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“Auditoría total al Padrón Electoral”

"Mi doble nacionalidad no debería ser un impedimento si la Constitución se aplicara igual para todos", dice Kitty Monterrey

Kitty Monterrey inhabilitada por tercera vez para CSE

Carlos Salinas Maldonado

12 de febrero 2016

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El PLI, el MRS y otras organizaciones políticas presentaron públicamente una lista de seis candidatos para ocupar cargos vacantes en el Consejo Supremo Electoral (CSE). Una de las candidaturas más controvertidas es la de Kitty Monterrey, secretaria nacional del PLI, a quien diputados sandinistas y sus aliados cuestionan por su doble nacionalidad: nicaragüense y estadounidense. Para Monterrey la descalificación de legisladores como Edwin Castro y Wilfredo Navarro tiene que ver más con su conocimiento de los procesos electorales y de sistemas informáticos –básico para la administración de unas elecciones– y por ser una voz incómoda que, de llegar al Tribunal Electoral, denunciaría todas las irregularidades del sistema. En esta entrevista analiza el proceso de consultas para elegir a nuevos magistrados electorales, las posibilidades de los candidatos propuestos por la oposición y la necesidad de un cambio profundo en el CSE. “Lo primero que se debería hacer es una revisión y una auditoría total del Padrón Electoral”, reclama.

Su candidatura ha sido controvertida. El diputado Edwin Castro y el aliado del Frente Sandinista, Wilfredo Navarro, han criticado duramente su propuesta por tener nacionalidad estadounidense. ¿Por qué cree que se centran en este punto?

No me cabe la menor duda de que no quieren que tenga la menor oportunidad de entrar al Consejo Supremo Electoral. El tema de mi doble nacionalidad, que no es un secreto para nadie, realmente no debería ser un impedimento si la Constitución se aplica igual para todo el mundo. El hecho es que aquí se están haciendo excepciones, porque hay muchas personas que tienen cargos en el Estado con doble nacionalidad y eso nunca ha sido un problema. La Constitución se ha manejado como ha querido este gobierno, favoreciendo a unos y perjudicando a otros. Y ese es mi caso. ¡Que no me digan a mí que no soy nicaragüense y que no puedo optar al cargo! Una cosa en la que he insistido es que yo no estoy en este proceso para pelear por un cargo que no es mío, sino que estoy defendiendo el derecho a optar a él, que es algo muy diferente. Como nicaragüense tengo derecho a presentarme.


En la consulta que le hicieron en la Asamblea Nacional usted mencionó los casos de Mohamed Lashtar, de origen libio y diputado suplente por Nicaragua ante el Parlamento Centroamericano, y Paul Oquist, de origen estadounidense y asesor presidencial, ¿qué le dijo el diputado Castro cuando usted le mencionó estos casos?

Absolutamente nada. En el caso del señor Mohamed, a quien no conozco, le otorgan una ciudadanía nicaragüense y acto seguido aparece de diputado en el Parlacen por el Frente Sandinista, representando a Nicaragua sin haber sido nicaragüense, ni de origen nicaragüense. Se acomoda la Constitución para favorecerlos a ellos y los demás estamos indefensos. Por eso estamos en esta lucha.

¿Considera que la comisión parlamentaria ha hecho un trabajo independiente en este proceso de consultas?

Apenas están empezando. Nos citaron a todos, pero yo no estuve presente en las entrevistas de los demás, porque cada entrevista es individual. La mía duró cuarenta minutos y se enfocaron únicamente en el tema de mi doble nacionalidad. Yo les dije que si tenían preguntas sobre mis calificaciones para optar al cargo que las hicieran, pero en el tema de la doble nacionalidad me gustaría rebatir lo que han planteado. Esa fue la razón por la que recusé al diputado Navarro, porque él no puede, y nadie puede, pronunciarse antes de escuchar. Emitir juicios de previo contamina totalmente el proceso. Él no debería ni siquiera haber sido parte de esa comisión.

¿Usted da por hecho que está descalificada por los diputados para ocupar un cargo como magistrada en el CSE?

No doy por hecho nada. Voy a seguir insistiendo y voy a la Corte Suprema para que me hagan una aclaración. No es solo un planteamiento mío: en igual situación están miles y miles de nicaragüenses. Aquí tenemos 70 años de estar sufriendo dictaduras y la gente ha salido del país no porque quiera abandonar su patria, sino por razones de exilio. Todos los hijos de este exilio qué culpa tenemos de haber nacido fuera del país. Aquí se tienen que pronunciar. Y si se van a pronunciar en contra mía, que lo hagan de una vez en contra de todos los nicaragüenses que tienen una situación similar a la mía.

¿Qué posibilidades hay de que una de estas seis personalidades propuestas por la oposición ocupe un cargo en el CSE?

Veo muy pocas posibilidades. Hay dos renuncias en el CSE y tengo entendido que Emmett Lang ha renunciado o está en el proceso de renunciar, y están haciendo un esfuerzo por tratar de cambiar una imagen, pero ¿esa imagen la van a cambiar colocando a magistrados del Frente Sandinista? Es más de lo mismo si lo hacen.

El presidente Daniel Ortega propuso a Mayra Salinas, del Intur, como candidata. ¿Cree que eso reduce más las posibilidades de estas seis personalidades para ocupar un cargo en el CSE?

Si vemos lo que ha venido sucediendo con los últimos cargos propuestos y con una Asamblea con diputados de mayoría del Frente que votan de acuerdo a las instrucciones que les da Daniel Ortega, creo que hay pocas posibilidades de que nos den un magistrado en el Consejo.

Algunos sectores dicen que aunque se les dé un cargo a estas personalidades no van a poder hacer nada dentro del Tribunal Electoral, por el control que mantiene Ortega.

Creo que el CSE necesita una renovación profunda y coincido en que un magistrado poco puede hacer, pero eso no significa que no sea importante. Te voy a poner un ejemplo: como partido tenemos presidentes en los Consejos Electorales Departamentales y si bien es cierto que no los toman en cuenta, el hecho de estar adentro, de poder informar lo que está sucediendo, de poder darnos cuenta cuáles son las debilidades, las fortalezas, qué tenemos que hacer y poder denunciar lo que ellos ven en sus respectivos departamentos, ya eso es ganancia. No pretendo con esto decir que va a llegar un nuevo magistrado, se va a sentar y le van a decir: “ahí están todas las actas, contalas y mirá si hay fraude”. Pero tener una voz adentro, que pueda realmente insistir en qué necesitamos ver o hacer, insistir con la observación internacional, con los sistemas informáticos, en que sí se pueden mejorar las cosas, creo que eso ya es ganancia.

Usted tiene una amplia trayectoria y conocimiento de los procesos electorales en Nicaragua. Desde 2006 está involucrada en campañas electorales. Ha participado en las denuncias que se han hecho de fraudes electorales, ¿cree que ese conocimiento juega en desventaja en el caso de su candidatura a un puesto en el CSE?

Totalmente, y me lo han hecho saber. Algunos comentarios han sido del estilo que sé demasiado para ir ahí. Eso te dice todo. Existe una curva de aprendizaje que realmente es difícil, que no es algo que se puede aprender de la noche a la mañana. No estoy diciendo con esto que las otras personas nominadas no sean competentes y capaces.

Si usted es electa para ocupar una de las vacantes, ¿cuáles serían sus propuestas de cambio en el CSE?

No me atrevería ni siquiera adelantarme, porque creo que primero uno tiene que estar adentro. Sin embargo, lo primero que hay que ver son los sistemas informáticos. La manera en la que funciona el CSE gira alrededor de la tecnología y todo lo que gira alrededor de las alteraciones de las actas y de los resultados se basa en aspectos tecnológicos, que va desde cómo las transmiten, que es la parte de las comunicaciones, hasta el sistema mismo, empezando por el Padrón Electoral, que tiene una base tecnológica. Ahí es donde reside la mayor preparación de un fraude que pueda darse, porque la cedulación está sesgada, duplicada, no ha habido una auditoría del Padrón Electoral, están separados el pasivo y el activo. Entonces, de estar dentro del CSE lo primero que se debería hacer es una revisión y una auditoría total del Padrón Electoral.

¿Un trabajo similar al que hizo en el Sigfa, este sistema del Ministerio de Hacienda que garantizaba el buen uso de los fondos públicos?

Así es. Cuando llegué el Sigfa estaba en estantes y anaqueles, no se había ni siquiera implementado y gracias a un excelente equipo que me tocó coordinar se logró implementar. Fui amplia y duramente criticada por el Frente Sandinista, que en aquel entonces no era gobierno, por el supuesto despilfarro de los millones del Sigfa. Hoy en día el Sigfa sigue funcionando y les acaban de dar cuarenta millones para seguirlo usando, aunque le cortaron el acceso a todo el mundo. Es decir que la transparencia, que para eso es el sistema, no hay. Transparencia cero. Ni siquiera los diputados de nuestra bancada tienen acceso al Sigfa.

Hablemos del proceso electoral. ¿La oposición va a participar en las elecciones previstas para noviembre?

Eduardo Montealegre ha dicho, como coordinador de la coalición, que la mejor manera de no ir a las elecciones es preparándose para ir. Y eso es lo que estamos haciendo. Mientras no tengamos una convocatoria, mientras no sepamos realmente qué viene en ese calendario electoral, creo que es el deber cívico, no solo de nosotros como partido político, sino de todos los ciudadanos, participar. Hemos hablado mucho del fraude, pero habría menos riesgo de un fraude si habría una participación masiva de la población, si la ciudadanía votara es muy difícil que haya un fraude. No estoy diciendo con esto que es imposible, no estoy diciendo que puede haber un porcentaje de votos alterados, pero con una votación masiva la oposición gana en este país.

Hay poca confianza en el sistema electoral. ¿Cómo va a movilizar la oposición a los ciudadanos para que voten?

Ese debe ser el objetivo principal no sólo de los partidos políticos, de la sociedad civil, de todas las personas que no queremos otra guerra en este país. La única salida en este momento es presionando por la vía cívica, que es yendo a votar, porque el voto no es solo un derecho de los nicaragüenses, es un deber. Si queremos quejarnos y decir que en este país necesitamos cambios, para poder reclamar después que no estamos conformes, tenemos que ir a votar.

¿Qué plazos manejan? ¿Cuándo tomarían la decisión de participar o no en las elecciones?

Eso se puede decidir hasta en el último momento. Realmente plazos no hay. Estamos en el proceso de selección de candidatos a lo interno del partido: empezamos la inscripción de precandidatos este lunes y después viene todo un proceso de selección de la coalición. Pero nos hemos empeñado que este va a ser un proceso democrático, que nunca se ha hecho en este país. Vamos a someter a voluntad de las bases, a que escojan quiénes quieran que sean sus candidatos.

Se menciona a Fabio Gadea, José Pallais, al reverendo Saturnino Serrato… ¿Hay un nombre específico?

Luis Callejas le falta en la lista. Sí tenemos a varios, pero nadie se ha inscrito.

¿Y Eduardo Montealegre?

Eduardo Montealegre ha dicho que no va a participar. Él está coordinando todo el esfuerzo de la coalición. Su objetivo, hasta donde él lo ha expresado, es fortalecer este proceso, liderar esta coalición para poder hacer una transición hacia la democracia lo más rápido posible.


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