25 de junio 2017
Cancún, México-. El día que la Organización de Estados Americanos (OEA) fracasó en un nuevo intento de aprobar una resolución para condenar la crisis política, social y humanitaria de Venezuela, otro joven fue abatido en las calles de Caracas por la Guardia Nacional Bolivariana.
Tenía 17 años. Se llamaba Fabián Urbina. Una bala lo atravesó a la altura del tórax. El lunes 19 de junio salió a protestar contra el régimen de Nicolás Maduro, el mismo día que en Cancún, México, en un lujoso hotel, los 34 países que conforman la OEA discutían una propuesta de declaración conjunta para pedir el cese de la violencia, de la Asamblea Constituyente que impulsa el chavismo, la libertad de los presos políticos y el respecto a los derechos humanos, entre otros puntos.
Fueron horas de discusión, en las que la canciller Delcy Rodríguez (cuando volvió a Caracas, renunció al cargo para postularse a la Constituyente) acusaba a catorce países que promovieron la iniciativa —entre ellos los más preponderantes de la región: México, Brasil, Canadá, Brasil, Perú, etc— de actuar influenciados por Estados Unidos.
En la sala del centro de convenciones del hotel Moon Palace estaban diputados venezolanos opositores, que llegaron al balneario azteca a denunciar la crisis. La delegación acreditada por el gobierno de Maduro fue la más numerosa de la cita: 29 personas; en ocasiones vociferaba contra los legisladores. William Dávila, miembro de la Comisión de Política Exterior de la Asamblea Nacional del país petrolero, no reaccionaba a los señalamientos.
Dávila tuvo un sabor agridulce después de la votación de la resolución conjunta. Los países de la Comunidad Caribeña (CARICOM) con sus abstenciones y votos en contra impidieron la aprobación. Eran necesarios 23 y lograron solo 20.
El diputado lamentó la incapacidad de la OEA para sentar una postura final, aunque reconoció el aumento de países que condenan al gobierno de Maduro. En esta entrevista con CONFIDENCIAL habla sobre “una crisis” inédita en su país por la influencia de la “delincuencia transnacional”.
Otra vez la OEA fue incapaz de sentar una posición respecto a la crisis venezolana. ¿Qué le parece?
Hay que verle el lado positivo: Son 20 países a favor. Apenas Nicaragua y Bolivia votaron en contra de resolución que exigía respeto a la constitucionalidad rota por Maduro. Ecuador y El Salvador, que antes votaban por favor, se abstuvieron. Tienen que darse cuenta que América no va a desarrollarse si la economía, la inequidad y la pobreza venezolana se siguen profundizando. Tampoco si no hay estabilidad política. Sin embargo, creo que la OEA debe ser más contundente. Mientras eso sucede, aquí en la OEA un grupo de países piensan más en sus intereses patrimoniales.
Esos son los países de CARICOM. ¿Qué motivaciones tienen estos Estados para abstenerse algunos y otros votar en contra?
No tienen ninguna motivación. La democracia venezolana, desde sus orígenes, ayudó a la independencia de algunos: delimitó plataformas continentales sin ningún tipo de violencia, ni expansionista. Fueron desarrolladas relaciones de cooperación económica. Pensamos que para tener un desarrollo regional los países caribeños son fundamentales. Por nuestra vecindad, lo que debemos pensar es precisamente en eso: cooperación económica integral. Así que no tiene ningún sentido que sigan atados a un régimen moribundo de Maduro.
¿Cuál es la relación actual que esos países tienen con Petrocaribe? ¿Cuál es nivel de cooperación?
Ha bajado mucho con la situación económica de Venezuela. Petrocaribe les da petróleo, hay programas sociales… si tienen miedo de que eso cambie, no será así. No va a quedar discontinuando. En democracia es cuando mejor se pueden profundizar los programas de cooperación.
¿Cuál es el estado de la salida de Venezuela de la OEA? ¿En realidad fue iniciado ese proceso?
Es una salida hipócrita. Hipócritamente se sientan aquí, toman el café, y despotrican de la OEA. Dicen que esto no sirve. Ellos denunciaron la carta fundacional de la OEA. Tendrían dos años para retirarse. Lo hicieron inconstitucionalmente porque no tomaron en consideración a la Asamblea Nacional venezolana, que aprobó que no debíamos quedar excluidos de la OEA. La canciller Delcy Rodríguez viene acá y critica, pero en el fondo está reafirmando su presencia en la OEA. Es un doble discurso que la hace quedar mal.
La crisis en Venezuela deja un balance de más de 70 muertos, miles de heridos. ¿Cómo está la sociedad? ¿Hay desgaste o seguirá protestando?
Hay un resquebrajamiento espiritual. Hay mucha tristeza. Mucho dolor. Vamos llegando a los 80 muertos: jóvenes de 17 y 20 años. Le han hecho un daño profundo a la sociedad venezolana y Maduro debe renunciar. Que consulte al pueblo si lo quiere. No puede ser que por perpetrarse en el poder por proteger intereses de delincuencia transnacional esté llevando a Venezuela a una tragedia que no sabemos cómo va a terminar.
¿Qué intereses transnacionales son?
En Venezuela detienen buques con cocaína y salen luego por aduanas. Alguien los está protegiendo. Por eso decimos que el Estado venezolano está tomado por un cartel de la droga. Por eso es que la crisis venezolana es inédita. Porque no hay mecanismos internacionales para afrontar cuando un Estado ha sido tomado por un cartel. Por eso la virulencia verbal y la represión tan bárbara, tan inhumana.
¿Qué cartel de droga?
Droga en general. Hay diferentes carteles, sub carteles y mini carteles… pero hay todo un entramado de impunidad y por conflictos internos van saliendo descubrimientos. Cuando agarran toneladas de cocaína es porque hubo un soplo. Mira las acusaciones contra el cartel de los Soles: Hay gente vinculada al mismísimo vicepresidente de la República. Sus cuentas están suspendidas en los Estados Unidos. Por eso digo: O le ponen presión internacional a la tragedia venezolana, o esto será peor.
La canciller Delcy Rodríguez negó la crisis humanitaria que atraviesa Venezuela. ¿Cómo está la situación?
Es una crisis humanitaria profunda. No hay hipertensivos, no se consigue insulina, antibióticos… los índices de morbimortalidad infantil y materna han crecido. Hay desnutrición. La gente sale a protestar porque no consigue lo básico, ni siquiera para su higiene personal. De manera que la pobreza ha crecido, la inseguridad, y no hay alimentos básicos.
La postura de la fiscal Luisa Ortega ha sorprendido. De hecho le abrieron un ante juicio. ¿Hay fisuras en el chavismo?
Ella es la punta del iceberg de esas fisuras. La fiscal fue nombrada por Chávez y Maduro. Ella ha mantenido una posición clara y por eso el Tribunal Supremo de Justicia le abre un ante juicio de mérito para pedir su destitución. Eso es sumamente grave porque deja en evidencia un golpe de Estado. Hay una confiscación permanente de las instituciones y no hay separación de poderes.
¿Por qué Maduro se empeña en realizar esta Asamblea Constituyente?
Por mantenerse en el poder. Por temores y porque tiene presiones internas. Hay unas grandes contradicciones de intereses vinculados con la delincuencia transnacional que lo tienen cercado. Maduro va a ser víctima de su propia debilidad y ofuscación ideológica.
¿Qué papel juega Diosdado Cabello en este empeño de Asamblea Constituyente?
Diosdado quiere ser presidente del Parlamento de nuevo a través de la Asamblea Constituyente, para ver de qué manera le va haciendo la cama a Maduro. Los oficiales y compañeros de generación de Diosdado son los que están gobernando. Hay un conflicto de poder interno. Diosdado es un tipo completamente radical y grosero. No tiene aceptación popular pero controla a sectores del ejército. Diosdado quiere ser presidente de la Asamblea Constituyente y desde allí erigirse como un poder de facto.
Ahora con la oposición. ¿Cuál es rol que están jugando después que Maduro diluyó el Parlamento?
Seguir luchando. Tenemos la mayoría. Catorce millones de venezolanos votaron por nosotros. Estamos en una persecución absoluta pero seguimos organizándonos para exigir el respeto de nuestros derechos en la calle. Tenemos tres lineas de acción: La internacional, la interna y la social, que tiene su propia dialéctica. Ellas tres están coincidiendo en un plan estratégico que nos tienen que llevar a que se produzcan elecciones en el país para devolver la paz.
Más de dos meses de protestas, ¿podrán ser desarticuladas?
Creo que estamos en un punto irreversible. Cuando tú ves a jóvenes de 17 y 18 años enfrascados en las calles no creo que haya debilidad en la resistencia para echar hacia atrás. Estamos en un punto de inflexión y esto es lo grave. La OEA no puede ser papel de la destrucción. Esos países que se abstuvieron, a la larga, históricamente, van a ser responsables de la tragedia que pueda ocurrir en Venezuela. Estamos luchando contra la negación, que es lo que hace Delcy en la OEA. Eso es lo más difícil que tiene la lucha de los derechos humanos: contra el negacionismo. Nicaragua, todos los países centroamericanos han vivido esto. Le hago un llamado a la izquierda democrática: ¡No pueden estar coincidiendo con un régimen que viola derechos humanos!
En el tema de la relación Venezuela y Nicaragua, el año pasado la ayuda se desplomó de 500 millones de dólares anuales a 90. ¿Qué piensan de esta deuda?
Todo eso debe ser investigado. Todas las cuentas de funcionarios venezolanos que se hicieron ricos con las deudas, las tienen que congelar en todo el mundo. Daniel Ortega ha ido a insultarnos a Venezuela, cuando Diosdado y Maduro lo llevaron al Parlamento. Se metió en la política interna. En mi caso, llevé un documento de apoyo a los diputados que estaban siendo suspendidos en Nicaragua y no me dejaron entrar a Managua. Me deportaron y violaron derechos como diputado del MERCOSUR y la Asamblea Nacional. Tengo la peor de las imágenes de Daniel Ortega. Traicionó los principios básicos del Sandinismo. Ellos juegan a los intereses del petróleo venezolano.