22 de septiembre 2015
Una alianza entre la nicaragüense The Mortgage Store y la californiana LFC, puso a nuestro país en el mapa internacional de las subastas electrónicas de propiedades, lo que abre nuevas posibilidades tanto para quienes quieren vender una propiedad, como para quienes se dedican al negocio de bienes raíces.
La ‘Tienda de Hipotecas’, como también es conocida la empresa en español, es propiedad de Eddy Marín Ruiz, un nicaragüense hijo del exilio de los años 80, que regresa a instalarse al país 35 años después, para ofrecer un servicio que ya existe en muchas otras partes del mundo, y ayuda a poner en contacto a compradores y vendedores.
El emprendedor explica que la misión de su empresa es establecer una base de datos sobre propiedades en venta en Nicaragua para compartirla con LFC, para que ésta pueda sacarlas a subasta entre su amplia base de compradores, domiciliados principalmente en Estados Unidos, aunque su clientela puede ubicarse a lo largo y ancho del globo terrestre.
“LFC está en el negocio de subasta de propiedades desde hace 35 años, y los últimos diez, las hemos efectuado únicamente en línea. Hemos representado a The Coca Cola Company, Deustche Bank y Trump Organization”, explicó William W. Lange, Presidente de LFC.
La meta inicial de la Tienda de Hipotecas es sacar a subasta unas 300 propiedades de todo el país, aunque es evidente que la demanda es mayor en la zona suroriental del territorio, especialmente en las de mayor interés turístico. “Tenemos propiedades en Ometepe, Managua, San Juan del Sur, Gran Pacífica y varios desarrollos nuevos en las costas del país”, explicó Marín.
Una vez que una propiedad se inscribe en el sistema, los abogados de la Tienda de Hipotecas investigan la historia registral de la misma, aunque reconocen que es mejor si el comprador contrata un abogado para que realice sus propias diligencias.
Lo siguiente es efectuar una labor de mercadeo para buscar clientes interesados dentro y fuera del país (Marín refiere que desde www.fre.com el sitio web que usa LFC para efectuar las subastas, han podido encontrar compradores en sitios tan distantes como España, Dubai e Inglaterra), y proceder a la subasta propiamente dicha. “La experiencia muestra que 45 días es el tiempo apropiado para efectuar la subasta”, explicó.
Los compradores que decidan entrar en la puja, deben ofrecer un depósito del 2% del valor inicial de la propiedad, como garantía de que si ganan, realmente comprarán la propiedad. El vendedor por su parte, establece un precio secreto de reserva (un mínimo), debajo del cual no puede haber negociación… a menos que él cambie de parecer, si es que los compradores no se acercan a ese precio.
Una vez cerrada la puja, el sistema informa al ganador y a los perdedores, a los que permite efectuar nuevas ofertas, lo que termina beneficiando al vendedor. Lange mostró cómo eso permitió, por ejemplo, que una propiedad que había recibido una oferta de US$335,000 terminara vendiéndose en US$375,000 al ampliarse las pujas.
Marín hizo énfasis que su empresa no pretende sacar del mercado a los corredores de bienes raíces, sino ofrecerles una plataforma en la que ellos mismos puedan colocar las propiedades que les han sido confiadas para su venta. La comisión, que corre por cuenta del comprador, puede llegar a ser del 5%.