5 de julio 2016
La Encuesta de Hogares para la Medición de la Pobreza en Nicaragua, elaborada por la Fundación Internacional para el Desafío Económico Global (Fideg), revela que la tendencia de la reducción de la pobreza en el país es cercana a un punto porcentual por año: desde el 44.7% observado en 2009, hasta el 39% en 2015.
“La reducción es moderada si se compara año con año, pero en términos acumulados, esa reducción de 5 puntos es significativa -al menos desde el punto de vista estadístico- y esto es importante teniendo en cuenta que el consumo es bastante estable”, aseguró el economista Enrique Alaniz, coordinador técnico de la encuesta.
A su juicio, reducir 5 puntos entre 2009 y 2015, “es un resultado importante”, aunque ello implica que, de mantenerse esa tendencia, se requerirían varias décadas de resultados similares para lograr una reducción sustancial de la pobreza.
“Requeriría mucho tiempo, si tenemos en cuenta que los factores que explican la reducción (la recepción de remesas, los programas sociales, los términos de intercambio) podrían cambiar en el mediano plazo, pero hasta el momento, hay un avance”, insistió durante una entrevista en el programa de televisión ‘Esta Semana’ que se transmite por canal 12.
En octubre del año pasado, el gobierno presentó los resultados de la Encuesta de Medición del Nivel de Vida (EMNV) 2014, efectuada por el Instituto Nacional de Información de Desarrollo (Inide).
Ese ejercicio estadístico reflejaba “una reducción significativa en la pobreza general y extrema del país, en el período 2009-2014. De esta manera, la pobreza general pasó de 42.5% en 2009 a 29.6% en 2014, y la pobreza extrema pasó de 14.6% en 2009 a 8.3% en 2014”.
La presentación se efectuó en la sede del Banco Central de Nicaragua (BCN), con el apoyo del Banco Mundial, que validó unos resultados en los que se reflejaba una disminución de 12.9 puntos porcentuales en la reducción de la pobreza general, y de 6.3 puntos porcentuales en la de la pobreza extrema en un lapso de cinco años
Al preguntar a Alaniz cómo se explican esos 10 puntos de diferencia, el experto responde que “las dos encuestas tienen el mismo enfoque de bienestar, o sea, es un enfoque utilitarista, basado en el consumo. Ocupan la misma metodología, pero los parámetros son diferentes”.
Esto significa que “no necesariamente las líneas que ocupan ellos, son comparables a las que ocupamos nosotros. No necesariamente, la distribución de la muestra es la misma que usamos nosotros, y no necesariamente el periodo de recolección de la información es el mismo”.
“Si bien el enfoque del bienestar que ambos estamos usando es similar, hay algunas cuestiones que discrepan, y por eso encontramos esa diferencia de 39% a 29%”, argumentó.
Diferencias importantes
En realidad, la principal entre todas las ‘cuestiones que discrepan’, puede expresarse en términos de dinero: mientras la EMNV 2014 fija la línea de pobreza extrema en el consumo de una canasta de alimentos valorada en 10,523.9 córdobas al año, la del Fideg trabajó con una canasta valorada en 12,454.6 córdobas al año: 18.3% de diferencia.
Las líneas que separan el valor de las canastas usadas para medir la pobreza general, están aún más separadas una de otra: mientras la EMNV 2014 usó una canasta con un costo de 17,011.5 córdobas al año, la del Fideg costaba 25,110.0 por persona al año: una diferencia de 47.6 por ciento.
Aunque diez puntos porcentuales representan una diferencia a considerar seriamente, Alaniz explica que al presentar sus resultados, Fideg presenta los detalles metodológicos, “y dejamos en manos de los usuarios decidir qué cifra o qué encuesta utilizar.. Ellos deciden si los ocupan o no”.
Consultado al respecto, el economista Adolfo Acevedo reitera ocho meses después de conocer los resultados de la Encuesta del Inide, que “nunca entendí qué canasta usaron para la EMNV 2014”.
Acevedo recuerda que él señaló que la encuesta del Fideg 2013 decía que en el país había 40% de pobreza, pero un año después, el gobierno decía que era de 29%. Luego, (en 2016 con datos recogidos en 2015) “Fideg dice que la pobreza general es de 39%, casi igual que en su encuesta anterior, en una situación de supuestas tasas de crecimiento altísimas”.
Si un pobre consume un centavo más por encima de la línea que define la pobreza, “deja de ser pobre desde el punto de vista estadístico”, señaló. Fideg define esa ‘línea de pobreza’ como el costo de consumir el equivalente a 2,295 calorías al día, mientras Inide la calcula en 2,282 calorías por persona al día.
“Esas líneas son arbitrarias, pero hay distintas fuentes de calorías: aceite, o coca cola, con lo que se puede cubrir la demanda calórica con un costo muy bajo. ¿Cuál es la canasta concreta de bienes y servicios alimentarios, y cuál es la canasta global?”, se pregunta Acevedo, mientras lamenta poder saber con qué canasta se hace el cálculo en Panamá, pero no en Nicaragua.
“Primero se define el número de calorías a definir, y luego la canasta de donde se pueden obtener, y esto se puede cubrir con canastas muy distintas, buscando las que minimicen el costo. No conozco las canastas, y tendríamos que verlas para poder analizar. Hay que ser serios y transparentes con estas cosas, porque estamos hablando de seres humanos”, sentenció.
[destacado titulo="Las diferencias metodológicas entre Inide y Fideg"]
*Gobierno mide la pobreza con una línea más baja y el resultado es menos pobreza
La EMNV 2014 del Inide tiene grandes diferencias con la Encuesta de Hogares del Fideg, como lo muestra el siguiente cuadro: