14 de febrero 2016
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El conflicto por el acceso a agua potable en la comunidad capitalina “Camino a San Isidro de Bolas”, donde sus pobladores protagonizaron un violento enfrentamiento el sábado y varios resultaron heridos, no es nuevo. La zona que comprende un estrecho camino rural, desde la entrada del parque nacional de ferias, hasta unos 10 kilómetros hacia el sur tiene un déficit de agua potable que ha sido solventado a medias con pequeños proyectos.
Los pobladores de la zona baja del camino, conocido como “Los Guerrero”, no tienen agua potable desde hace más de 2 meses. Ellos se acercaron a las autoridades de la Empresa Nicaragüense de Acueductos y Alcantarillados (Enacal) para buscar una solución a su problema, que afecta a unas 500 personas. “No tenemos agua para bañarnos, para preparar alimentos ni para lavar uniformes de los niños que van para la escuela, esto no se aguanta”, dijo Julia Ramírez, una de las afectada.
Su única salida ha sido recoger agua de los camiones (pipas) que llegan una o dos veces por semana. “Ahí andamos acarreando agua a como podemos, bañándonos con ‘baldecitos’ y para cocinar o beber es un gran problema”, añadió Alicia Silva, propietaria de una tortillería.
Algunos pobladores de "Camino a San Isidro de Bolas", en Managua llevan hasta dos meses sin agua. Carlos Herrera / Confidencial
Enacal propone otro tubo, pero pozo no da para más
Según los pobladores, las autoridades de Enacal decidieron que la opción más viable es anexar un tubo al pozo de la parte de alta del camino, un poblado más pequeño, pero que solo recibe dos horas de agua al día. Los habitantes de esa parte se niegan a que se realice la conexión porque consideran que no soluciona el problema de los otros y los afecta de manera directa.
“Hace unos 3 años nosotros gestionamos ese pozo que abastecía a las casas de la parte de arriba. Hicimos un censo y la capacidad de ese pozo está estipulada en base a ese censo. Si abren una conexión nosotros nos vamos a quedar sin agua y tampoco los de abajo van a recibir”, aseguró Eduardo Mora, habitante de la zona sur.
Otros pobladores también comentaron que esta semana el ingeniero Humberto Cornejo, vicegerente de Operaciones de Managua en Enacal, dio la orden para que las retroexcavadoras iniciaran las labores de conexión de tubos. También dicen que los pobladores de la zona alta, liderados por el secretario político del Frente Sandinista, José Bustamante, sacaron a los trabajadores estatales.
El jueves las autoridades de Enacal se reunieron con delegados de ambas parte y anunciaron que cambiarían los planes. La conexión que propusieron saldría ahora del pozo de Pochocuape, a pocos kilómetros de “camino de bolas”. El problema, aseguran los habitantes de la zona baja, es que la conexión a ese pozo ya existe y no ha funcionado.
“Nosotros ya estamos conectados a Pochocuape y ahí no sale agua. Ahí hay una aceitera y varias urbanizaciones que consumen agua. Nosotros pedimos solo pocas horas de agua al día, pero ni eso nos quieren dar los de arriba”, manifestó Martha Martínez, quien vive frente al cementerio, ubicado en la zona limítrofe entre los dos caseríos.
Decenas de policías llegaron a la comunidad capitalina donde los pobladores se enfrentaban por la falta de agua. Carlos Herrera / Confidencial
Realizan tranque e interviene la policía
El viernes reciente, por la noche, los habitantes de la parte baja realizaron un tranque en el camino para exigir se finalice la obra con la que Enacal les prometió acceso agua. En horas de la madrugada, denunciaron que Bustamante se acercó de nuevo a agredirlos.
“Ellos vinieron con armas, palos y morteros al tranque que nosotros teníamos aquí en nuestra parte . Los hijos del señor Bustamante venían armados. Habemos tres heridos, me agredieron a mí y tengo puntadas en la frente”, señaló Martínez.
Confidencial visitó la casa del señor Bustamante para conocer su versión, pero se negó a dar declaraciones.
La Policía Nacional llegó al lugar desde horas de la madrugada e hizo despliegue de oficiales antimotines para apaciguar los ánimos.
Martha Martínez, pobladora de la comunidad afectada por la falta de agua, resultó con una herida en la cabeza, por el enfrentamiento entre vecinos. Carlos Herrera / Confidencial
Un problema de siempre sin solución
La comunidad de “camino de bolas”, como es conocida popularmente, ha crecido exponencialmente en los últimos años. Con la aparición de varios asentamientos la demanda por servicios básicos ha incrementado, pero la inversión para satisfacerlos es poca o nula.
“Yo vivo aquí desde hace 50 años. Antes esto era potrero, pero ahora hay más de 200 casas. Aquí siempre ha sido recurrente el problema de agua. Nosotros no podemos dar lo poco que tenemos, que nos ha costado tener. Enacal tiene que invertir en abrir otro pozo, por que agua hay”, sostuvo Mora.
Mientras tanto, los habitantes de “Los Guerrero”, que comprende la zona baja, manifiestan su preocupación por lo que pasará en los próximos días.
“Nosotros vamos a seguir protestando. Pedimos solidaridad de la gente de la parte de arriba por que no se puede vivir sin agua y necesitamos una solución”, pidió Martínez.
