27 de septiembre 2016
El jueves pasado, se anunció la aprobación en el congreso de los Estados Unidos la ley con el nombre abreviado de “Nica-Act”, promovida a través de Ileana Ros-Lehtinen y Albio Sires, congresista republicana la primera y demócrata el segundo. “Nica-Act”, dizque “contra Ortega”, solo es otro ejemplar de las muchas leyes que los políticos norteamericanos, de todas las épocas, se han creído en el derecho de legislar sobre nuestro país, y de otros países de cualquier continente.
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Lo nuevo en esta “Nica-Act”, es que se aprueba en medio del carnaval electorero norteamericano y que en apoyo de los mencionados congresistas se ha sumado Ted Cruz, el fracasado pretendiente a candidato presidencial republicano. Esto hace visible el hecho de que –en parte— esta ley es un intento de encubrir el fracaso de un sector del Partido Republican en su intento por evitar el triunfo del troglodita Donald Trump, y de lavarse la cara ante la opinión pública tras la búsqueda de una futura oportunidad en las elecciones legislativas. La rápida aprobación de su iniciativa, se debe a que la mayoría republicana del congreso, es igualmente fracasada frente a Triump.
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Es claro entonces, que nada de eso le resta su naturaleza imperial a la “Nica-Act”. Nada nuevo, como tampoco lo es que en Nicaragua haya quienes se alegran por ese tipo de injerencia, demostrando con ello que en el subconsciente aún conservan el complejo que les da su cultura de colonizados, propia de los políticos tradicionales. Unos, porque creen que sus quejas ante los congresistas gringos son capaces de mover la voluntad política de su gobierno a su favor, haciéndoles omitir que la preeminencia absoluta de los intereses imperiales de los Estados Unidos son los que guían a todas sus leyes, y en ellas se ven reflejados, nunca los intereses ajenos, aunque los quejosos se sientan y piensen como “americanos”.
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Otros, porque creen que los atropellos contra los derechos políticos y democráticos de los nicaragüenses en contra de la institucionalidad de nuestro país, que comete el gobierno de Daniel Ortega, son los verdaderos motivos por los cuales se inspiran o se hayan inspirado alguna vez las leyes y las acciones de la política exterior de los Estados Unidos en su historia de intervenciones en los países latinoamericanos, en especial, en el nuestro. Si así fuera, Estados Unidos nunca hubiese sido el promotor de dictaduras militares criminales, como la los Somoza y de todas las habidas en nuestro subcontinente.
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Esos sectores, sostienen la ilusa la idea de que la política exterior gringa en estos tiempos se orienta según “la supranacionalidad de la democracia y los derechos humanos”. No hace falta mucho espacio para desmentir esa idea: basta recordar que la absoluta mayoría de las naciones representadas en las Naciones Unidas, desde hace varios años han tomado acuerdos en favor de la descolonización de Puerto Rico, poner fin al bloqueo contra Cuba y la salida de Israel de los territorios de Palestina. ¿Y quiénes se han burlado de esos acuerdos? Estados Unidos e Israel, precisamente, los violadores de los derechos a la independencia y el respeto a las soberanías de esos pueblos, actuando como una verdadera supradictadura universal.
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El hecho real de que Daniel Ortega, con sus políticas represivas y violatorias de los derechos constitucionales y humanos, más sus pretensiones de modificar las estructuras democráticas gubernamentales para darles un perfil dinástico, es el pretexto ideal para que la política exterior yanqui tome cualquier medida injerencista y así poder disfrazar la falsa imagen de su país, como gestor, padrino y guardián de la democracia en el mundo. ¿Con qué derecho y quién suponen que se los ha dado? Esta es una interrogante que nunca se hacen los portadores de la cultura de colonizados, menos que se la hagan los propios gringos.
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Pronosticar situaciones desventajosas para los pobres y los programas “sociales” por el corte de préstamos internacionales para Nicaragua, como efecto de esta nueva ley, no es nada irreal. Pero, ¿es que acaso estos préstamos no los ha pagado el pueblo todo el tiempo, sin que se haya visto un cambio importante en su estado de pobreza y miseria? Los perjuicios económicos, y el gran abismo entre macroeconomía y pobreza, en el fondo, nunca afectaron a los grandes importadores de productos de lujo ni a los exportadores de materias primas al mercado norteamericano.
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Ni en épocas de bajos niveles comerciales en el exterior, ni cuando, como ahora, se alardea de tener una macro economía elevada y en ascenso, el pueblo nicaragüense se ha liberado de los niveles habituales de pobreza. Ese cuento de que a los gobernantes y a las clases ricas que representan les preocupa mucho el no poder recibir préstamos del exterior, “porque afecta a toda las clases”, es puro teatro político, llanto de plañideras por cuenta propia. Quienes siempre han sido afectados por los llorones, y no solo porque ellos, los llorones ricos, les han escamoteado los préstamos locales y externos, sino también por la debilidad del mercado interno, son los comerciantes y productores pequeños y medianos. Esos que abastecen de productos el mercado que se deprime por dos causas de efectos recíprocos: 1) los pobres son incapaces de consumir lo suficiente por falta de trabajo y buenos salarios; 2) los pequeños empresarios no pueden ofrecer empleos con salarios regulares para aumentar la producción por falta de compradores.
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Lo único que los grandes capitalistas pudieran ver disminuidas son sus máximas ganancias, pero nunca dejan de ganar en ningún mal tiempo. Los políticos dominantes, tampoco dejan de esquilmar los recursos públicos en ninguna época de crisis, menos de abundancia, sin contar las coimas que les dejan los préstamos internacionales. Eso significa, que es a los sectores populares y los sectores medios, las víctimas de siempre, a quienes conviene y corresponde identificar a sus enemigos de dentro y de fuera, organizarse y luchar por rescatar sus derechos conculcados, sin recurrir a ninguna fuerza política extranjera. De afuera, solo es admisible la solidaridad de los pueblos.
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Finalmente, por ahora, debo una explicación a los probables lectores de esta columna: su título, “La mula nunca salió del trigal”, es una paráfrasis del refrán “Vuelve la mula al trigo”, con lo cual quiero expresar que los Estados Unidos no vuelve a injerir en los asuntos internos de Nicaragua, sino que jamás ha dejado de hacerlo. Como acostumbro, me apoyo en los hechos históricos. Por eso, he abierto en mis columnas el pequeño espacio para recordar esta:
Cronología imperial (*)
1979.- El 13 de marzo, se produjo el derrocamiento de Eric Gaile, el primer ministro de Granada, y se estableció un gobierno revolucionario popular encabezado por Maurice Bishop, quien dos meses después denunció el inicio de un plan desestabilizador por parte de los Estados Unidos. El incendio de plantaciones y alojamientos turísticos, más un atentado con bombas contra Gaire, durante un acto de masas, fueron considerados parte de ese plan.
1979.- El 19 de julio, triunfó la insurrección popular armada, dirigida por el FSLN, sobre la dictadura hereditaria de Anastasio Somoza Debayle, el tercero de la dinastía instaurada por Anastasio Somoza García, con el apoyo decidido de las fuerzas de ocupación norteamericana, iniciada en 1912, con un breve intermedio en 1925 y reanudada en 1926 hasta 1933. La Junta de Gobierno de Reconstrucción Nacional, arribó a Managua procedente de León el 20 de julio, y se hizo cargo de la conducción del Estado libre de Nicaragua.
1980.- El 25 de febrero, militares jóvenes tomaron el poder en Suriname, y se inició una campaña de desestabilización con huelgas y sabotajes, de sospechada factura norteamericana.
(*) Resumida de Guía del Tercer Mundo-86.
Curiosidades:
- En Charlotte, Carolina del Norte, Estados Unidos, el asesinato por una policía blanca de un afronorteamericanos de 43 años, el enésimo crimen en los últimos años, ha provocado, igual que los anteriores, grandes manifestaciones de protestas de negros y blancos, las que son reprimidas con violencia policial. Esa centenaria e impune criminalidad nunca ha sido visible para ningún organismo “supranacional” como la OEA, pese a que allá tiene su sede. Esta “curiosidad”, en verdad, es una costumbre.
- Desde el jueves 22/10/16 se produjo un apagón nacional en Puerto Rico, y desde el sábado, el fluido eléctrico solo ha retornado de forma sectorial, pero no permanente. Lo curioso de esta noticia tiene dos aristas: que el apagón se produjo apenas semanas después que Obama nombró una comisión colonial para regular el pago de la deuda externa de la isla; y que esta noticia del apagón nunca llegó antes ni después del “cierre” de los medios del ejército mediático transnacional.
Palabra clave: Nica Act.
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