11 de febrero 2016
Esta es la historia de la Familia Suazo, un grupo de artesanos que por más de 60 años vendió sus productos de forma tradicional, por las calles de Masaya. Hace dos años se abrieron al mundo apoyándose en Internet, lo que les permitió comercializar sus creaciones en Australia, Estados Unidos, Puerto Rico, España y otros países de la Unión Europea. La empresa “Hamacas Ramiro Suazo e hijo” promete a sus clientes mantener la tradición nicaragüense y la calidad en cada uno de sus productos.
Un poco de historia
Como muchas otras familias nicaragüenses, a la familia Suazo le ha tocado labrar su futuro por cuenta propia. Ramiro Suazo López (q.e.p.d) incursionó en el negocio de elaboración y comercialización de hamacas artesanales en 1952, vendiendo sus productos en el Tiangue de Masaya y en otros departamentos de Nicaragua.
Por tradición familiar, el negocio ha pasado en manos de tres generaciones. Fue hace dos años que don Elmer Suazo Pérez (q.e.p.d) – como heredero e integrante de la segunda generación familiar – quien tomó una decisión que significó un antes y un después en el negocio. Realizó un estudio de mercado con el que descubrió dos cosas:
a. La mayoría de sus clientes proceden de Managua y otras ciudades del país.
b. Sus clientes extranjeros viven en Nicaragua y se dedican al turismo, pero no podían viajar hasta Masaya por tiempo, dinero, entre otros factores.
Como respuesta a la problemático, lanzaron un sitio web en el que también se realizan ventas en línea. “Es una página más eficiente e informativa (respecto a los productos)”, explica Elmer Suazo, nieto de don Ramiro y quien se encarga de manejar las exportaciones y ventas.
La fórmula del éxito
Elmer asegura que uno de los objetivos principales de la empresa era aumentar sus ventas en línea. Para ello, se plantearon las siguientes preguntas:
¿Cómo utilizamos los canales digitales para darle valor a nuestra marca?
¿A qué audiencia nos dirigimos?
¿Cuáles son nuestros clientes meta?
La familia sabía que el marketing digital no es el mismo que el tradicional, así que para fue importante identificar la audiencia a la que deseaban llevar. “Pienso que esa fue la clave”, manifiesta Elmer.
Contenido que aporte valor
Las plataformas digitales son el escaparate para que la fábrica de hamacas Ramiro Suazo e Hijo humanice su marca. En su perfil de negocio encontramos artículos que explican desde cómo colgar una hamaca o cómo lavarla apropiadamente, hasta detalles sobre el origen de las hamacas en nuestra región. Pero sobre todo, han sabido transmitir el valor de un producto realizado en todo su proceso a mano.
Los pasos que siguieron para lograr esto fueron bastante básicos: crearon un “fanpage”, lo enlazaron con su sitio web y procedieron a utilizar herramientas de “content marketing”. La primera vez que invirtieron en el perfil de Facebook, lo hicieron con 140 córdobas, en un anuncio que vieron 5 mil personas. “Inmediatamente conseguimos 30 nuevos likes”, dice Elmer. Hoy día, tienen más de 700 usuarios activos de todo el mundo.
Después de incursionar en las redes sociales, la familia vio cambios considerables en las visitas a su sitio web y en el ritmo de compra de sus clientes. “Hemos aumentado en un 25% nuestras ventas, estamos llegando a más personas por medio del fanpage. Sentimos que nos estamos proyectando más y este resultado lo vemos en “Google Analytics”, comenta Elmer.
La importancia del cambio interno
Elmer Suazo comenta que sintieron temor de optar por el comercio electrónico. Sin embargo, crearon mecanismos internos de organización para manejar correctamente la recepción de pedidos, además del empaque y envío de sus productos. Además, han podido entregar sus productos en menos de cinco días dentro del país, utilizando el servicio de Correos de Nicaragua.
Para garantizar la seguridad de las compras en su tienda digital, se aliaron con una empresa local que creó una plataforma de pago y un carrito de compras. Ellos también se encargan de monitorear cada transacción, así evitan posibles fraudes.
Pensar en grande
Es necesario que las pequeñas y medianas empresas se establezcan metas grandes y apunten a mercados internacionales. El tamaño de estos negocios no debería limitarlos, al contrario. En definitiva, se necesita que los emprendedores tengan una mentalidad competitiva y ambiciosa.
La historia de la Familia Suazo es un vivo ejemplo de un negocio perseverante. Ellos demuestran si se utilizan las herramientas adecuadas para crecer, no importa el tamaño del negocio. Los Suazo apostaron por las ventas en línea y gracias a ellos, las hamacas nicaragüenses llegan a cualquier parte del mundo.
Si quieren saber más de esta ejemplar familia visiten su página de Facebook y su tienda en línea.