10 de julio 2017
Bajo la lluvia, que calificó como una bendición por la que debemos estar agradecidos, pero a bordo de un bus Mercedes Benz y fuertemente custodiado por miembros de la Policía Nacional y de su Seguridad Personal, el comandante Daniel Ortega, junto con su esposa Rosario Murillo, hijos y nietos, viajaron el viernes de la Plaza de las Victorias, en Managua, a la Plaza Pedro Joaquín Chamorro, del barrio Monimbó, de Masaya, para la conmemoración del trigésimo octavo aniversario del Repliegue Táctico a Masaya.
Más de cuarenta tarimas y toldos de diversos tamaños, fueron instalados y acondicionados a lo largo de unos 28 kilómetros de la ruta por diferentes instituciones públicas, como el Mific, Inifom, Inatec, el Ministerio de Energía y Minas, el Instituto de la Mujer, la Dirección General de Impuestos, Enatrel y otros.
Igualando los altares para las celebraciones de la Purísima y Navidad, que las instituciones públicas instalan por órdenes del gobierno sobre la Avenida Bolívar, cada diciembre, las tarimas y toldos ubicados al menos cada medio kilómetro sobre la ruta, estaban decorados con flores, banderas, artesanías, varias pantallas gigantes, luces de colores y altoparlantes con sus respectivas plantas eléctricas, y sobre todo grandes rótulos de la pareja presidencial.
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Obispo auxiliar invita a reflexionar sobre la fiesta
El obispo auxiliar de Managua, monseñor Silvio Báez, invitó el domingo después de la eucaristía en la Catedral de Managua, a "reflexionar" sobre "qué nos dejó" el Repliegue e increpó que el gasto en la fiesta partidaria pudo haberse utilizado en "obras de progreso".
"Preguntemos qué aprendimos de esto. ¿Hubo debates, estudios o actividades culturales que informaran a las nuevas generaciones (sobre qué ocurrió en el Repliegue y aquellas fechas)? Y sobre todo pensar si este dinero, en vez de gastarlo en una noche, se podría haber utilizado para obras de desarrollo social y sobre todo para ir saneando tantas áreas de este país que están oscuras por la corrupción y el mal manejo", comentó el obispo auxiliar, consultado por Noticias 12.
Ninguna institución pública ha rendido cuenta de cuántos recursos se destinó para la actividad partidaria, que durante su discurso Ortega calificó como "una fiesta por la vida que nos heredaron los héroes y mártires". Tampoco se brindó alguna explicación sobre el cierre de las instituciones públicas el viernes pasado, que el Ministerio del Trabajo declaró feriado a cuenta de vacaciones.
"Estas son preguntas, nada más, y hay que hacerlas, nos las tenemos que hacer todos", exhortó monseñor Báez, quien dirigió la eucaristía en celebración de la Sangre de Cristo en la Catedral Metropolitana.
Ortega pronunció dos discursos breves
El comandante Ortega presidió el acto de salida y culminación del recorrido con dos discursos inusualmente cortos en Managua y Masaya.
El siete veces candidato presidencial y cuatro veces presidente de Nicaragua, que acostumbra dirigir extensos discursos en los que relata parte de la historia global y local, desde su óptica, en esta ocasión habló poco menos de 15 minutos ante miles de simpatizantes que lo esperaron durante unas cinco horas para escuchar sus palabras, reportó la agencia de noticias EFE.
En su corto discurso, en Managua, Ortega rindió honor a las personas que perdieron la vida durante el "repliegue táctico" de Managua a Masaya el 27 de junio de 1979, que surgió como la huida de los barrios orientales de Managua, asediados por la Guardia Nacional a través de veredas, cargando heridos y enfermos, pero luego derivó en una acción para fortalecerse en Masaya y a avanzar en la revolución popular contra el dictador Anastasio Somoza Debayle, que triunfó el 19 de julio del mismo año.
Cientos de personas perdieron la vida en el "repliegue" a causa de los bombardeos de la Guardia Nacional, de unas 5,000 personas que lo ejecutaron entre guerrilleros y civiles.
"El repliegue, como el 19 de julio, como todas estas celebraciones, son una fiesta por la vida que nos heredaron los héroes y mártires", insistió Ortega antes de realizar el recorrido total de unos 32 kilómetros en un bus Mercedes Benz. Atrás y delante de este iban otros simpatizantes y empleados públicos abordo de bicicletas, motos, vehículos particulares, buses del transporte colectivo de Managua e interurbanos, o bien caminando o trotando.
Al llegar a Masaya, cerca de las diez de la noche, Ortega fue recibido por el Consejo de Ancianos de Monimbó, tocó un tambor, sonrió, se tomó decenas de fotos en la tarima y luego reiteró la "fiesta", la "paz" y el "trabajo", que estima garantiza su gobierno.
Ortega no abordó ningún tema en particular, excepto la sequía y el cambio climático a los que hizo alusión para invitar a dar gracias por la lluvia. El tema al que más tiempo dedicó en su intervención fue el de la contaminación de la Laguna de Masaya, ubicada sobre la ruta, un tema que ilustró con una anécdota de cuando estudió en el Colegio Salesiano de esa ciudad: "Poníamos una toalla en la paja (grifo) y ahí quedaban los gusanitos y las basuritas y así creíamos que el agua ya estaba limpia y la podíamos tomar".