1 de agosto 2017
La Fundación Internacional para el Desafío Económico Global (Fideg), decidió “postergar la presentación programada para el jueves 3 de agosto de 2017”, de los resultados de su séptima Encuesta de Hogares para Medir la Pobreza en Nicaragua. La razón alegada es “la coyuntura actual del país”.
La nueva fecha está “aún por definir”, indica en un comunicado, en el que tampoco explica qué relación existe entre la “coyuntura actual del país” y la publicación de un estudio sobre pobreza, por parte de un centro de análisis no gubernamental.
Desde el 2009, Fideg ejecuta un ejercicio estadístico en el que encuesta a 1,730 hogares de todas las regiones del país, regresando siempre a los mismos hogares para dar seguimiento en el tiempo a la evolución de la situación económica de esas familias, y presentar una radiografía de cómo está el país en general.
Desde el inicio, la Fundación ha contado con el apoyo de la Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación (Cosude), y otros donantes ocasionales, lo que le ha permitido “recolectar información que permita, sobre una base anual, medir la pobreza en Nicaragua”.
Los datos de las encuestas de Fideg gozan de confianza y credibilidad por su rigor académico y la independencia de la institución, que preside el economista y empresario Alejandro Martínez Cuenca, también directivo del Banco Central.
Las encuestas de Fideg no siempre coinciden con la tendencia de las mediciones oficiales.
En 2016, por ejemplo, Fideg registró que la pobreza afectaba al 39% de los ciudadanos, poco después que el gubernamental Instituto Nacional de Información de Desarrollo (Inide), presentara sus datos oficiales, anunciando una disminución de la pobreza, que afectaría solo al 29% de la población.
Aunque existen diferencias en el tamaño de la muestra de ambas encuestas, las dos se basan en la misma metodología propuesta por el Banco Mundial para medir la pobreza en base al consumo calórico y el gasto de las familias.
La principal diferencia radica en la definición de las líneas de pobreza. Así, mientras el Inide usó una línea de consumo de US$1.72 por persona por día, (muy por debajo de la línea de US$2.50 que usa el Banco Mundial), y obtuvo una pobreza general de 29.6%, la encuesta de Fideg, que usaba una línea de consumo de US$2.40 por persona al día, indicaba que era de 39%.
El tres de julio pasado, el Banco Central de Nicaragua aseguró, basado en datos de la última Encuesta de Medición del Nivel de Vida (EMNV 2016) del Inide, que la pobreza general se había reducido aún más, pasando de 29.6% a 24.9%, y que la pobreza extrema había tenido una reducción 1.4 puntos en el periodo 2014 – 2016, por lo que ahora solo afectaba al 6.9% de la población.
Hace dos semanas, Fideg invitó a la presentación de su última encuesta, explicando que esta había sido diseñada “para ser representativa a nivel nacional, urbano y rural, y utiliza el consumo como medida de bienestar, siendo posible medir la pobreza tanto por el método de Línea de Pobreza, como por el de Necesidades Básicas Insatisfechas”.
Los datos de la encuesta estaban procesados y todo estaba listo para la presentación que haría el economista Enrique Alaniz, director ejecutivo de Fideg. Sin embargo, este lunes, de forma sorpresiva Fideg canceló la presentación, sin brindar más explicaciones que una vaga referencia a la “coyuntura actual del país”.
Confidencial preguntó a la representación de Cosude ¿qué relación existe entre “la coyuntura actual del país” y la presentación de una encuesta de hogares para medir la pobreza? Y si hubo una solicitud directa o indirecta del gobierno para postergar la difusión de la encuesta.
Una fuente de Cosude indicó que “no estamos en condiciones de dar más detalles sobre el asunto” y nos remitió al comunicado de Fideg. Al insistirle sobre lo incomprensible del comunicado, y a qué “coyuntura” del país hacen referencia, dijo que solo podían “reiterar que la coyuntura política actual genera un entorno inapropiado para la difusión de los datos. Publicaremos los datos en su debido momento”, concluyó la fuente de Cosude, dejando abiertas más interrogantes sobre por qué se aplazó la presentación de la encuesta de Fideg.