13 de enero 2018
EFE.- El asesor económico y financiero de la Presidencia de Nicaragua, Bayardo Arce, criticó a Estados Unidos por sancionar al presidente del Poder Electoral, Roberto Rivas, por actos de "corrupción significativa", entre otros.
"Estados Unidos, también en otro arrebato imperial, decide que hay unas 13 personas en el mundo de que son corruptos y violadores de derechos humanos", reprochó el asesor de Ortega, al ser consultado por periodistas en Managua. Hasta ahora, ha sido el único del gobierno de Daniel Ortega que ha roto el silencio sobre la sanción.
"¿Cuáles son los actos de corrupción y de violación de los derechos humanos con los que acusaron a Roberto Rivas?", retó Arce.
Rivas, presidente del Consejo Supremo Electoral (CSE) de Nicaragua, fue sancionado en diciembre pasado por Estados Unidos por actos de "corrupción significativa" y "graves violaciones a los derechos humanos".
Estados Unidos incluyó a Rivas entre un grupo de funcionarios, empresarios y compañías de todo el mundo, a quienes se les cerró el acceso al sistema financiero de dicho país, a través del congelamiento de "sus activos y denuncia públicamente los atroces actos cometidos".
Rivas es acusado por la oposición de Nicaragua de beneficiar al oficialista Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) en cada proceso electoral desde 2008 y diversas investigaciones periodísticas le señalan de tener una vida supuestamente opulenta que no corresponde con su salario como presidente del CSE.
"¿Cuáles son los actos violatorios de derechos humanos?, ¿cuáles son los actos de corrupción?", insistió el asesor de Ortega.
A su juicio, Washington tomó esa medida "porque se creen dueños del mundo".
"¿No te das cuenta que ellos hacen todo lo que quieren en el mundo? ¿no te das cuenta que estás viviendo en un agujero de mierda, como dijo el presidente de Estados Unidos (Donald Trump)?. Así nos ven", continuó.
Arce hacía referencia a un reporte del diario The Washington Post, que afirma que Trump llamó anoche "agujeros de mierda" a El Salvador, Haití y varios países africanos, lo que ha provocado una nueva ola de indignación y acusaciones de racismo al mandatario.