25 de abril 2017
Si no se corrige el rumbo, el Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS), entrará en insolvencia en la próxima década, según cálculos del economista Adolfo Acevedo, basado en información oficial del Fondo Monetario Internacional, y del mismo Estado nicaragüense.
A pesar que el Instituto recibió ingresos por C$22,591 millones en 2016 (y casi C$42,000 millones si se le añaden los de 2015), es muy probable que tenga que declararse en quiebra aproximadamente en 2024, dada la magnitud de sus gastos, que desde hace cuatro años son más altos que sus ingresos.
“Si uno proyecta las tendencias por una década más, podrá apreciar que, aunque se redujera la nómina salarial (C$1,687.4 millones en 2016) y las inversiones (C$1,160.9 millones en el mismo año), ello solo podría extender la solvencia del INSS a lo sumo un par de años más”, asegura el economista.
“El hecho es que la raíz fundamental de las tendencias que llevan al INSS a la insolvencia se encuentra en la magnitud relativa y tasa de crecimiento de los egresos en concepto de pagos y prestaciones (C$13,721.4 millones), y de compra de bienes y servicios (C$7,352.5 millones)”, añadió.
Enero comenzó mal
Por muchos años, el INSS –al que están vinculados de forma directa más de 800 mil afiliados activos y más de 200 mil pensionados- acumuló superávits que engrosaban sus reservas: C$11,814.3 millones entre 2001 y 2012.
La situación revirtió a partir de 2013, cuando hubo un déficit de C$201.1 millones, (el primero en décadas), esquema que fue in crescendo los tres años siguientes, hasta acumular déficits por C$3,595.9 millones.
A pesar de todo, el gobierno de Daniel Ortega y el sector privado organizado en el Consejo Superior de la Empresa Privada (Cosep), acordaron que en 2017 tampoco buscarán una salida a la anunciada crisis financiera del INSS “por ser año electoral”.
La institución proyecta que entre 2016 y 2017 pasará de un déficit de C$1,581.4 millones a un superávit de C$183 millones, calculando que sus ingresos se elevarán hasta los C$26,028 millones, y que lograrán contener sus gastos, especialmente en los rubros de remuneraciones, y en la adquisición de prestaciones médicas, y bienes y servicios.
Sin embargo, Los primeros datos del INSS publicados por el Banco Central “no son nada halagüeños”, advierte el economista Adolfo Acevedo.
La información oficial muestra que en enero 2017, los ingresos totales del INSS crecieron 12% (crecían 16.1% en enero 2016), mientras los gastos operativos crecieron al 18.2%, lo que dio como resultado un déficit de C$228.5 millones en enero 2017, superior al déficit de C$115.3 en enero del año pasado.