26 de agosto 2016
Una delegación integrada por funcionarios de varias agencias del gobierno de Estados Unidos llegó al país para reunirse con representantes del sector privado y público nacional, para tratar varios temas referentes al tratado que rige las relaciones comerciales de ese país con Centroamérica y República Dominicana (DR-Cafta, por sus siglas en inglés).
Diversos sectores productivos (agrícola, textil, carne, maní y tabaco) están buscando soluciones a diversos tipos de trabas establecidas por las nuevas regulaciones que entraron en vigor en Estados Unidos, que sigue siendo el principal destino de nuestras exportaciones, y nuestro primer proveedor mundial de bienes y mercancías.
“El Cafta es la base de nuestras relaciones comerciales con Nicaragua”. En diez años de implementación de ese acuerdo, “el comercio entre ambos países creció 160%”, aseguró el consejero comercial de la legación estadounidense en Managua, William Muntean.
Tanto el consejero como la embajadora Laura Dogu explicaron que la presencia de los representantes de varias agencias estadounidenses en Nicaragua es para participar de reuniones regionales en el marco del Cafta, recordando que no es posible cambiar lo que está escrito en el texto del acuerdo, si no es por intermedio de los órganos legislativos de los países miembros.
“No hay posibilidad de que se cambie lo que dice el Cafta” acerca de los periodos de desgravación, por ejemplo, aclaró la diplomática.
Dogu también aclaró que estas decisiones no están motivadas por razones políticas, ni por la reciente expulsión de varios oficiales de su país, sino que se trata de leyes que tienen años de estar en negociación.
Textiles
Después de la pérdida de los TPL –un programa que otorgó por una década una enorme ventaja competitiva al sector textil nicaragüense– cayeron las exportaciones textiles a Estados Unidos en la primera mitad de 2015, pero luego comenzó a crecer, y ahora está más alta que antes de perder los TPL.
“Eso es una buena señal de que el sector textil nicaragüense es competitivo, porque todavía tiene un mercado grande, y sus exportaciones a EE. UU. están creciendo”, señaló Muntean.
Tabaco
Luego de negociar una nueva ley sobre el tabaco y su reglamento por los últimos siete años, Estados Unidos puso una serie de trabas sobre cualquier producto que contenga esa planta, y aunque la industria tabacalera nicaragüense trató de lograr que un puro Premium no se tratara igual que un cigarrillo, nada cambió, y nada cambiará.
“Aquí estamos hablando de un asunto de salud, no comercial. La FDA (la Administración de Medicinas y Alimentos de Estados Unidos), dictaminó que el efecto de un puro Premium sobre la salud del consumidor, no es diferente a la de un cigarrillo y otros productos similares, así que eso se quedará así”, dijo el consejero económico.
La embajadora recomendó a las empresas nicaragüenses del sector que traten de cumplir las nuevas regulaciones para seguir operando en ese mercado. Otras opciones son buscar nuevos destinos para sus productos, o alcanzar alianzas con otras empresas locales para que se les facilite cumplir las nuevas regulaciones.
Maní
“El Congreso aprobó el Farm Bill en 2014 (la Ley Agrícola que regula, entre otros, el tema de los subsidios que ese país otorga a sus productores), por lo que hay nuevas regulaciones para el sector, que ya entraron en vigencia”, dijo el consejero.
En julio, una delegación de empresarios privados y funcionarios públicos nicaragüenses se reunieron en Washington con representantes de varias agencias gubernamentales de ese país, para expresar sus preocupaciones al respecto. “Ellos les hicieron notar que de todos modos, los precios del maní y el aceite de maní están creciendo”, detalló el agregado.
Carne
Después de muchos años de negociación e inspecciones, Brasil demostró que había controlado la fiebre aftosa, por lo que Estados Unidos le dio acceso a la cuota denominada ‘Otros Países’ con lo que ese país sudamericano puede venderle carne de res, afectando a otros países, como Nicaragua, que usaban esa cuota para colocar sus productos cárnicos en el mercado estadounidense, lo que deja de ser posible, ante la gran capacidad productora y exportadora de Brasil.
Muntean recordó que Nicaragua no está aprovechando la cuota que le fue concedida en el marco del Cafta, que en este momento es de 15,500 toneladas, y crece a razón de 500 toneladas al año, hasta 2020, año en que el país será libre de vender tanta carne como pueda, libre de aranceles.