14 de junio 2016
El fetichismo sexual o erótico alude a un comportamiento sexual en el que el individuo se excita sexualmente al concentrarse en un objeto inanimado o en una parte del cuerpo humano.
Según esta definición, todos tenemos un poco de fetichistas, porque todos tenemos algún “gusto” particular en la cama: A los hombres les puede gustar ver a su pareja vestidas de cierta manera – con minifalda, escote o tacones de aguja – y a las mujeres les puede gustar que su amante les hable de cierta manera – amorosa o morbosamente – durante el sexo.
Los fetiches son más comunes en hombres y se diagnostican como un problema cuando causan problemas sociales, laborales o relacionales a la persona que los sufre. Es decir, que los fetiches son un problema cuando el objeto TIENE que estar presente para que la persona pueda conseguir la excitación y cuando el objeto fetiche se vuelve más importante que la persona que lo usa o lo tiene. Por ejemplo, si a un hombre le gustan las botas altas tipo palillona sin importarle en que mujer estén puestas, entonces hay un problema. Esto puede provocar un problema en las parejas cuando el fetichista exige la presencia del objeto durante el encuentro sexual o sólo se enfoca en una parte corporal de la pareja, por ejemplo los pies, sin atender a la persona como tal. Cuando esto sucede, la otra persona tiende a sentirse usada o como que “no fuera suficiente”.
Existe tratamiento para los fetiches, pero la mayoría de los fetichistas no buscan tratamiento sino que encuentran parejas sexuales que estén cómodas con sus fetiches e incluso que los compartan para poder disfrutarlo juntos. Este es el caso en la mayoría de los fetichistas. En contadísimos casos llegan a ser agresivos o abusivos para conseguir la satisfacción de su fetiche.
No comprendemos aún 100% como se originan los fetiches, pero las teorías más aceptadas actualmente sugieren que los fetiches pueden surgir en la adolescencia, cuando el adolescente recurrentemente incorpora el objeto o la parte corporal a sus fantasías durante la masturbación. La asociación entre esto y el placer que se experimenta durante el orgasmo fortalece la asociación fetichista. Otro momento en que se puede originar un fetiche es la infancia. Se ha observado que muchos fetiches tienen que ver con cosas que asustan a muchos niños – aplastar insectos o reventar chimbombas – y se cree que el niño asocia el miedo de la infancia a la excitación sexual en la adolescencia y se establece el fetiche.
Algunos de los fetiches más comunes son:
Excitación por la ropa de cuero o de látex
Excitación por los tacones de aguja
Excitación por las botas y calzado de mujer
Excitación por la ropa interior
Excitación por las pantimedias
Excitación por los uniformes militares y de cuerpos de seguridad
Excitación por personas con disfraces (Como enfermera o payaso)
Excitación por partes del cuerpo (parcialismo), p. ej. excitación por el cuello, el torso, las manos, los pies
Excitación por el color negro
Excitación por la ropa formal
Excitación por las axilas
Excitación por los guantes o delantales, capas, etc.
Excitación por las mujeres que se descalzan en sitios públicos, también conocido como shoeplay
Excitación por las manos femeninas y masculinas
Excitación por vestirse con ropa hecha de látex
Y algunos de los más extraños son:
Excitación por usar ropas y objetos de bebé, sentirse como tal y ser tratado como tal (Infantilismo psicosexual)
Excitación por la menstruación y objetos relacionados con esta (Menstruofilia)
Excitación por los excrementos humanos (coprofilia)
Excitación por las cosquillas
Excitación por las esposas o grilletes
Excitación por la gente fumadora (capnolagnia)
Excitación por el cuello femenino (tráquea tragando o moviéndose)
Excitación o gusto por personajes de caricaturas o dibujos animados gordos (fatfurs)
Excitación por los chimbombas (balloon fetish)
Excitación por personas practicando el contorsionismo
Excitación por mujeres en estado de embarazo
Excitación (en los hombres) por verse o fantasear que se es mujer. (autoginefilia)
Excitación por los vellos corporales (hirsutofilia)
Excitación por usar chalecos de diversas texturas
Excitación por la música (Melolagnia)
Excitación por la sangre o la violencia
Excitación por la saliva
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