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Exportadores pagarán "platos rotos"

Presidente de Excan: “Si esto no se resuelve, podría comenzar a significar un riesgo muy fuerte para la economía de los productores”

Cafetaleros nicaragüenses demandan acciones inmediatas al Gobierno y a la banca

Iván Olivares

29 de junio 2016

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La decisión del gobierno de Daniel Ortega de expulsar a dos funcionarios aduaneros de Estados Unidos tendrá consecuencias directas sobre el sector privado del país, en especial sobre los exportadores.

El martes 14 de junio, dos funcionarios de la Alianza Aduana-Sector Privado contra el Terrorismo (C-TPAT por sus siglas en inglés), fueron deportados por autoridades nicaragüenses, que alegaron después que lo hacían porque no tenían conocimiento de la misión que cumplían los dos aduaneros.

La excusa es al menos dudosa, como lo demuestra el hecho que esos inspectores han estado llegando al país a lo largo de la última década para certificar que las empresas nicaragüenses que exportan a ese país de Norteamérica, cumplen una serie de requisitos de seguridad.

El ‘premio’ es que los contenedores que salen de las empresas que han sido certificadas tienen ‘luz verde’ para pasar la aduana estadounidense sin ser revisados, lo que ahorra tiempo y dinero, y otorga al país una ventaja competitiva por sobre aquellos exportadores que no cuentan con esa certificación.


Pero las empresas nicas que ahora están certificadas, podrían comenzar a perder esa ventaja cuando se venzan los permisos, si es que antes no regresan los inspectores para otorgarlos a tiempo.

Si no regresan, el resultado será tener que hacer fila para pasar por la Aduana estadounidense, y ese tiempo adicional se medirá en términos de dinero, pero también de pérdida de confianza de los compradores de ese país, que cuentan con que la mercadería que están comprando podrá entrar a su territorio de forma expedita, lo que representará un aliciente para que busquen nuevos proveedores en otras latitudes.

Volver a pulir imagen

José Ángel Buitrago, presidente de la Asociación de Exportadores de Café de Nicaragua (Excan), explicó que los inspectores vienen “una vez al año, o una vez cada dos años, porque cuando las estadísticas demuestran que las cargas que enviamos van sin problemas, se va creando una confianza de bajo riesgo, y Nicaragua ha tenido hasta ahora una imagen de bajo riesgo, lo que quiere decir que los productos nicaragüenses estaban entrando sin ningún problema a ese país”.

El empresario teme que la nueva situación planteada lleve a la autoridad estadounidense a interpretar la expulsión como un indicador de que las cosas no van como ellos pensaban. “Habrá que volver a establecer una imagen de seguridad. Una imagen clara, transparente, de que no hay nada escondido detrás de esto, ni un potencial de hacer daño o esconder cosas como armas, narcóticos, veneno”, dijo al ser entrevistado en el segmento ‘Cuentas Claras’ del programa de televisión ‘Esta Noche’, que se transmite por canal 12.

Buitrago observa que “si esto no se resuelve, podría comenzar a significar un riesgo muy fuerte para la economía de los productores, de las empresas y del país”, en especial si los funcionarios de otras agencias del gobierno estadounidense también dejan de venir a Nicaragua, temerosos de recibir el mismo trato cuando estén en territorio nacional. El

C-TPAT certifica a exportadores de textiles, queso, mariscos, verduras, café, maní, tabaco,  y otros productos.

Pesca: esto puede crear dificultades

Armando Segura, director de la Cámara de la Pesca de Nicaragua (Capenic), explica que el sector pesquero está adscrito a todos los programas de certificación que tiene Estados Unidos con los exportadores extranjeros. “Tenemos que cumplir una cantidad de normas sanitarias y de origen para poder ingresar a ese mercado”, detalló.

Dado que todos los exportadores de ese sector tienen sus permisos vigentes, en este momento no se puede hablar de repercusión cercana, pero “es obvio que este hecho puede crearnos dificultades con el mercado estadounidense”, concedió.

Desde su larga experiencia en la dirección de la Cámara, Segura asevera que el tema de los inspectores “está normado en el Cafta, con notificación a autoridades competentes, sin establecer un procedimiento de ‘permiso’. Aunque en este momento la industria pesquera no está sufriendo una repercusión inmediata, sí puedo decir que estamos interesados en que esto se resuelva pronto”.

“Esperamos que estas cosas se rectifiquen, que no se repitan, y que sigamos siendo una economía abierta al comercio internacional”, expresó.

“Nuestra demanda es que debemos fortalecer la economía de libre mercado. Un acuerdo como el C-TPAT no minimiza el papel de las autoridades nacionales como certificadoras, supervisoras y normadoras en asuntos técnicos, sanitarios, ambientales, etc.”, recordó.

Textil: atrasos y costos mayores

Dean García, Director Ejecutivo de la Asociación Nicaragüense de la Industria Textil y Confección (Anitec), dijo a Confidencial que los dos funcionarios norteamericanos habían llegado a Managua para certificar a una textilera originaria de Estados Unidos.

“A esa empresa ya le había llegado la fecha de renovación, y al expulsar a los funcionarios se detuvo el proceso de certificación. Todo regresó a cero. Si acaso regresan, habrá que comenzar un proceso nuevo”, explicó.

El problema de esa empresa puede multiplicarse por varias veces, siendo que “son varias las que dependen de ese programa”, y luego de lo sucedido a sus colegas “a ese tipo de funcionario le dará temor regresar”, matizó.

García insistió que lo que está de por medio es un tema de facilitación del comercio que ‘aceitaba’ el paso de nuestras exportaciones por las aduanas estadounidenses. “Ahora tendrán que pasar una revisión aleatoria en la Aduana de ese país, lo que generará atrasos y mayores costos”, detalló.

Las empresas exportadoras afiliadas al programa C-TPAT, observan con temor el día en que se venza la certificación que les otorga facilidades para colocar sus productos en Estados Unidos.

Café: afectará a los más grandes

José Ángel Buitrago, Presidente de la Asociación de Exportadores de Café de Nicaragua (Excan), explicó a Confidencial que “EE. UU. tiene un programa de alianzas con los países que le exportan. No es obligatorio afiliarse a él, pero los que quieran usarlo tienen que tener una certificación, que les exime de ‘hacer fila’ al llegar a la aduana estadounidense, porque ya van certificados desde aquí”.

“La certificación la hacen los americanos en Nicaragua, revisando que los contenedores no tengan doble fondo, que no se vaya a empacar otra cosa que lo que está supuesto a llevar, de modo que se cumplan todos los protocolos de seguridad. Ellos pertenecen al Homeland Security”, añadió.

Explicó que los funcionarios venían a “revisar que las plantas procesadoras de estos productos de exportación cumplían con los requisitos establecidos en esta alianza: verificar ciertas medidas de seguridad, inspeccionar los contenedores, mantener vigiladas con cámaras de seguridad las cargas que van a incluirse dentro del contenedor; que solo el personal que está registrado se acerque a la carga, etc., para garantizar que el producto, una vez embarcado y exportado a Estados Unidos, pueda llegar sin amenazas”.

Dado que generalmente esos permisos se renuevan una vez al año, las empresas que están certificadas para exportar con ventaja a Estados Unidos, podrán seguir haciéndolo. Por eso, “el impacto no se sentirá ahorita, pero si pasa el tiempo y no dejan entrar a los inspectores, tendremos que hacer fila en las aduanas estadounidenses, lo que implica perder desde varios días a varios meses”, dijo Buitrago.

No tener esa certificación es también un problema para las compañías navieras que se atrasan cuando no toda su carga puede pasar aduana de forma expedita, por lo que el dueño de la carga pierde dinero, siendo que tiene que pagar el demoraje, y cubrir los costos adicionales de la naviera.

Si los permisos comienzan a vencerse sin que las empresas sean capaces de renovarlos, el sector exportador nicaragüense comenzará a sufrir. En especial, el que coloca sus productos en Estados Unidos, que no es solo nuestro mercado principal, sino también el primer consumidor del mundo.

Pensando en sus colegas del sector cafetero, Buitrago asegura que “esta situación afectará más a las empresas que venden mayoritariamente a Estados Unidos, que es el primer comprador del café nicaragüense”.

Queso: daño será en 2017

Los exportadores de queso organizados en la Cámara Nicaragüense del Sector Lácteo (Canislac), esperan que la situación vuelva a la ‘normalidad’ en los próximos meses.

Oscar López, director ejecutivo de la Cámara, explicó que tienen una ventana de tiempo antes de comenzar a verse afectados, porque como ya cubrieron su cuota de exportación a Estados Unidos, básicamente están a la espera de que llegue el próximo año para recomenzar la colocación de sus productos en ese mercado.

¿Por qué los expulsaron?

Las cámaras y empresas afectadas saben que no pueden sentarse a esperar que las cosas se resuelvan por sí solas, por lo que urgen al liderazgo del Consejo Superior de la Empresa Privada, (Cosep) a reunirse con el mandatario para encontrar una solución.

De paso, también les gustaría entender por qué Ortega ordenó expulsar a los dos funcionarios de la aduana estadounidense.

“¿Por qué los expulsó? No lo sabemos. Nos extrañó mucho. Lo lamentamos, porque esta no es la primera inspección: tiene más de 8 años de estarse llevando a cabo, no solo con café o productos de zona franca. Todo tipo de exportación que va hacia Estados Unidos tiene que pasar por esta verificación”, aseguró José Ángel Buitrago, de Excan.

 


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Iván Olivares

Iván Olivares

Periodista nicaragüense, exiliado en Costa Rica. Durante más de veinte años se ha desempeñado en CONFIDENCIAL como periodista de Economía. Antes trabajó en el semanario La Crónica, el diario La Prensa y El Nuevo Diario. Además, ha publicado en el Diario de Hoy, de El Salvador. Ha ganado en dos ocasiones el Premio a la Excelencia en Periodismo Pedro Joaquín Chamorro Cardenal, en Nicaragua.

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