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¿Cuánto ha llovido?

Una de las debilidades del periodismo nacional después de tres años de sequía, ha sido la poca información brindada sobre la cantidad de lluvia

Guillermo Rothschuh Villanueva

14 de agosto 2016

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“PROTEGER, RESTAURAR Y PROMOVER EL USO SOSTENIBLE
DE LOS ECOSISTEMAS TERRESTRES, EL MANEJO
SOSTENIBLE DE LOS BOSQUES, COMBATIR LA DESERTIFICACIÓN,
Y DETENER Y REVERTIR LA DEGRADACIÓN DE LA TIERRA
Y DETENER LA PÉRDIDA DE BIODIVERSIDAD”.
Objetivo número 15 de ODS-Naciones Unidas

Todavía no sabemos cuánto ha sido el acumulado de lluvias en las diferentes regiones y departamentos del país. Una de las debilidades del periodismo nacional después de tres años de sequía, ha sido la poca información brindada sobre la cantidad de lluvia caída hasta mediados de agosto. El diario La Prensa (Mabel Calero y Rezaye Álvarez), ha mantenido el tema en agenda durante el último mes. El problema es que las apreciaciones de los periodistas son únicamente cualitativas. Para mostrarse útiles deben rectificar a la brevedad. Los juicios de productores y especialistas en el tema son desalentadores. El comportamiento del invierno no ha sido como se esperaba. Las precipitaciones pluviales son menores a lo que inicialmente informaron los medios. La incertidumbre se ha apoderado de los productores. Sentimiento compartido por la ciudadanía.

A inicios de mayo los medios —sin excepción— apuntaron que tendríamos una temporada lluviosa normal. Incluso adelantaron la presencia de La Niña durante el último trimestre del año. Las alarmas sonaron hace casi dos meses cuando el presidente de Upanic, Michael Healy Lacayo, hizo un llamado a los productores de abstenerse de sembrar hasta que el invierno terminara de instalarse. Igualmente advirtió que en Jinotega el comportamiento del invierno era irregular. Era el momento para que medios y periodistas retomaran el tema. A esta preocupación se sumaron hace poco los especialistas Ruth Herrera (Plataforma en defensa del Agua y la Vida) y Víctor Campos, (directivo del Centro Humboldt). Adujeron que la inconsistencia de las lluvias provocará escasez de agua potable en varias ciudades y pérdidas a los productores en algunas zonas del país.

En el Observatorio de Medios-CINCO establecimos como prioritaria toda la información vinculada con el invierno. El panorama presentado por los medios durante los meses de marzo y abril fue conmovedor. Con lagos, lagunas y ríos secos; despale despiadado en las zonas de reserva y amortiguamiento —Bosawas e Indio Maíz— deforestación en los pinares de Madriz y Nueva Segovia, las protestas y presiones de indígenas y ecologistas, fueron determinantes para que el gobierno se viese obligado a decretar una veda temporal. El seguimiento a los medios nos permite corroborar que el interés puesto sobre la sequía no guarda ningún paralelismo con la cobertura realizada con el invierno. Las catástrofes ocurridas en Rama y El Tortugero —como siempre— estuvieron prestos a cubrirlas. Los medios tienen especial propensión por los desastres telúricos.


¿A qué debemos atribuir la pobreza informativa acerca de un tema de impacto nacional? ¿Será que tendremos que esperar hasta el final del invierno para lamentarnos sobre lo ocurrido? Expertos en medio ambiente señalan la importancia de otorgarles una primerísima importancia en la agenda mediática. ¿Continuará prevaleciendo en sus políticas informativas una visión corto placista? ¿Seguirán obsesionados nada más con el día a día y los eventos telúricos que ocasionan pérdidas humanas y materiales? Con el mismo interés y detalle con que dan seguimiento a los temas políticos, los medios deberían brindar cobertura a situaciones y acontecimientos vinculados con la calidad de vida de las personas. La carencia de agua es letal. Hay que atender las advertencias: ni los pozos ni el manto friático han recuperado sus niveles.

Estamos sabidos que el gobierno no ofrecerá estadísticas; el más interesado en brindarlas debería ser el Instituto Nicaragüense de Estudios Territoriales (Ineter). ¿La relación de elevada a rango constitucional, entre gobierno y empresarios, no permite a estos últimos exigir información detallada al gobierno acerca del comportamiento del invierno a lo largo y ancho del país? ¿La han demandado en algún momento? ¿De no ser así para qué sirve entonces y hasta donde llega esta relación? ¿Se han reunido con los dirigentes del Ministerio de Agricultura y Ganadería? ¿A qué obedece que no hagan pública esta exigencia? Ninguna prevención está de más. Los productores no pueden ni deben continuar caminando a ciegas. Los afiliados a las organizaciones empresariales esperan que sus dirigentes sean diligentes. A eso obedece su adscripción.

Los más perjudicados serán una vez más los pequeños productores de granos y hortalizas y los pequeños ganaderos. En Boaco y Chontales ha llovido muy poco y de manera desigual. Un fenómeno parecido ocurre en la zona del Pacífico Sur. Rezaye Álvarez (La Prensa), un tanto optimista volvió a poner en agenda la llegada de La Niña, nada más que advirtió que su presencia será débil. Basándose en lo expresado por la Organización Meteorológica Mundial (OMM), subrayó que “durante el segundo subperíodo se podrían presentar eventos extremos de corta duración y gran intensidad en distintas regiones del país”. El racionamiento del agua persiste. La situación más aflictiva se vive en el corredor seco: León, Chinandega, Estelí, Madriz, Matagalpa y Nueva Segovia. ¿Cuáles fueron las lecciones acumuladas durante las sequías? ¿Existen algunas providencias en marcha?

Los medios apuntan que ha llovido de manera insuficiente, ¿pero cuánto es insuficiente después de dos años de sequías severas? ¿Basta que llueva de manera normal, como afirman algunos medios y periodistas que lloverá en algunas zonas, para qué ríos, lagunas, lagos y el manto friático se recuperen? Sería oportuno que medios y periodistas realicen una investigación por todo el territorio nacional, incluidos aquellos lugares donde han ocurrido inundaciones, para saber cuál es la situación verdadera: su impacto en las cosechas y sus repercusiones en las zonas ganaderas. El recorte y falta de corresponsales impide a los medios ofrecernos una visión de conjunto. Después de transcurridos los tres primeros meses de invierno, todavía no contamos con registros fidedignos. Productores, sociedad civil y medios, tienen que salvar el vacío gubernamental.

En un país agrario-exportador, cuyo destino económico está atado a la presencia de un buen invierno, urge que los medios volteen su mirada e incorporen como fundamental, todo lo atingente con las lluvias. Están más atentos los cronistas deportivos. Desde el inició de la temporada de las Grandes Ligas, no han parado de informar día a día, todo cuanto hace o deja de hacer Cheslor Cuthbert. Nos hablan de sus ponches, dobletes, jonrones, grandes atrapadas y su zigzagueante comportamiento con el bate. Es su mérito. ¿Cuándo harán algo similar medios y periodistas que cubren el medioambiente? El Observatorio de Medios como el nuestro, precisamente nació para señalar y contribuir a superar sus carencias en temas que afectan de sobremanera al conjunto de la sociedad. ¿Ocurrirá una vuelta de tuerca? Urgen cambios en sus políticas informativas. ¿Podemos abrigar esperanzas?


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Guillermo Rothschuh Villanueva

Guillermo Rothschuh Villanueva

Comunicólogo y escritor nicaragüense. Fue decano de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad Centroamericana (UCA) de abril de 1991 a diciembre de 2006. Autor de crónicas y ensayos. Ha escrito y publicado más de cuarenta libros.

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