4 de julio 2016
En una reciente entrevista, Juan Carlos Monedero, ex líder de Podemos y todavía uno de sus principales referentes intelectuales, acusó al PP (Partido Popular) de estar latinoamericanizando España con la colaboración del PSOE (Partido Socialista Obrero Español). Si bien Monedero se refería a las políticas de austeridad aplicadas desde el gobierno, no deja de llamar la atención tal afirmación a la vista de las estrechas relaciones que una parte importante del equipo fundador de Podemos ha tenido y sigue teniendo con América Latina, incluyendo a Pablo Iglesias e Iñigo Errejón.
Los lazos de todo tipo con los países de la órbita bolivariana son lo suficientemente conocidos como para extenderme al respecto una vez más. En este sentido,Iglesias afirmaba un par de semanas antes de las elecciones generales del 26 de junio que “Podemos tiene rasgos peronistas” y que éstos son consecuencia de la lectura de Ernesto Laclau. En la misma ocasión también admitió su admiración por Jorge Bergoglio, el papa argentino de notorias raíces justicialistas.
Esa constante afinidad y cercanía con la política latinoamericana se volvió a poner en evidencia durante la jornada electoral del mes pasado. Con la vista puesta en los excelentes resultados electorales que pensaban obtener, incluyendo el más que probable segundo puesto (e incluso la posibilidad de amenazar las posiciones del PP), la dirigencia del partido invitó a una nutrida delegación internacional de agrupaciones de izquierda y movimientos sociales, con una destacada presencia de políticos y activistas latinoamericanos.
Uno de los máximos referentes presentes fue Axel Kicillof, ex ministro de Economía del último gobierno kirchnerista, que estuvo acompañado por su correligionario Diego Mansilla, diputado del parlamento del Mercosur por el Frente para la Victoria (FPV). Entre los restantes participantes destacan ampliamente por su renombre Veronika Mendoza, candidata del Frente Amplio a las últimas elecciones presidenciales peruanas, yPiedad Córdoba, ex senadora colombiana de reconocidas afinidades con las FARC.
Según algunas versiones periodísticas también hubo representantes de los gobiernos de Evo Morales y Rafael Correa, muy próximos a las posiciones de Podemos, aunque no se conoce exactamente la identidad de todos los integrantes de la comitiva internacional. Otros dirigentes presentes en Madrid para tan connotada ocasión fueron Sebastián Depolo, coordinador nacional del partido chileno Revolución Democrática, y el político argentino Juan Monteverde, del partido Ciudad Futura. Al margen de los latinoamericanos destacó el eurodiputado francés Jean-Luc Mélenchon, del Partido de Izquierda, y una representación de Syriza.
Todos los observadores internacionales que acompañaron a Podemos el día de las elecciones manifestaron su respaldo al partido de Pablo Iglesias y su absoluta confianza en su triunfo electoral. De hecho, en las numerosas intervenciones que tuvieron durante el domingo 26 de junio a través de las redes sociales aparecían muy confiados en el futuro político de Podemos y se mostraban sonrientes junto a sus principales líderes.
La peruana Veronika Mendoza apuntó que con su presencia agradecía el apoyo recibido de Pablo Iglesiasdurante la campaña electoral por la presidencia de su país. Un comunicado de su partido, el Frente Amplio, señalaba que el viaje le serviría para aprender de Podemos “su experiencia en la construcción de una agrupación vinculada a la gente de a pie, su proceso de confluencia político y su proyección generacional como partido renovador de la izquierda contemporánea”.
Llama la atención la identidad de algunos de los invitados, como el ex ministro Kicillof. En estos momentos el kirchnerismo, comenzando por la propia Cristina Fernández, está sometido a sólidas acusaciones de corrupción que salpican a los más altos niveles y pueden acabar con muchos de sus principales líderes condenados por la justicia. El énfasis puesto por Podemos contra la corrupción durante su campaña electoral contrasta abiertamente con el respaldo que sigue ofreciendo a unos dirigentes políticos salpicados abiertamente por escándalos muy sonados de apropiación de fondos públicos. En este sentido sería conveniente que Podemos comenzara a ser más crítico con aquellos partidos y movimientos latinoamericanos afines a los que lo atan sólidos lazos personales e ideológicos. Los casos de Argentina y Venezuela son los principales ejemplos, pero no los únicos.
A medida que iba avanzando el escrutinio y se iban conociendo datos reales de la votación, las caras de los representantes internacionales se fueron contagiando del desánimo de los líderes de Podemos y sus seguidores, fiel reflejo de su mal desempeño electoral. Desde la perspectiva de la relación de España con América Latina hay que dejar constancia del esfuerzo que está haciendo el partido de Iglesias para sacar provecho de unos lazos estrechos y permanentes. Para obtener un buen aprovechamiento de la relación iberoamericana hay que cultivarla de forma constante como está haciendo Podemos.
Contactos, viajes, mensajes de apoyo, en definitiva una interacción permanente entre los dos lados del Océano Atlántico. La asociación con Verónika Mendoza es fiel reflejo de esta realidad. En síntesis, se observa una política clara de Podemos respecto a la región y a sus potenciales socios, algo de lo que deberían tomar buena nota los restantes partidos políticos españoles, comenzando por el PSOE, a quien le quita abiertamente potenciales aliados, pero sin olvidar al PP y a Ciudadanos.