24 de mayo 2016
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Por muy grande que sea (más de 8,200 kilómetros cuadrados), el lago Cocibolca no puede usarse a la vez para que lo atraviesen grandes cargueros y servir como fuente de agua potable. Tampoco para irrigar los inmensos terrenos a su alrededor, y menos para trasvasar el agua hacia el Xolotlán, para irrigar occidente, como pretende ahora Daniel Ortega.
No hay tanta agua para todo, y de todos modos, si se usa como tramo del canal interoceánico, ya no puede usarse para nada más.
“En los diferentes foros científicos que se han organizado en el país, ha quedado claro una cosa que han dicho los expertos en hidrología: usar el lago para navegación, es un uso excluyente para los otros usos, porque la construcción del canal dentro del Lago afectará definitivamente la calidad del agua del Gran Lago”, señaló Mónica López, directora de la Fundación Popol Nah.
“Si anuncian que van a usar el agua del lago para irrigación, eso indicaría que no van a construir el canal, porque ambos son excluyentes. No puede usarse para navegación, para consumo humano, y para irrigación al mismo tiempo”, añadió.
Aunque los niveles de ambos lagos han bajado, poniendo en entredicho su capacidad para irrigar grandes extensiones del territorio nacional, Jaime Matus, Director Ejecutivo de la Asociación Nicaragüense de Ingenieros y Arquitectos (ANIA), recuerda que este es un fenómeno recurrente.
“El agua tiene un ciclo hidrológico: los niveles de los lagos bajan, pero dos a tres años después se vuelven a llenar. Este fenómeno de El Niño entre 2015 y 2016, ya había ocurrido a principios de los años 90. Es cíclico, aunque hay que decir que la deforestación y los efectos del cambio climático inciden contra el ciclo hidrológico: si en un año caían ‘1000’, es probable que caigan ‘700’”, explicó.
Campesinos anticanal reaccionan
La noticia de que Ortega propuso un nuevo megaproyecto suena a música para los campesinos que protestan porque la concesión canalera destruye sus propiedades, sus historias y sus vidas. No porque le crean, sino porque para que sea viable, el mandatario tendría que cancelar la concesión.
Francisca Ramírez, líder del movimiento social que ha escenificado 65 marchas en rechazo al canal, dijo que “estamos escuchando la noticia, y me imagino que [Ortega] va a derogar la ley, porque si está ofreciendo el agua del Lago, que él se lo entregó a Wang Jing, me imagino que ya revocó el trato con Wang Jing”.
Añadió que “eso nos alegra como campesinos, porque sentimos que si ya nos está prometiendo que va a dar agua a las zonas en las que no hay agua, eso significa que va a derogar la Ley. En este momento, el Lago es de Wang Jing, mientras la Ley no sea derogada”.
Freddy Mairena, otro de los líderes de ese grupo, aseguró que han notado que, “en el lado de San Miguelito, que es donde vivimos, se ha secado la playa. Se ha alejado bastante el Lago. Para mí, que este gobierno debería estar preocupado por preservar ese Lago”, alertó.
La abogada ambientalista López dijo que “si piensan sustituir el proyecto del canal, por este proyecto masivo de irrigación, también están obligados a hacer un estudio de impacto ambiental. No se lo pueden sacar de la manga”.
“Esto indica un ejercicio irresponsable del poder, porque uno no puede hablar de un megaproyecto como el canal, y después sacarse de la manga otro proyecto, e ir sustituyendo un proyecto por otro, sin tener la información técnica apropiada. Si realmente quieren hacer un uso sostenible de los recursos, enfrentar la sequía, resolver los problemas de las cuencas hidrográficas, y de los recursos forestales, tienen que hacer un estudio”, añadió.
“Es una excelente noticia, si derogan la Ley del Canal, porque sería el resultado de una lucha de tres años que hemos venido dando. Si quieren hacer otro proyecto, como el de la irrigación, no lo pueden hacer sin un estudio previo, que debe ser consultado con la ciudadanía, ser debatido a nivel nacional, e incorporar las mejores capacidades técnicas que hay en el país, y no puede ser sacado de la manga del presidente”, sentenció.
