31 de marzo 2016
El Fondo Monetario Internacional (FMI), anunció este miércoles el cierre de su sede en Managua, alegando el “éxito” que ha tenido el país “en mantener la estabilidad macroeconómica y el crecimiento, desde la conclusión del programa de Servicio de Crédito Ampliado en 2011”.
La noticia era conocida en las altas esferas del gobierno al menos desde la semana previa a la Semana Santa, cuando el representante del Fondo en Nicaragua, Juan Zalduendo, se lo comunicó al gobernador por Nicaragua ante ese organismo multilateral, Ovidio Reyes, presidente del Consejo Directivo del Banco Central de Nicaragua.
“Esta es una decisión nuestra, del Fondo Monetario como institución, que nosotros le comunicamos a las autoridades, y que incluso fue recibida con un poco de sorpresa. Se lo informamos a Nicaragua hace un par de semanas, como una decisión que ya estaba tomada”, reiteró.
El anuncio fue recibido con suspicacia por diversos sectores que dudan del argumento de que el FMI se va porque el país está muy bien, y sospechan que lo que hay en el fondo es una petición expresa de la administración Ortega para alejar a un fiscal que puede llegar a resultar incómodo.
“Es importante resaltar dos cosas: que el Fondo reitera su compromiso a seguir trabajando con Nicaragua para enfrentar las vulnerabilidades que tiene todo país en desarrollo, ofreciendo asistencias técnicas puntuales, visitas del staff, y visitas de nuestra asistencia técnica regional para temas estadísticos”, dijo Zalduendo.
“Lo otro que hay que recordar es que no tenemos muchas oficinas”, y menos en una situación en que “no hay un programa financiero, ni se vislumbra una necesidad, y tampoco hay una justificación por la importancia regional del país. Estamos en Brasil, porque cuando ese país estornuda, todos nos resfriamos”, ejemplificó recordando que en América, solo tienen sedes en Guatemala, Honduras, Haití, Jamaica y Perú.
¿En verdad estamos tan bien?
El representante defiende el criterio por el que el Fondo anuncia su retiro: “El éxito que ha tenido Nicaragua en mantener la estabilidad macroeconómica y el crecimiento, desde la conclusión del programa de Servicio de Crédito Ampliado en 2011”.
“Depende de cómo quieras evaluar la situación del país -continuó-, pero esto está ocurriendo en los últimos cinco años: una tasa de crecimiento que es la más alta de la región, con la excepción de Panamá. Inflación contenida. Déficits fiscales que son muy conservadores, para estar seguros que se mantiene la estabilidad macroeconómica, reducción gradual de la deuda pública, etc.”, enumeró.
Al insistir que “las cosas están bien”, Zalduendo también reconoce que el nuestro “es un país con alta vulnerabilidad, con muchísimos desafíos de infraestructura, educacional, etc., pero también es cierto que sigue teniendo un crecimiento atractivo, y que los indicadores de pobreza muestran una tendencia hacia la baja, así que sí, creemos que las cosas están bien, lo cual no quita que haya desafíos que enfrentar, y tenemos confianza que de a poco, se van a enfrentar”.
Desde luego, hay otras visiones. Como la del economista y diputado por el MRS, Enrique Sáenz, quien señala que lo relevante no es el hecho que el funcionario del Fondo deje su oficina en Managua, porque gracias a las tecnologías de la información y la comunicación, da igual dónde esté físicamente la persona.
“Lo que es irresponsable, es decir que se van porque Nicaragua tuvo éxito, cuando en su último reporte de la visita del Artículo IV, mostraron su preocupación por la situación de las finanzas del INSS, por el desempeño de la balanza comercial, al ver que las exportaciones caen mientras las importaciones crecen más”, dijo Sáenz, en entrevista para el segmento ‘Cuentas Claras’ del programa de TV ‘Esta Noche’, que transmite Canal 12.
El diputado opositor recordó que en ese reporte también se reflejaba la inquietud de los economistas del Fondo, al ver que la cartera de crédito de los bancos crecía a tasas más altas que la de captación de depósitos, además del deterioro de la deuda externa privada, los estados de cuenta de las empresas públicas, el impacto del vaivén de los precios del petróleo, el frenazo de la cooperación venezolana, etc.
Todo ello, aderezado por estadísticas que muestran que en el 2007, el 65% de la mano de obra empleada tenía un trabajo informal, porcentaje que subió hasta abarcar al 80% de quienes tienen un trabajo en el país, o aquella otra que muestra que el sub empleo subió del 33% al 50% durante la administración Ortega.
Economista Edmundo Jarquín: ¿Éxitos de Ortega? Si y no
El FMI anuncia el cierre de su oficina en Managua, gracias al buen desempeño de la economía nicaragüense. ¿Es así de bueno ese desempeño?
Sí y no. Sí, en términos de estabilidad macroeconómica y crecimiento de la economía. No en términos de equidad en los beneficios del crecimiento y sostenibilidad del mismo. Pero quisiera explicarme.
En términos de estabilidad y crecimiento es bueno recordar que ambos elementos se iniciaron -como la misma nota del BCN lo recuerda- en 1994, en el gobierno de Violeta Chamorro.
Ambos elementos se consolidaron en el gobierno de Bolaños, del cual el gobierno de Ortega ha sido una continuidad en términos de políticas, nivel de crecimiento económico y estabilidad. Y no lo digo en desmérito del gobierno de Ortega pues hubiese sido un desastre que actuara de otra forma.
Pero en cuanto a la mejor distribución de los beneficios de ese crecimiento, y su sostenibilidad, (lo cual no es tarea del FMI monitorear ya que se ocupa fundamentalmente de la estabilidad macroeconómica), el gobierno de Ortega ha sido un desastre.
Y es aquí donde, además de la estabilidad y crecimiento, surge la duda de si acaso la oficina del FMI también se cierra porque el gobierno nunca le hizo caso en torno a dos temas estructurales que afectan la sostenibilidad del crecimiento y de la propia estabilidad: la situación financiera del Seguro Social, y la necesidad de una reforma tributaria integral que haga más equitativo tanto el ingreso como el gasto público.
Lo anterior, sin mencionar que el gobierno no ha hecho nada para remover otros obstáculos estructurales al crecimiento sostenible en los campos de educación, salud, infraestructura y medioambiente.
La administración Ortega decía que a Nicaragua le interesaba tener el respaldo del FMI para mejorar su credibilidad ante la comunidad donantes. ¿Ya no se necesita ese 'respaldo'?
Es ahí dónde surge la duda de si la oficina se cierra por decisión unilateral del FMI, (porque no se le ha hecho caso en los dos temas que he planteado), o de mutuo acuerdo.
En todo caso, la credibilidad ante la comunidad internacional se mantendrá mientras haya estabilidad y crecimiento económico, y debe recordarse, como se anuncia en la nota del BCN, que el Fondo continuará monitoreando la situación económica.