4 de diciembre 2015
El Instituto Nicaragüense de Estudios Territoriales (Ineter) informó que la actividad en el volcán Momotombo, la mayor en 110 años, podría continuar por días o semanas, debido a que guarda "mucha energía".
El Momotombo, de 1.297 metros de altura y ubicado al norte del lago de Managua o Xolotlán, inició el martes una etapa eruptiva que no se observaba desde 1905. El Ineter tiene registros de la actividad del Momotombo desde 1522, en los que destaca ocho erupciones de importancia, que duraron entre cinco días y varias semanas, dijo el vulcanólogo del Ineter, Armando Saballos. "No es posible predecir cuánto tiempo va a durar la (actual) actividad eruptiva", sostuvo.
El Momotombo inició su última actividad importante este martes, con la expulsión de grandes cantidades de gases y cenizas, que se intensificó el miércoles con la expulsión de magma. Las instituciones del Sistema Nacional para la Prevención, Mitigación y Atención de Desastres (Sinapred) mantienen vigilancia en el noroeste de Nicaragua, zona de influencia del volcán.
La actividad del volcán Momotombo no ha requerido la declaración de ningún tipo de alarma, pero sí la activación de mecanismos ante una eventual "situación de gravedad", afirmó hoy el vicepresidente de Nicaragua, Moisés Omar Halleslevens, quien aclaró que la erupción del coloso no es de gran impacto. "No hay alarma, más bien se tienen activados todos los mecanismos (...) por si se da una situación de gravedad", dijo Halleslevens a periodistas.
El codirector del Sistema Nacional para la Prevención, Mitigación y Atención de Desastres (Sinapred), Guillermo González, confirmó que la situación ocasionada por la erupción del Momotombo no es de gran impacto. "La erupción se sigue considerando como una entre leve y moderada, que se ha caracterizado fundamentalmente por la caída de ceniza, arena en las proximidades del volcán y lava. Hasta el momento la situación no se ha agravado", aseguró González. Aunque no hay alarma ni un estado de emergencia declarado, el volcán es capaz de enterrar ciudades enteras, tal como ocurrió con León en 1609, cuyas ruinas fueron descubiertas en 1967.