15 de febrero 2016
Vista desde la televisión, la boda religiosa del hoy presidente de México, Enrique Peña Nieto, y la popular actriz Angélica Rivera parecía formar parte de un cuento de hadas. Sin embargo, su realización se hizo posible a partir de un proceso plagado de irregularidades, falsedades y simulación al interior de la Arquidiócesis Primada de ese país.
Para poder realizar ese matrimonio se montó una maquinación que le arrebató las potestades de su ministerio sacerdotal al presbítero José Luis Salinas Aranda, quien desempeñaba actividades pastorales en Televisa, para que fuera declarado nulo e inválido el enlace religioso entre Angélica Rivera y su anterior marido, el productor de televisión José Alberto Castro. Así lo revela el portal periodístico Aristegui Noticias y la revista Proceso, de ese país.
El escándalo se destapa a pocos días de la primera visita del Papa Francisco a México. Allí, será recibido por millones de creyentes y por el presidente Enrique Peña Nieto, quien escondería este secreto según las revelaciones periodísticas publicadas en la plataforma de periodismo latinoamericano CONNECTAS.
En su momento, las revistas de sociales dieron una cobertura pormenorizada de la boda, celebrada el 27 de noviembre de 2010, en la catedral de Toluca. El matrimonio sellaba la inocultable construcción de una candidatura presidencial impulsada desde la televisión, pero la ceremonia fue antecedida por lo que el Tribunal de la Rota Romana, de El Vaticano, calificó como un “craso simulacro de justicia”.
Jerarcas de la Iglesia, autoridades de la Santa Sede y el propio Enrique Peña Nieto, cuando era gobernador del Estado de México, tuvieron conocimiento del proceso irregular para anular el primer matrimonio religioso de Angélica Rivera. Todos los trámites que dieron vía libre a las nupcias del hoy Primer Mandatario de México dejó además en el camino la carrera del padre Salinas Aranda, quién falleció el pasado mes de octubre, sin que nadie atendiera sus súplicas para que le quitaran la sanción, irregular según los mismos documentos del clero, y que limitó el desarrollo normal de su vida como religioso.
En la última comunicación que el padre Salinas envió al Papa Francisco rogó así por su auxilio:
“Lo hago con el corazón en la mano y movido por la enorme confianza en la misericordia que le distingue. Pongo confiadamente en su corazón de padre y pastor esta situación que me agobia”.
En la comunicación el sacerdote argumentó:
“Esta misiva tiene varias intenciones. La fundamental es hacer aclaraciones necesarias para resarcir mi persona en el ejercicio del ministerio sacerdotal, frente a infundios y calumnias por las que me he visto sometido a la sanción canónica y en las que se encuentran involucradas personas que pertenecen a la jerarquía de la Iglesia, así como otras pertenecientes en activo a instancias políticas”.
Según sus cartas, el padre Salinas estaba convencido de que por presiones de “alguien” se le dio a Angélica Rivera la anulación de su matrimonio con José Alberto Castro para que fuera libre de casarse con Enrique Peña Nieto, el hoy presidente de México.
Consulte acá para comprender cómo se dio la primer boda de Angélica Rivera y el intrincado proceso que permitió su anulación para dar paso a la ceremonia religiosa con Enrique Peña Nieto.
Este reportaje fue realizado por Carmen Aristegui, Daniel Lizárraga, Rafael Cabrera, Irving Huerta y Sebastián Barragán para Aristegui Noticias (México) y es republicado en CONNECTAS gracias a un acuerdo para difusión de contenidos