Estos poemas no hablan de un héroe o de un mártir, sino de amor y muerte. Los hice para aquel hombre de 27 años que mataron en el contexto de la Insurrección Final del 79. Lo capturó la Guardia Nacional el seis de junio y después de torturarlo lo asesinó al día siguiente. Tiraron su cuerpo en la Curva las Pilas, el punto de un camino entre San Marcos y La Concha. La gente del caserío lo vio temprano acribillado, ensangrentado y sin zapatos. Guardaron su cadáver detrás del excusado envuelto en una sábana, después de untarle cal por todos lados, y luego lo enterraron al comenzar la noche en un hoyo que cavaron a dos metros de la orilla del camino donde lo encontraron. Después del 19 de julio lo desenterramos con su padre y sus hermanos, y lo llevamos al cementerio de Diriamba. Nos habíamos “casado por las armas" y siempre confiamos que “un pedazo de sol” nos protegería de la muerte. De su asesinato nos enteramos hasta el doce de junio, en el primer intento de tomarnos Diriamba, cuando medio respiramos. Él estaría en la retaguardia, en las comunidades rurales de Masatepe y Masaya, con otro grupo de campesinos armados. Lo habían informado como sospechoso y lo emboscó la GN en la finca de su familia, mientras ocultaba el vehículo en que se movía. Aquí muestro algunos poemas antes de su asesinato y en junio y julio del 79, así como los dos últimos de este mismo año.
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Mientras vos estés dormido
Yo seguiré bailando al ritmo de tu sombra mientras vos estés dormido.
Vos no temerás la soledad de los olvidos, ni evocaciones o recuerdos vacíos.
Tu canto seguirá cantado por los hombres y mujeres que sueñan con tu sueño.
Tu nombre será gritado cuando aparezcan de nuevo las estrellas.
Tu nombre repitiéndose, solo será recuerdo cuando todos nos durmamos.
Vos estarás en mi memoria, hasta que llegue a despertarte con el sol restablecido.
Mayo 2016
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Tu madre, su risa
Esta mañana fui a Diriamba después de treinta y siete años.
Le di a tu madre el poema que te escribí el día de tu entierro.
Es breve, me pidió que se lo leyera. Sonrió y luego, parpadeo.
Contuvo las lágrimas y miró un gran rato mi cara.
Algo tuyo encuentra en mí, y yo, en algo de ella estas vos.
No le brotan lágrimas, pero quisieron asomarse a sus ojos.
Nunca se lo había leído a pesar de su insistencia.
No quería que recordarte triste frente a mí.
Ahora que tiene ochenta años y después de haber sufrido el horros de tu muerte,
supongo que ya se le han secado las lágrimas o,
la forma de llorar debe ser distinta.
Esto en parte me pasa mí con vos, lloro hacia adentro,
aunque no puedo comparar la densidad de su dolor con el mío.
Mayo 2016
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Que no te espere más
Sigo esperándote y no venís, no venís, no venís.
Hasta que julio triunfante me trajo tu noticia:
¡Que ahora sos un héroe, que ahora sos un mártir!
¡que no te espere más!
14 de junio de 1979
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Mi grito
No sé nada de vos, te imagino entre los montes combatiendo,
Alguien me trae tu noticia. ¡Me grita lo imposible!
Yo nooo, nooo y nooo, y corro, aúllo, me hundo, no es verdad.
Quiero volver al vientre de mi madre, ser un feto apenas palpitante.
Comenzar de nuevo mi existencia, no puedo a respirar sin vos.
17 de junio de 1979
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Sin tu mano y sin tu beso
Esa tarde me dijiste: adiós, yo ya regreso,
Confiada te contesté: hasta pronto, yo te espero.
Me diste un beso, partiste, te detuviste en el alto de la esquina,
Me mandaste otro beso sobre la mano con el viento.
Y doblaste a la derecha …
yo te espero, te espero y te espero....
No venís, no venís, el país triunfando y no venís.
Hasta que otra tarde te trajo hecho viento
ya sin tu mano y sin tu beso.
22 de junio de 1979
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La traición del sol
Faltaba poco para el amanecer, tocar el universo y volvernos a ver.
Casi acariciando la luna con los dedos, muy cerca del reencuentro,
a solo un eslabón de la utopía, el sol nos traicionó.
20 de Julio 1979
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Tu padre, su llanto
Tu padre va conmigo en la carretera.
Vos atrás en la tina del vehículo
metido en un ataúd sellado.
Te acabamos de sacar del hoyo
en que te dejaron tirado sin zapatos.
Que no te vio tu reloj me dice.
Yo me hundo más en mi silencio.
Siento el aguacero de su corazón, él escucha el mío.
Lo veo de perfil en el vehículo:
sus labios apretados, su cara verde y rígida,
en todo el camino mudo, sus ojos húmedos,
solloza un poco. Lo veo de nuevo y no le hablo.
No me suelta de mi mano y me aprieta duro.
Al fin no te llora solitario, escondido en su penumbra.
27 de julio 1979
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Confirmarte con mis manos
Quiero sacarte de ese hoyo negro de la húmeda la tierra,
despertarte, armar tus fragmentos, coser tus heridas,
quitarte el lodo de la cara, la cal de tus ojos y tu boca,
Quiero tocarte, besarte, confirmarte y que duermas otra vez.
O, aunque seas ya pedazos, tomarte en mis brazos,
enterrarte con mis manos y esperar mi larga noche.
25 de julio 1979
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Casi llegando a la luna
Cuando te despediste alegremente de mí por tu seguro regreso.
y yo, cándida, me quedé dichosamente confiada,
cuando más nos amábamos y faltaba poco para el amanecer,
tan cerca de la luna para volvernos a ver,
cuando faltaba poco para tocar el universo con las manos,
ya próximo el día de la victoria y de la vida en libertad,
el sol nos dejó plantados, a solo un paso del sueño.
No se lo perdono.
24 de julio 1979
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El sol para nosotros dos
Ilusos, rebeldes, confiados, nos amamos en silencio.
escondidos, celebrando el fino hilo que nos ataba a la vida.
Hubo risa, hubo canto, llanto, noches larga con estrellas y,
amaneceres efímeros. Esperábamos el sol para nosotros.
Y la luz, porque la muerte no existía.
Agosto 1979
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La sombra de tu nada
No diré eufemismos como que estas vivo en mis recuerdos,
y que el tiempo lo cura todo o cosas parecidas.
No me llamaré a engaños.
Vos ahora sos la nada, mi cuenco vacío, ausencia absoluta.
Y yo cargo la sombra de tu nada que pesa más que tu cadáver.
Amor mí, “sos mi nada”
Agosto 1979
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Arrastro mi muerte con la tuya
Ilusos, rebeldes, confiados, nos amamos entre tormentas, tiroteos, en silencio.
Nos amamos escondidos, ignorando la delgadez del hilo que nos ataba a la vida.
Ahora, con tu muerte yo arrastro diario la mía, porque yo estoy muerta y peor que vos.
Septiembre de 1979
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Me derroto ante tu abrazo
Yo quiero este amor y sin temor acepto tu bandera que es la mía.
Alzo los brazos frente a vos, me derroto ante tu abrazo y tus manos,
me rindo ante mí, me entrego vencida a tus ojos y tu cuerpo.
Aunque nos hundamos en el mar, o nos ahoguen las tormentas,
Me derroto y me fundo con tu abrazo.
Octubre 1977
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Creo en este amor
Creo en este amor, naciendo en este tiempo pardo de la historia.
Lo acepto corazón, sin reparos y sin miedo a los días, al mañana.
Todo incierto, así lo acepto, confiando en la dirección del viento.
Abriguemos con ternura la voluntad de nuestros cuerpos.
Lucharemos para llegar al sol con las alas abiertas,
Llegaremos, venceremos la muerte.
Noviembre de 1977
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Y nos hallamos
Vos y yo nos habíamos buscado hasta debajo de las piedras.
Año tras año, recorriste por tu cuenta los caminos para hallarme.
yo te encontraba en ninguna de las calles recorridas, ni en las carreteras, playas, comunidades y montañas.
Andábamos perdidos. Yo de aquí para allá y vos de allá para acá.
Y cuando una tarde te mostró mis ojos, los tuyos se metieron en los míos
y ahí nos detuvimos, perplejos, asustados, timoratos y después desparpajados, abrazados y mudos.
Desde entonces vos fuiste mis pasos y yo tu camino,
yo tu agua y vos mi sed, yo tu día y vos mi noche y yo tu vida y vos la mía,
Nos fusionamos en la tierra y la muerte no existía.
Agosto de 1977
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Amor con orgullosas ilusiones
El nuestro será un amor fugitivo cada día.
puro y libre, fuerte, cómplice, devoto, amigo.
Un amor comprometido con nosotros y los otros,
Protegidos de las balas de este odio.
Yo llevaré el ritmo cuando vos estés cansado.
Vos no temerás que a la soledad de mis mareas.
Nos amaremos entre las olas de mares turbulentos,
Bailaremos entre los desiertos de la angustia.
Otras veces, reiremos sobre playas serenas, sin tormentas.
Y aunque nos arrastraran tifones de violencia,
tendremos fuerza para dar la cara al dolor y al oprobio.
Confiaremos los dos en el mañana iluminado,
no temeremos al ritmo de los días, ni al recuerdo, ni al olvido.
Será un amor alegre, festivo, silencioso y fuerte.
Aunque no hayan días de reposo, ni cenas cotidianas,
ni rutinas, ni cines, ni domesticas peleas,
no habrá noches ni amaneceres todos los días.
Será un amor con humildes y orgullos ilusiones.
Un amor de la mano, sin temor de morir juntos
o, de soñar con morir juntos, ancianos, arrugados,
con nietos, de la mano.
Febrero 1978