16 de agosto 2016
Después de reportar dos trimestres “atípicamente altos”, la Encuesta de Confianza de Empresarios, presentada por la Fundación Nicaragüense para el Desarrollo Económico y Social (Funides), muestra que “la percepción de los empresarios sobre la situación económica del país ha desmejorado en julio de 2016 con respeto a la tendencia presentada a inicios del presente año”.
La encuesta entre empresarios efectuada en enero del presente año, mostró que el 40% de los encuestados opinaba que había mejorado la situación económica del país con respecto a lo observado el año anterior, versus un 7% que opinaba lo contario, con lo que se producía una brecha de 33 puntos positivos.
El indicador descendía levemente en abril, luego que otro 40% se expresara positivamente, versus 10% que opinaba lo contrario, de donde resultaba un porcentaje positivo de 30 puntos.
El dato cambió significativamente en julio cuando hubo solo 23% de opiniones positivas, contrarrestadas con 18% de negativas, para dejar el margen en 5%. “Los empresarios expresaron percibir un deterioro en la coyuntura económica del país con respecto al año anterior, lo cual tuvo un impacto negativo en la percepción del clima de inversión”, explica el segundo Informe de Coyuntura Económica (ICE), presentado por Funides.
Al evaluar el clima de inversión, los 74 puntos positivos de abril 2016, (77% positivos, menos 3% negativos) se convierten en 48% (producto de 66 puntos positivos menos 18 negativos).
En uno de los pocos resultados positivos de la encuesta, 24% de los empresarios opina que mejoró la situación de su empresa, versus 10% que reporta un deterioro, mientras la confianza en el sistema judicial cae de -19 a -23, mientras 85% de los que respondió la encuesta sigue considerando a la corrupción, como el peor de los flagelos que tiene que enfrentar su empresa.
“Cabe mencionar que las empresas de esta muestra son en su mayoría grandes, por tanto estos factores son vitales para el desarrollo y normal desenvolvimiento de sus actividades productivas”, detalla el documento presentado por Juan Sebastián Chamorro, director ejecutivo de Funides.
Por su parte, los consumidores opinan que mejoró su capacidad de compra (+40%), versus aquellos que reportan que ha empeorado (-30%), con lo que se obtiene un +10%, que contrasta con el -16% de marzo de 2016. Con esto suman 13 los trimestres consecutivos en que los consumidores reportan resultados negativos.
Creciendo más de 4%
El Producto Interno Bruto del primer trimestre del año se mantuvo alto (4.8%), por lo que la Fundación Nicaragüense para el Desarrollo Económico y Social (Funides), calcula que ese indicador cerrará el año en 4.6%, manteniendo la tendencia observada a lo largo de la presente década, en que crece arriba del 4.5% cada año.
El 4.8% medido al cierre del mes de marzo, supera en 0.4 puntos porcentuales a la medición del mismo indicador, hecha un año antes. El Índice Mensual de Actividad Económica del mes de abril muestra que los tres rubros más importantes del periodo fueron la industria manufacturera, el sector pecuario y el comercio, que aportaron casi dos tercios del crecimiento observado.
La película es distinta si lo que se mide es el porcentaje en que creció cada actividad porque en este caso, el protagonismo le pertenece al sector construcción que tuvo un crecimiento de 20.2%, mientras la industria financiera veía incrementar su actividad en 9.3% “como resultado del aumento en la entrega de créditos y en los depósitos recibidos”, detalla el ICE.
El tercer lugar le correspondió al sector comercio, (7.8%), “impulsado por el aumento en el comercio de bienes de origen importado, como medicinas y bienes duraderos”. Hoteles y restaurantes, y el sector pecuario, “también presentaron una tasa superior a la experimentada por el PIB durante este trimestre”, añade el documento.
Todo ello posibilitó que “entre febrero y abril de 2016 se incorporaran 30,643 trabajadores al sector formal de la economía”, explica Funides, sin olvidar que “el aumento en el número de afiliaciones se debe tanto a nuevos empleos formales, como a la formalización de empleos ya existentes”.
El 65% de esas nuevas afiliaciones provino del sector servicios, que tiene altos niveles de informalidad, mientras la fuente de otro 25% fue el comercio.
El desempeño del 4.8% fue posible pese al serio bajón de las exportaciones de mercancías, que cayeron 13.2% durante los primeros cuatro meses del año, lo que contrasta con el crecimiento de 15.0% de las colocaciones de productos manufacturados en empresas de zona franca, con lo que el global muestra una ligera reducción de 0.4%.
“El efecto de compensación entre un grupo y el otro observado en las exportaciones muestra la importancia de la diversificación en los bienes comercializados con el exterior, la cual se debe ir ampliando tanto a lo interno de las mercancías como de los bienes de zonas francas”, cita el informe.
Estados Unidos se mantiene como el principal destino de nuestras exportaciones, con 41.0% del total, mientras que El Salvador recuperó el segundo lugar (10.8%); Costa Rica regresa al tercero (6.5%), Venezuela se desploma hasta el cuarto (5.4%), y Guatemala cierra en quinto lugar (3.7%). Canadá no está en la lista de los cinco primeros.
Cinco razones para ser informales
La informalidad que “afecta la equidad, la capacidad del gobierno para recaudar recursos, el alcance de la seguridad social, la eficiencia, la productividad y el crecimiento económico”, afecta a entre 70% y 85% de las empresas que existen en el país, en dependencia del parámetro que se use para medirla.
Algunos de esos parámetros son no tener un registro mercantil, no llevar ningún tipo de contabilidad, no haber pagado impuestos el año anterior (o bien, no estar registrado en la Dirección General de Ingresos), y no haber pagado el seguro de sus empleados en todo el año previo, lo que es igual que no estar registrado en el Instituto Nicaragüense de Seguridad Social.
El estudio de Funides detectó cinco razones importantes por las que las empresas permanecen en esa situación de informalidad, encontrando que casi la cuarta parte (38.1%) prefiere mantener ese estatus “porque funcionan bien así”, mientras otro 20.5% se justifica diciendo que “los trámites son difíciles”.
En esa misma línea, 17.1% encuentra que al legalizarse “sus empresas no ganarían mucho y en cambio, tendrían que comenzar a pagar impuestos”, mientras 15.4% opina que “los trámites son costosos”, y otro 7.8% simplemente desconoce los trámites.
“La informalidad se refuerza porque una parte de los empresarios informales encuestados no confía en que sus impuestos serían usados eficientemente por la administración pública, y por una alta percepción de evasión impositiva”, aseguró Juan Sebastián Chamorro, director ejecutivo de Funides.