24 de noviembre 2016
Me encuentro con empresarios, académicos, analistas y políticos que plantean, con mucha seguridad, que el Donald Trump presidente va a ser muy distinto al de la campaña. Dicen que como todo político, el discurso que utilizó fue solo para ganar la elección, pero que no llevará a la práctica lo que dijo.
No comparto esa visión y pienso que Trump como presidente de Estados Unidos es un peligro para su país y para el mundo. Y, desde luego, para México. A partir del 20 de enero de 2017, cuando asuma la presidencia, vamos a poder constatar qué es lo que hará. Por ahora todo lo que se diga son especulaciones.
Mi posición parte de las ofertas de campaña: la promesa de deportar a 11 millones de migrantes sin papeles, de ellos 8.5 millones son mexicanos. De continuar la construcción del muro, ya existen 1,100 kilómetros, que va a cobrar al gobierno de México. Y suspender de manera arbitraria, si lo considera pertinente, el TLCAN.
En muy buena medida esas promesas le dieron la victoria. Eso era lo que quería oír la base de su electorado. En la visión de éstos su actual situación, que la ven como de estancamiento o retroceso, es producto de los migrantes que son los que le quitan su trabajo y mantiene a la baja los salarios.
No tengo elementos para pensar que al llegar a la presidencia va a traicionar a esos electores. Se metería en un gran lío. Necesita esa base de apoyo, para llevar adelante su proyecto de gobierno que todavía no sabemos cuál es. Nunca se comprometió a nada que no fueran vagas ideas relacionadas con crear un país mejor y restaurar la supuesta grandeza perdida.
Las únicas propuestas, fueron su caballito de batalla, son las ya mencionadas. ¿Por qué se habría de retractar? ¿Por qué rompería con su base? ¿Por qué sería igual que todos los políticos? Es cierto que Trump ha demostrado ser un mentiroso compulsivo, como lo demostró la gran prensa de Estados Unidos. Eso le da espacio, para decir y hacer cualquier cosa. Él no distingue entre la verdad y la mentira.
El gobierno y la sociedad mexicana deben estar preparados para el peor de los escenarios. Esto implica que el nuevo presidente cumpla todos sus compromisos de campaña relacionados con México, que fueron los más sonados a nivel nacional e internacional. De ser así, las consecuencias económicas y sociales, para México serían devastadoras. También, para regiones de Estados Unidos.
La campaña, pero sobre todo la historia de su vida, da cuenta de un hombre tramposo en el que no se puede confiar. Por años engañó a la autoridad fiscal de su país, a contratistas y a clientes. ¿Por qué al asumir la presidencia de su país se va a convertir en otra persona? Silvio Berlusconi, un empresario con perfil semejante al de Trump, llegó a ser primer ministro de Italia. Todo el mundo conoce lo que pasó. ¿Por qué Trump sería diferente?
Publicado originalmente en Infolatam.