14 de noviembre 2015
La embajada de Francia en Nicaragua, al igual que el resto de intereses galos a lo largo del planeta, tiene “instrucciones de reforzar la seguridad de todas nuestras instalaciones. Las del extranjero en particular. Debemos redoblar la vigilancia puesto que estas cosas pueden suceder en cualquier momento y cualquier lugar”, aseguró el embajador francés en Managua, Frédéric Basaguren, quien definió los atentado que se cobraron la vida de 129 personas el viernes como "actos de pura barbarie".
“Esto (la barbarie terrorista en París) es un acto de guerra, como ha dicho el presidente de la República. Son atentados de gran amplitud, que están coordinados y planificados como actos de guerra, y han suscitado una condena unánime”, añadió el diplomático.
A su juicio, el encontrarse en América Latina, una zona del planeta que es más un espectador que un protagonista en la guerra contra el terrorismo, no implica que se pueda bajar la guardia, pues “no se puede estimar si el riesgo es mayor o menor. Sólo se puede suponer, pero al ver la amplitud de los atentados, no se puede descartar ninguna posibilidad”.
Audios y videos del Estado Islámico, colgados en la web, han tratado de justificar los ataques, al presentarlos como una represalia por el involucramiento de las fuerzas aéreas francesas en el bombardeo de las posiciones del ISIS, y prometer que seguirán golpeando a la ciudadanía francesa, mientras el gobierno galo no se aparte de la coalición que los ataca.
Para Basaguren “nada puede justificar lo que ha sucedido. Nada lo puede justificar. Son actos de pura barbarie. Matar personas inocentes va en contra de todos los valores humanistas, y no hay ninguna justificación a tales actos. Lo único que se puede hacer es condenarlos de la manera más enérgica posible”.
No confundir terroristas con musulmanes
Aunque admite que “no se puede saber”, cómo acabará esa guerra, “es necesario que todos los países del mundo se solidaricen y unan sus esfuerzos para luchar contra estos movimientos que son realmente de pura barbarie. Se necesita una gran unidad de la comunidad internacional contra esto”, insistió.
La agencia EFE reporta que los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea y los líderes de las instituciones comunitarias aseguraron en Bruselas que harán “todo lo posible a nivel europeo para derrotar al extremismo, el terrorismo y el odio”, tras los atentados en París.
“El bien es más fuerte que el mal. Todo lo que pueda hacerse a nivel de la Unión Europea para que Francia esté segura, se hará. Haremos lo que sea necesario para derrotar al extremismo, al terrorismo y al odio”, señalaron en una declaración conjunta.
Pensando en las comunidades musulmanas que habitan la nación gala, el embajador dijo que “todas las poblaciones en Francia, sea cual fuere su religión, son todos franceses y todos merecen respeto. Es cierto que puede haber algunos individuos radicalizados, y ellos deben ser combatidos, pero no queremos confundir a los terroristas con los musulmanes”.
Basaguren recordó que “las autoridades de las comunidades musulmanas han condenado estos atentados horribles”.
En efecto, el gran jeque de Al Azhar, la institución más prestigiosa del islam suní, Ahmed al Tayeb, dijo en una conferencia islámica internacional que se celebra en la ciudad egipcia de Luxor, que esos actos son “caóticos y absurdos, perpetrados en nombre de la religión”, y añadió que “el islam es inocente”, por lo que llamó a una cooperación internacional eficaz para repeler “este ogro rabioso del terrorismo”.
Por su parte, el gran muftí de Egipto -la máxima autoridad musulmana del país-, Shauqi Alam, también condenó los ataques. Los musulmanes en todas partes del mundo consideran esos actos terroristas una acción criminal que contradice los preceptos religiosos y humanos, y merecen las máximas penas en la vida y en el otro mundo”, subrayó.
[destacado titulo="Ciudad Luz vive sus momentos más oscuros"]
Lucía Menéndez
París.- Casi 24 horas después de los atentados que golpearon París y que costaron la vida a al menos 127 personas, la ciudad siguió consternada, con los principales centros turísticos cerrados, las calles y el metro prácticamente vacíos y los comercios casi invisibles.
Tristeza era lo que se reflejaba en los rostros de las pocas personas que viajaban en los vagones de metro de una ciudad en estado de shock.
Excepcionalmente, la Torre Eiffel, icono de la capital francesa, se encontraba cerrada y los escasos turistas merodeaban por la zona, desubicados.
Pocas personas deambulaban por la Plaza del Trocadero, entre policías y militares, y en las inmediaciones de la Torre había algunos autobuses vacíos aparcados. “Lo nunca visto”, según los vendedores callejeros.
El horror vivido anoche en París se sigue respirando en las calles, tras el asalto a una de las zonas de fiesta más concurridas en las proximidades de la plaza Republique y bastante cerca de la redacción del semanario satírico “Charlie Hebdo”, blanco de otro ataque terrorista el pasado enero.
En la entrada del Louvre, un cartel indica “por razón de duelo nacional decretado por el Presidente de la República, el museo permanece cerrado”.
Los comercios y cafeterías que no tenían las persianas bajadas estaban prácticamente vacías, las cadenas de comida rápida desiertas, y en los pasillos del metro de algunas estaciones reinaba un silencio sepulcral.
Un París a cámara lenta reflejo del “día después”. Una ciudad que despierta del horror aún estancada, y a la que por una vez no se le puede aplicar el apelativo de “Ciudad Luz”. EFE [/destacado]