22 de noviembre 2015
“Los Juegos del Hambre:Sinsajo - Parte 2” es el único estreno en la cartelera de cine de esta semana. Es una movida apropiadamente totalitaria, en sintonía con la fábula política de las novelas de Suzanne Collins. La película es desigual pero tolerable, y en alguna medida, necesaria para los que hemos seguido la serie. Necesitamos un desenlace para la historia de Katniss Everdeen, la joven convertida en símbolo de sometimiento y rebelión en un futuro alegórico. Como su antecesora inmediata, esta llena de peso muerto, menoscabando cualquier impacto. La producción es sólida, y Jennifer Lawrence siempre es interesante, pero no lo suficiente como justificar la existencia de dos filmes, cuando con uno habría bastado.
La recién llegados no tienen nada que ver aquí. Es una continuación, en el sentido más literal de la palabra. No creo que valga la pena que invierta mas de seis horas de su tiempo en ponerse al día, sólo para tener el privilegio de lucha por un asiento con las multitudes que se agolpan en el cine. Entonces, ¿que puede hacer usted para recibir su cuota semanal de entretenimiento audiovisual? Tres nuevas series en línea están aquí para salvarlo. Es difícil asignarles una calificación. Dos de ellas se estrenaron el viernes, y apenas he visto el primer capítulo de cada una. Sin embargo, con lo que vi, basta para recomendarle probar los episodios pilotos. No se asuste si quema con ellas todo el fin de semana.
The Man in the High Castle (Amazon Prime): Imagine que el Tercer Reich hubiera triunfado en la II Guerra Mundial. Esa es la premisa de esta serie de 10 capítulos. La acción se desarrolla en los Estados Unidos, divididos en tres territorios: la costa este le pertenece a Alemania, la costa oeste al imperio de Japón. En el centro, una franja de “tierra independiente” alberga a una incipiente resistencia. En Alemania, Hitler sucumbe a los efectos del mal de Parkinson, mientras una sorda lucha de poder por la sucesión. Eso imprime un sentido de urgencia a las acciones de un extenso grupos de personajes: Juliana Crain (Alexa Dávalos) sigue los pasos de su hermanastra asesinada; su novio Frank (Rupert Evans) oculta su identidad judía mientras trata de producir arte moderno etiquetado como “degenerado” por el sistema; John Smith (Rufus Sewell) es un alto oficial nazi cazando rebeldes en las calles de Nueva York; Joe Blake (Luke Kleintank) es un joven idealista, reclutado para llevar un cargamento secreto a líderes de la resistencia; Nobosuke Tagomi (Cary-Hiroyuki Tagawa) es un alto funcionario imperial tratando de impedir la implosión de la alianza. La acción se desarrolla en los años 60s. La estética reconocible está en constante tensión con lo foráneo: en un filme de propaganda, se despliega la bandera norteamericana, con una gran swastika donde deberían estar las estrellas. Para nosotros, existe otro nivel de siniestra diversión en este espejo distorsionado: un rótulo en Times Square ensalza “el bien común”. La serie es producida por Ridley Scott, basada en una novela de Phillip K. Dick, el mismo autor que inspiró su filme clásico de ciencia ficción “Blade Runner” (1982).
Jessica Jones (Netflix): la nueva serie de Marvel confirma que la televisión episódica es el mejor vehículo para darle vida a los comics. Kristyn Ritter interpreta al personaje titular, una investigadora privada merodeando en las calles de Hell’s Kitchen, el mismo vecindario newyorkino donde habita “Daredevil”. La trama adopta las convenciones del film noir, con elementos fantásticos que se funden en la artificiosa realidad que los personajes habitan. Jessica toma casos mundanos: entregar requerimientos judiciales a malandrines elusivos, o encontrar a una universitaria desaparecida. No parece, pero posee súper poderes que le permiten levantar un vehículo con una mano - el gesto es escenificado con inusual sutileza. Un trauma en su pasado la ha convertido en una alcohólica destructiva, esta conectado con un villano todo-poderoso. La serie es atípica al poner a un personaje femenino en el centro de la acción, centrando el conflicto principal en violencia de genero. El sexo es franco, la violencia es gráfica y chocante, las mujeres tienen poder, y al menos una de ellas es reconocida como lesbiana. Marvel infantiliza cada vez más sus producciones cinematográficas, pero reserva el enfoque adulto para la pantalla chica.
Master of None (Netflix): el comediante Aziz Ansari es el creador y protagonista de esta serie cómica, centrada en la vida sentimental y profesional de un hombre joven, no muy diferente a él mismo. Ansari interpreta a Dev, hijo de migrantes indios, navegando las complicaciones románticas y profesionales de la vida moderna en Nueva York. Lo que la hace extraordinaria, es su preocupación latente con las diferencias culturales entre generaciones, y la asimilación de los ciudadanos de primera generación. También acomete los problemas de representación de etnias diferentes en el cine y la televisión. Dev es un actor de color, tratando de triunfar en una industria dominada por hombres blancos. El tono del humor nunca es combativo ni estridente, dejando que lo absurdo de la situación se ponga en evidencia por si mismo