20 de junio 2017
El Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) convocó la noche del lunes a sus miembros a un congreso partidario el próximo 26 de junio para discutir la estrategia electoral del partido de cara a las elecciones municipales previstas para noviembre.
La convocatoria se realizó durante la Asamblea Sandinista Nacional —que se llevó a cabo en el Centro de Convenciones Olof Palme— en la que participó el comandante Daniel Ortega en su investidura de secretario general del FSLN, así como su esposa y vicepresidenta Rosario Murillo. Durante su intervención, Ortega hizo referencia a la importancia que para el partido tienen las elecciones de noviembre, las que, dijo, son una “batalla que hay que ganar”.
La resolución, aprobada por unanimidad, establece que el Frente Sandinista convoca a todos sus miembros a un congreso el próximo lunes 26 de junio, con un único punto de agenda: discutir lo que el partido denomina “la política de alianzas del FSLN / Unida, Nicaragua Triunfa para las elecciones municipales de este año 2017”.
Ortega se refirió a esa “política de alianzas” como un principio del partido y aseguró que se instauró inmediatamente después del triunfo de la revolución sandinista, y que dentro de esas alianzas estaban “todas las fuerzas económicas, sociales, y religiosas”. Desde que Ortega regresó a la Presidencia en 2007 instauró un sistema regido por las relaciones económicas, en el que las principales decisiones se toman entre él y su esposa, sus asesores más cercanos y la cúpula empresarial.
Ortega también ha logrado controlar todas las instituciones del Estado, reforzando su poder autocrático. El control de la Corte Suprema y del Poder Electoral le permitió reformar la Constitución para garantizar su reelección en las elecciones generales de 2011, denunciadas como fraudulentas por la oposición y catalogadas como un proceso “opaco” por la Misión de Observación de la Unión Europea.
Los continuos fraudes electorales y el golpe del comandante contra la Asamblea Nacional en 2016, cuando fueron destituidos ilegalmente los diputados de la oposición electos en 2011, profundizaron la crisis política del país. El Poder Electoral convocó el año pasado a unas nuevas elecciones presidenciales y legislativas sin participación de la oposición ni garantías de transparencia, que se caracterizaron por una enorme abstención.
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Tras esa falta de legitimidad y un contexto internacional difícil, Ortega ha mantenido un diálogo político con la Organización de Estados Americanos (OEA), con el compromiso de realizar reformas al sistema electoral que den credibilidad a las próximas elecciones. El Poder Electoral ha entregado la personería jurídica a Ciudadanos por la Libertad, organización formada sobre las bases del liberalismo dirigido por el excandidato presidencial Eduardo Montealegre. Este nuevo partido político se prepara para participar en las municipales, aunque sus líderes admiten que no hay condiciones mínimas.
El lunes el mandatario dejó claro ante sus bases la importancia que para el Frente Sandinista tienen las municipales de noviembre. “Nuestro reto es que este proceso electoral se desarrolle con seguridad, apartando provocaciones, no dando lugar a la violencia, sino seguridad, cumpliendo con todos los requerimientos de las leyes electorales que demandan las autoridades electorales desde el Consejo Supremo Electoral. Y dar la batalla, sobre todo, a la hora de las votaciones ahí en las Juntas Receptoras de Votos. Esa es la batalla, donde están las diferentes fuerzas políticas, y ver ahí cuántos votos deposita el pueblo, y a contar esos votos”, dijo Ortega.