a potenciales inversionistas que Nicaragua está trabajando para fortalecer sus instituciones y combatir la corrupción".
Rivas, presidente del CSE, fue sancionado en diciembre pasado por Estados Unidos por actos de "corrupción significativa" y "graves violaciones a los derechos humanos".
Estados Unidos incluyó a Rivas entre un grupo de funcionarios, empresarios y compañías de todo el mundo, a quienes se les cerró el acceso al sistema financiero de dicho país, al tiempo que se decretaba la congelación de sus activos "por los atroces actos cometidos".
"Por el contrario", continuó Dogu, "las acciones tomadas reafirman la percepción generalizada de que en Nicaragua el Estado de Derecho y la institucionalidad son débiles".
Según la embajadora, "tanto las decisiones que Nicaragua ha tomado a nivel nacional, como en su política exterior, han contribuido a generar incertidumbre".
"En particular me refiero: a la Nica Act, el reconocimiento oficial de (Nicaragua a) Osetia del Sur y Abjasia, y la ley Global Magnitsky", precisó.
En Washington se encuentra una propuesta de ley que, de ser aprobada por el Senado estadounidense, frenaría desembolsos económicos a Nicaragua hasta por unos 300 millones de dólares, hasta tanto este país no celebre unas elecciones "libres, justas y transparentes".
"Esta iniciativa de ley surge como consecuencia de la falta de democracia, la violación a los derechos humanos, la corrupción y las relaciones cercanas con Rusia y Venezuela", apuntó la diplomática, para quien "estos aspectos afectan la relación de Nicaragua con su principal socio comercial", que es EE.UU.
"Lo que no muchos saben es que el gobierno de Estados Unidos prohíbe trabajar muy de cerca con gobiernos que han reconocido a Osetia del Sur y Abjasia, siendo Rusia, Venezuela, Nicaragua y Nauru, los únicos países en el mundo que lo han hecho", prosiguió.
"Y si esto no fuera suficiente, Roberto Rivas fue sancionado por corrupción en base a la Ley Global Magnitsky. El propósito de la designación por parte de la OFAC (Oficina de Control de Bienes Extranjeros) es evitar que, fondos de origen corrupto, ingresen el sistema financiero de Estados Unidos", agregó.
Asimismo, dijo que "es de todos conocido que Nicaragua se ve afectada por las sanciones que Estados Unidos ha impuesto a la empresa venezolana PDVSA, en vista de que dicha empresa es accionista mayoritaria de ALBANISA", que opera en Managua.
"La suma de la situación política nacional y la política exterior crean incertidumbre entre los potenciales inversionistas y ponen en riesgo futuros préstamos", advirtió Dogu.