25 de enero 2016
Liz Morales e Irumaki Cárdenas, artistas del colectivo boliviano TransformArte, denunciaron la semana pasada a autoridades de Migración y Extranjería del aeropuerto Augusto C. Sandino, de Managua, por haber impedido su ingreso al país el pasado 14 de Enero sin brindarles una razón oficial. Los sudamericanos también señalan a los oficiales por extorsión, pues estos les cobraron más dinero del establecido por las leyes nicaragüenses.
La pareja de actores pretendían sumarse al IV Encuentro Latinoamericano del Teatro de los Oprimidos, un evento que se desarrolló en Matagalpa del 15 al 25 de Enero. Primero brindarían una capacitación de dos días en el Centro Cultural Batahola Norte, ubicado en la capital, y luego se trasladarían al Norte del país para unirse a unos 300 artistas que viajaron a esta ciudad, para instalarse en el Recreativo El Familiar, donde se instaló una carpa en la que todos convivirían. Era la primera vez que el festival artístico se realizaba en nuestro país.
Fernanda Siles, miembro del comité organizador, explicó en una entrevista concedida al programa Esta Noche, que el Teatro de los Oprimidos es una filosofía artística que data de los años sesenta y que inició de la mano del pedagogo Augusto Boal, un exiliado de la dictadura brasileña. “Los grupos tienen la capacidad de contar los problemas que viven y preguntan a la audiencia cómo los pueden resolver”, indicó. La pareja de bolivianos pretendía hacer justamente esto en Nicaragua, pero no lo lograron.
Piden tarjeta de crédito y PIN
Vía telefónica, Liz Morales e Irumaki Cárdenas relataron a Confidencial que tomaron un vuelo desde La Paz, Bolivia, el 14 de Enero de este año y con destino a Nicaragua. Pero cuando llegaron a la ventanilla de migración, los oficiales les solicitaron el pago de 80 dólares para ingresar al país. “Conociendo la corrupción que existe en América Latina, accedimos a pagarlos. Las tres personas que conformaban nuestra delegación dieron US$240 dólares en total”, explicó Cárdenas.
De acuerdo al decreto 07-2009, los ciudadanos bolivianos pueden ingresar a Nicaragua con una visa categoría B, conocida como “visa sin consulta”, pagando 50 dólares por dicho trámite al arribar a los puestos de migración terrestre, aéreos y marítimos que se han habilitado en nuestras fronteras. Además, se establece que los extranjeros deben pagar 10 dólares adicionales por la tarjeta de turismo. En total, Cárdenas, Morales y un tercer colega tuvieron que haber pagado US$60 dólares en total por persona, no US$80.
Los artistas indicaron que al pedir un comprobante de pago por el trámite, un supervisor de Migración y Extranjería les retuvo los pasaportes y se alejó de ellos para “consultar el tema”. “Una señorita de migración me alejó de la ventanilla y me dijo que nos había tocado el peor supervisor, y que si él sabía de mi situación tendríamos que pagar cien dólares más”, expresó.
La delegación boliviana explicó a las autoridades que no contaban con el monto adicional que les pedían en efectivo, pero dijeron que podían ir a un cajero para entregárselos. “Allí abrieron los ojos y dijeron: ¿Tarjeta? ¿Cuánto dinero tienes en tu tarjeta? No, es que tú no puedes entrar al país. Dame tu tarjeta con tu contraseña”, recordó Morales que le exigieron los oficiales. “Ellos querían que yo les diera mis datos y no lo hice”, afirmó.
Menos de una hora después de haberse negado a entregar el dinero, los oficiales colocaron a los artistas en el primer vuelo de regreso a Bolivia, vía El Salvador. No sin antes tratar de separarlos y negociar el ingreso de cada uno. Morales asegura que las autoridades les dijeron: “sabemos que ustedes son bolivianos, son de un país pobre, un país narcotraficante, de izquierda, un país que no los quiere”. “Fue allí donde nos insultaron y discriminaron de la peor manera”, lamentó la artista.
Inadmitidos sin explicación oficial
Según los bolivianos, el vuelo de regreso fue un martirio. Liz Morales relató que las autoridades los trasladaron del puesto de migración al área de abordaje, prometiéndoles que Claudia Mercado, la gestora cultural que se encargaría de recibirlos llegaría en un lapso de una hora. Sin embargo, los oficiales los obligaron a ingresar al avión de la compañía Avianca mucho antes que pudiesen verla.
Los actores indican que las autoridades no les indicaron por qué los estaban regresando a su país natal y los denuncian por insultarlos. “Pedimos una copia del proceso migratorio que nos estaban aplicando, un documento que mostrara que nos habían inadmitido, pero sólo recibimos silencio. Cuando insistimos un poco más, recibimos insultos al extremo de reciir un grito. No sé de quién vino, si del personal de la aerolínea o de seguridad, pero nos dijo: al final ustedes no entran acá porque no me da la gana”, recuerda Irumaki Cárdenas.
A su regreso, las autoridades de migración de Bolivia les recomendaron a los artistas hacer una denuncia vía Cancillería de su país. “Nos arrebataron el sueño de participar en #IVELTONicaragua. Nos enfrentamos a una migración corrupta, violenta y discriminadora (…) Sin dinero, sin una maleta, sin cámara y sin pasaportes, así llegamos a Bolivia. Con los nuestros, pero al fin en casa”, publicó el colectivo el pasado 18 de Enero en su página de Facebook, cuatro días después de que iniciara su martirio migratorio.
¿Política migratoria xenófoba?
Vilma Núñez, presidenta del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos, lamentó que actos de corrupción como éste involucren a las autoridades de Migración, institución que ella califica como “la cara del país ante los visitantes extranjeros". “Esto es una agresión para la dignidad nacional (…) no se puede estar chantajeando a la gente para ingresar. Si la persona cumple con todas las normas que nuestras leyes establecen, no veo por qué tuvieron que cobrarles dinero extra”, criticó.
La activista de Derechos Humanos lamentó que los ciudadanos foráneos se estén llevando “la mala impresión” de un “gobierno xenófobo” y que la administración del comandante Daniel Ortega “haya convertido a Migración en una de las instancias más represivas del gobierno”. Aseveró también que es la primera vez que en el CENIDH se reporta un caso de extorsión como éste. “Es verdaderamente preocupante. Nicaragua ha sido un país abierto que además reclama el derecho de que reciba a sus ciudadanos en otros países. ¿Con qué autoridad vamos a exigir?”, cuestionó.
Con esta situación, indicó Núñez, se refleja cómo ante la negativa de los artistas bolivianos, las autoridades no quisieron exponerse más. “Fue mejor que no les hayan manchado el pasaporte diciendo que fueron inadmitidos, porque jamás iban a decir que no los dejaron entrar porque no quisieron pagar cien dólares”, concluyó.
Los organizadores del evento informaron que publicarán un pronunciamiento este lunes. Durante la tarde del domingo realizaron acciones artísticas en protesta por lo sucedido. Mientras tanto, en la Dirección de Migración y Extranjería de Managua prometieron devolver la llamada para brindar declaraciones oficiales sobre el tema, pero esto no sucedió.