27 de julio 2016
La exclusión de la opositora Coalición Nacional por la Democracia de las próximas elecciones generales, en las que Ortega busca su cuarto mandato presidencial, en un proceso sin observación ni competencia, plantea a la oposición una oportunidad para reinventarse ante la población, según el político liberal Eliseo Núñez, actual diputado suplente ante la Asamblea Nacional. Núñez reconoce que la oposición no ha logrado conectarse con las necesidades cotidianas de la gente y propone salir a golpear puertas, casa a casa, en la calle, para articular las demandas ciudadanas. El político conversó este jueves con el periodista Carlos Salinas en el programa de televisión Esta Noche.
En tu autocrítica, decís que el liberalismo no ha podido conectar con la gente durante todos estos años, ¿a qué te referís exactamente con esto?
Creo que nosotros hemos tenido una visión introspectiva de la política. Constantemente vemos cuáles son los problemas que creemos que deben solucionarse: institucionalidad, nombramiento de magistrados, elecciones libres… Y aunque todo eso es importante —porque realmente es el marco para un Estado de Derecho sano—, la gente tiene preocupaciones diferentes. La gente quiere saber cómo va a mandar a sus hijos al colegio, cómo va a comer al día siguiente, qué trabajo tiene, si le van a aumentar, sino no, si va a vender o no va a vender en su negocio. Eso es lo que le preocupa a la gente y nosotros, durante estos años, no hemos hablado de esos temas. Y todavía, si vas más allá de eso, con los millenials hay más bien una interrupción en la comunicación intergeneracional total.
¿Estás hablando de jóvenes que están entre los 18 a los 35 años?
De los 18 a los 25 años, principalmente. De los 25 a 35 años, tienen que ver con otro segmento. Pero con los de 18 a 25 años, yo siempre recuerdo a un presentador de televisión que comentaba: “Si ustedes miran (la red social) Snapchat, no le van a entender si tienen más de 25 años; si tienen menos si les van a entender”. Y pongo esto de ejemplo porque así como eso, hay otros temas que nosotros no estamos entendiendo de ellos.
¿Y cómo lograr que los jóvenes se interesen por la política, cuando ellos ven que ni en los partidos hay entendimiento?
Más allá del entendimiento, yo creo que la unidad tiene que ver con liderazgo. Cuando vos lográs tener un liderazgo que ofrece futuro, que ofrece ilusión, definitivamente la gente se une alrededor del liderazgo, más allá de la unidad de partido o unidad de instituciones.
Planteas que el fallo de la Corte Suprema de Justicia, que sacó a la oposición del juego electoral, es una oportunidad para que ustedes puedan replantearse como oposición…
Yo creo que hay que conocernos a nosotros mismos, en nuestro liberalismo, en lo que estamos planteando, en saber si lo que está puesto sobre la mesa es lo que la gente realmente quiere que pongamos ahí.
Hablás de sensibilidad hacia la población… ¿Cómo conquistás a una señora que te dice: “Yo no puedo comer con cien córdobas al día”?
Diciéndole que hay un camino diferente al que se está tomando, un camino diferente al saco de comida a cambio de ser CPC que te da el Frente Sandinista, un camino que podés forjar… Esos chavalos que andan hoy bebiendo licor y celebrando en carnavales políticos que hace el Frente Sandinista, cuando les toque crear un hijo y tengan que darle de comer, se van a dar cuenta que los carnavales políticos no sirven para eso.
También planteás la necesidad de romper con la idea del hombre fuerte como gran líder, ¿pero cómo?
Al comienzo te lo decía: Se necesita un liderazgo, pero uno que entienda que es temporal y dependiente de ideas, de una plataforma ideológica, no un líder que se haga dueño del partido o siga per sécula seculórum (por los siglos de los siglos).
Precisamente lo que nos pasó a los liberales, y a muchos otros partidos en América Latina, es que no tenemos teoría de sucesión. Entonces cuando se trata de suceder a un líder ocurre una guerra intestina que termina despedazándonos.
Igual le va a pasar al Frente Sandinista, lo que pasa es que no le ha llegado la hora, pero te repito que le va a pasar, porque es obvio que después de siete candidaturas de Ortega, en el Frente no hay una teoría de sucesión, por mucho que lo quieran plantear, y Ortega va a tener que caer en la misma guerra intestina que han caído los liberales, tarde o temprano. Lo que pasa es que el esquema de él le ha permitido llegar un poco más largo.