4 de octubre 2017
El Congreso norteamericano acaba de aprobar, por unanimidad, la Nica Act. Todavía hace falta que el Senado discuta y apruebe esta ley.
La Nica Act consiste en un proyecto de Ley orientado a ¨oponerse a los préstamos de instituciones financieras al Gobierno de Nicaragua a menos que el Gobierno de Nicaragua esté tomando medidas eficaces para celebrar elecciones libres, justas y transparentes y para otros fines¨.
La Nica Act se refiere a la aprobación de nuevos préstamos por parte de los organismos financieros multilaterales. Con los préstamos ya aprobados, que según la última información disponible al año pasado alcanzaban un monto importante – se habló de más de US$ 1,000 Millones - el Gobierno de Nicaragua contaría con recursos externos para financiar el Programa de inversión Pública por varios años. Por lo demás, Estados Unidos ya no cuenta con el poder de veto en el seno de estos organismos que tenía antes.
Por ello es que, en todo caso, el efecto económico más importante de esta ley no vendría dado por la eventual contracción en la aprobación y desembolso de nuevos préstamos, sino por la incertidumbre que, para los inversionistas privados, podría estar asociada al propio hecho de la aprobación definitiva de esta Ley.
En efecto, la inversión privada constituye, siempre, el componente más incierto y volátil de la demanda agregada, porque depende de los ¨animal spirits¨ de los inversionistas. Es más, lo que normalmente provoca la caída de la economía es, en gran medida, la caída de la inversión privada.
Dado que una decisión de inversión significa inmovilizar importantes sumas de capital por un plazo indeterminado, en presencia de incertidumbre los inversionistas reaccionan de inmediato posponiendo las decisiones de inversión.
El siguiente gráfico, que ilustra el desempeño de los componentes más importantes del PIB por el lado del Gasto o Demanda Agregada desde 2006 a 2016, muestra con claridad que la caída de la economía nicaragüense durante la crisis global de 2009 fue provocada por la drástica caída de la inversión, debida exclusivamente a la gran incertidumbre a que dio lugar la crisis.
El gráfico no muestra el comportamiento de las Exportaciones netas (exportaciones menos importaciones) pero la caída tan fuerte de las importaciones que se produjo de hecho contribuyo a aliviar, en parte, el impacto de la caída de la inversión privada.
Si eso llegase a ocurrir en nuestro país como resultado de la aprobación de la Nica Act, es muy probable que se produzca una masiva desaceleración, o más aun, una contracción económica.
Esto implicaría que la recaudación fiscal se quedaría corta con respecto a lo proyectado, y habría que recortar el gasto público. Esto se agregaría a la reducción ad-hoc que ya ha estado produciéndose, con el propósito de transferir los recursos ahorrados al banco Central y apuntalar las reservas internacionales. Los bancos comerciales con toda probabilidad restringirían o contraerían el crédito.
Ante la incertidumbre, también los agentes privados tenderían a reducir su gasto. Debe recordarse que distintos sectores de la empresa privada han reportado una caída de sus ventas en lo que va de este año, de manera que una restricción adicional del consumo privado empujaría aún más hacia abajo a una economía que al parecer muestra algunos signos de debilidad.
Por estas razones, posiblemente la economía entraría en recesión, o se desaceleraría drásticamente. Como ocurrió en 2009, posiblemente también las importaciones caerían, contribuyendo a aliviar en parte la caída del PIB, pero si la caída de la inversión es importante, no podría evitarla.