22 de noviembre 2015
Buenos Aires.- Los primeros sondeos de boca de urna anunciados este domingo en Argentina tras el cierre de los colegios electorales apuntan un triunfo del candidato opositor, Mauricio Macri, líder de la alianza Cambiemos.
Los sondeos, elaborados con encuestas realizadas en los colegios electorales, indican únicamente la tendencia y no arrojan porcentaje de votos por la veda electoral que rige en el país hasta la divulgación de los primeros resultados oficiales provisionales.
Macri partía como favorito en las encuestas frente a Daniel Scioli, del gobernante Frente para la Victoria. Ambos fueron los más votados en la primera vuelta electoral, el pasado 25 de octubre, en la que Scioli se impuso por un 37 por ciento de votos, tres puntos sobre Macri. Pero ninguno logró entonces el 45 por ciento o el 40 más diez puntos de diferencia contemplados en la legislación argentina para alzarse con la Presidencia en primera vuelta.
Según las autoridades electorales, la jornada transcurrió con normalidad, con un índice de participación del 74 por ciento. El ganador de estas elecciones tomará posesión del cargo el próximo 10 de diciembre, tras doce años de gobiernos kirchneristas.
"Estamos muy felices con los resultados, pero tenemos que ir paso a paso", afirmó hoy Marcos Peña, mano derecha del candidato opositor, Mauricio Macri, favorito en los primeros sondeos de boca de urna en las elecciones presidenciales argentinas.
"Estamos muy felices con lo que ha pasado hoy en Argentina. Queríamos venir a dar un mensaje de alegría", dijo Peña ante los cientos de simpatizantes reunidos ya en el búnker de la alianza Cambiemos a la espera de los resultados oficiales.
A pesar de la euforia del equipo de Macri, Peña apuntó que "la elección no termina hasta que las actas estén entregadas" y subrayó que "tenemos que ir paso a paso".
"Estamos felices de haber participado en una jornada histórica en Argentina", dijo por su parte Ernesto Sanz, líder de la Unión Cívica Radical, aliada de Propuesta Republicana, el partido de Macri, en Cambiemos.
"Argentina ya no será igual a partir de esta noche", insistió ante los militantes, que recibieron al equipo del candidato al grito de "Mauricio presidente".
Scioli llama a esperar resultados oficiales
Alberto Pérez, el jefe de campaña del candidato a la Presidencia argentina Daniel Scioli, afirmó que hoy "ganó la democracia" y llamó a esperar a los resultados oficiales, tras conocerse los primeros sondeos a pie de urna, que apuntan a una victoria del conservador Mauricio Macri.
"Ganó la democracia, en pocas horas vamos a poder saber quién es el próximo presidente", manifestó Pérez, en la primera intervención del equipo de campaña oficialista, desde el búnker del kirchnerista Frente para la Victoria (FpV).
Ante los primeros datos de sondeos a boca de urna, que apuntan a una victoria del conservador Mauricio Macri, el jefe de campaña de Scioli llamó a "esperar a los resultados oficiales" y pidió respeto para los que aún trabajan en los colegios electorales.
"Vemos que hay apuro en algunos lados, es lógico, tengamos en cuenta que los fiscales todavía están en las escuelas", recalcó.
Pérez dijo sentir una "gran satisfacción" por la "jornada democrática vivida hoy", el primer balotaje presidencial de la historia de Argentina.
"No ha habido a lo largo y a lo ancho del país un hecho que tengamos que lamentar", destacó.
Cierre de la "era K"
Argentina vive su última jornada de reflexión antes de la segunda vuelta de las presidenciales en la que se medirán este domingo el conservador Mauricio Macri, de la alianza opositora Cambiemos, y el oficialista Daniel Scioli y que pondrá fin a la llamada "era K" tras 12 años de kirchnerismo en el poder.
El futuro va a ser el que quieran los argentinos y el que definan los argentinos con memoria y con la certeza de que nada es para siempre
— Cristina Kirchner (@CFKArgentina) November 22, 2015
Favorito en las encuestas, Macri se presenta como el candidato del "desarrollismo del siglo XXI" con el aval de su gestión de ocho años al frente de la alcaldía de la ciudad de Buenos Aires y el reciente triunfo de su candidata, María Eugenia Vidal, en la provincia de Buenos Aires, principal distrito electoral del país, gobernado durante cerca de 30 años por el peronismo.
Scioli, del gobernante Frente para la Victoria, acumula una larga carrera política forjada con gestiones peronistas de las más distintas tendencias y con una experiencia de dos mandatos en el Gobierno de la provincia de Buenos Aires.
Ambos tienen mucho en común, como su origen acomodado, su paso por el mundo del deporte antes de saltar a la política y su talante moderado, aunque han desarrollado estrategias muy diferentes en su camino a la Casa Rosada, con la vista puesta en captar el voto de los indecisos, entre un 4 % y un 11 %, según distintas consultoras.
Macri, que en la primera vuelta electoral, el pasado 25 de octubre, se alzó con un 34 % de votos, apenas 3 puntos por debajo de Scioli, ha logrado en el último mes revertir la tendencia y colocarse a la cabeza de todos los sondeos con una innovadora campaña basada en el mensaje del cambio, en el contacto personal y las redes sociales.
La llamada "revolución de la alegría" de Macri ha contrastado con la "campaña del miedo" de Scioli, centrada en denunciar presuntos planes de ajuste del líder de Cambiemos y en apelar al voto para conservar los logros del "modelo kirchnerista", en especial la millonaria partida en subsidios y ayudas sociales.
Enredado entre las promesas de continuidad y el cambio que demanda buena parte de la sociedad argentina, Scioli ha tenido que enfrentar además el "fuego amigo" del kirchnerismo y de un peronismo dividido y sacudido por la derrota en la provincia de Buenos Aires, su tradicional bastión electoral.
Los dardos entre ambos candidatos se multiplicaron en la recta final de la campaña, salpicada por la polémica provocada por un comentario del asesor de cabecera de Macri y estratega político, Jaime Durán Barba, que apuntó que el papa Francisco "no mueve ni diez votos" en la elección.
Un comentario que Scioli aprovechó en su cierre de campaña y del que Macri se ha tenido que desmarcar públicamente.
El ganador del domingo recibirá una pesada herencia del kirchnerismo, con una economía estancada, tasas de inflación superiores al 25 % según organismos independientes, una cuarta parte de la población por debajo del umbral de la pobreza y un rosario de causas pendientes por corrupción que involucran incluso al vicepresidente saliente del Gobierno, Amado Boudou.
Si Macri gana afrontará, además, el reto de asegurar la gobernabilidad con el antecedente de que ningún gabinete no peronista ha logrado terminar su mandato en los periodos previstos durante los últimos 70 años.
Si el vencedor es Scioli, tendrá que enfrentar los desafíos del nuevo gobierno y tratar de liderar y aglutinar a un peronismo dividido.
Unos 32 millones de argentinos están convocados mañana a las urnas en las más de 90.000 mesas de votación repartidas por todo el país, en donde más de 100.000 miembros de la Policía y las Fuerzas Armadas brindarán seguridad en los comicios.
Decenas de miles de fiscales velarán por la transparencia de una jornada que, según las autoridades electorales, arrojará los primeros resultados provisionales alrededor de dos horas después el cierre de las urnas.
El ganador de las presidenciales asumirá el cargo el próximo 10 de diciembre, aunque, a partir de mañana, Argentina dejará atrás la era K que estrenó el fallecido expresidente Néstor Kirchner en 2003 y que continuó su esposa, Cristina Fernández, con sus triunfos en las elecciones de 2007 y 2011.