28 de enero 2017
Con evidente lesiones en sus ojos y moretones en algunas partes de su cuerpo, Víctor Manuel Morales Blanco (30) y Paúl Emerson Jaen Leal (29), fueron presentados ante la juez Indiana Gallardo, acusados de asesinato en perjuicio de los oficiales Julio César Narváez y Howar Urbina. También se levantaron cargos por robo agravado en grado de tentativa, portación ilegal de armas de fuego y obstrucción de funciones contra la Policía Nacional.
Morales Blanco y Jaen Leal también son acusados por intento de asesinato frustrado contra Oliver Manuel Chow Alvarado, el otro oficial que resultó herido en la balacera del pasado 26 de enero en el barrio San Luis. La jueza Gallardo admitió la acusación y dicto prisión preventiva para los señalados.
Durante la audiencia preliminar realizada la mañana del sábado 28 de enero en el juzgado noveno de audiencia, Morales Blanco insistió en hablar antes los medios, pese a la advertencia de Gallardo, de que cualquier cosa que dijera, podría ser usada en su contra en un juicio oral y público.
Los dos detenidos por la muerte de los oficiales de la Policía Nacional son presentados en la Sala 9 de los Juzgados de Managua. pic.twitter.com/waVncjvxC8
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“Cuando me llevaron allá arriba, me pegaron una golpiza, me sacaron a golpear en la noche, ando hasta chichotes, no he podido dormir bien, me duele la espalda, el pecho, me dieron en la cara, me decían que si no decía lo que ellos querían, me iban a seguir golpeando hasta matarme, me hicieron aceptar cosas que no he hecho”, narró el acusado a la jueza.
Luego de leer la acusación, la jueza Gallardo dio por finalizada la sesión y programó la audiencia inicial para el 9 de febrero a las 8:00 de la mañana. Los detenidos salieron por la puerta, rumbo a las celdas de la Dirección de Auxilio Judicial (DAJ), donde guardarán prisión preventiva.
El día del asalto
Tras varias semanas de planificación, el golpe debía ser perfecto. Uno tenía que quedarse en el carro, vigilando que nadie llegara al interrumpir el trabajo. Los otros dos entrarían por la puerta y se dividirían el trabajo en retener a las víctimas dentro de la casa y robar el dinero de la caja fuerte. El robo debía ser perfecto, entrar, salir, huir y disfrutar el botín. Sin embargo, no salió como lo esperado.
Paúl Emerson Jaen Leal conocía bien a su víctima, sabía la dirección de su casa, su hora de salida y de entrada. Sabía con quién vivía, dónde estaba la caja fuerte y dónde escondía el dinero. Jaen sabía detalle a detalle todo, porque su hermana, Silvia Jaenz, seis años atrás, había convivido con Yáder Iván Rodríguez, un comerciante del mercado Oriental.
Emerson Jaen, conocía a la víctima Yáder Rodríguez. Hace seis años su hermana, Silvio Jaen, fue cuñada de Rodríguez. Él conocía del dinero. pic.twitter.com/aKqNRI0LNV
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Jaen Leal estuvo durante tres días rondando la casa de su excuñado. Con toda la información en sus manos, decidió que el jueves 26 de enero, realizaría el robo, en compañía de Víctor Morales Blanco y Diógenes Trinidad Medina.
El jueves 26 de enero, a las 8:30 de la mañana, se estacionaron a pocos metros de la casa de su excuñado. Los tres sujetos (preliminarmente se dijo que eran cuatro), según información policial, tenían funciones específicas. Trinidad Medina (quién falleció durante la balacera) era el conductor, y se encargaría de cuidar la entrada de la casa, de tal forma que si alguna persona entraba o la Policía intervenía, pudiera responder con un arma de fuego.
Morales Blanco, debía neutralizar con otra arma de fuego, a las personas que estuvieran dentro. Jaen Leal, tenía que registrar la vivienda y apoderarse del dinero.
El acusado Víctor Morales realizaría la función de usar un arma de fuego para neutralizar a los habitantes de la casa y que no se movieran. pic.twitter.com/DpuXUdYguQ
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Ni Jaen Leal, ni Morales Blanco y mucho menos Trinidad Medina, tomaron en cuenta la cercanía de la Estación Policial que estaba a pocas cuadras de la casa del comerciante.
Minutos antes de que los tres individuos decidieran entrar a la casa, una patrulla, en la que venían Julio Narváez y Howard Urbina, en compañía de Carolina Hernández, llegó hasta el carro blanco donde estaban los sospechosos. Habían recibido una llamada de los vecinos alertando sobre el vehículo estacionado en la calle.
Los tres sujetos, al ver a los oficiales, decidieron abandonar el lugar. Pero fueron interceptados por la Policía, exactamente del Edificio Armando Guido, cuatro cuadras al sur. La oficial Hernández ordenó a Jaen y su cúpula bajar del auto, pero no aceptaron. Insatisfechos con la desobediencia, Howar Urbina y Julio Narváez, caminaron hasta el auto.
La función del fallecido Diógenes Medina, expolicía, era conducir el vehículo donde se movilizaban y realizar vigilancia fuera de la casa. pic.twitter.com/EnDhoVTtAx
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Urbina fue hacia el lado derecho, para custodiar a Morales Blanco y Narváez se acercó al asiento del conductor, donde estaba Trinidad Medina. Este último se bajó del auto y le propinó varios disparos a Narváez. El oficial respondió con la misma dosis. En el intercambio de disparos, ambos fallecieron.
Al ver a Narváez en el suelo, el oficial Urbina descuidó a Morales Blanco y acudió en ayuda de su compañero. Morales aprovechó para realizar varias detonaciones en el cuerpo de Urbina, y este cayó sin más reparo, a la par de su compañero.
Morales comenzó a correr y en su persecución fueron Oliver Chow Alvarado y Armando Sevilla. El sospechoso realizó varios disparos en la huida y logró herir a Chow, quien también cayó al suelo producto de los impactos de bala. Morales continuó su huida, pero fue capturado por otros oficiales.
Todo fue cuestión de minutos. Los oficiales Narváez y Urbina, fallecieron en el Hospital Solidaridad. El oficial Chow, fue el único sobreviviente, y se encuentra estable.
La audiencia inicial está programada para el nueve de febrero en el Juzgado 9 Distrito Penal. Los detenidos guardan prisión en la DAJ. pic.twitter.com/e0Yf0tAQ3C
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