16 de septiembre 2015
Con el auge del Internet, la mayoría de los consumidores han transformado sus hábitos de compra y el uso que dan a las herramientas tecnológicas. Éstas últimas se han convertido en un recurso vital para la toma de decisiones al momento de comprar y es por eso que las empresas deben mantener procesos dinámicos que mejoren la relación cliente-empresa.
El proceso de transformación digital requiere la aplicación de herramientas tecnológicas para mejorar el rendimiento, productividad y competitividad de los negocios. Este enfoque ha tomado mayor importancia para ejecutivos o directivos en los últimos años, puesto que el mercado se ha hecho más competitivo. La gran mayoría se ha propuesto como meta utilizar estrategias que permitan modernizar sistemas, procesos, análisis y toma de decisiones a corto y largo plazo.
Hoy día, existen cuatro tendencias digitales en boga: La nube, movilidad, el big data y las redes sociales. Sin embargo, la adopción de cada una requiere un proceso interno de reorganización y demanda también repensar el modelo de negocio tradicional.
La teoría de quienes “adoptan tempranamente” la tecnología plantea que sólo el cambio cultural es capaz de propiciar cambios sustanciales dentro de las organizaciones. Es claro que lo “digital” llegó para quedarse, pero es bueno preguntarnos: ¿hasta dónde hemos dimensionado las características de esta nueva visión?
En el mundo de los negocios se persiguen objetivos básicos como eficiencia y reducción de costos. Pero la transformación digital permite desarrollar nuevas líneas de negocios para generar mayor utilidad dentro de las empresas. Esto implica una trasformación necesaria, añadiendo canales de comunicación para satisfacer rápidamente la demanda de los clientes.
Temas como la gestión de servicio al cliente, la innovación en nuevos servicios y productos o la mejora de los que ya existen están marcando las directrices a seguir en todos los mercados, sin importar la industria o giro de negocios. Todos estos elementos tienen cabida dentro de la transformación que venimos describiendo.
¿Cuáles son los retos?
Uno de los principales que enfrentan las empresas es asumir con un alto nivel de compromiso con los cambios que devienen de este proceso y la definición de las capacidades empresariales básicas para afrontarlo. No es posible imaginar la implementación de nuevas tecnologías sin el cambio de mentalidad, el comportamiento organizacional o las culturas operacionales.
Una transformación digital exitosa no proviene directamente de la aplicación de nuevas tecnologías, sino del cambio dentro de las organizaciones y del aprovechamiento de las oportunidades que el mundo moderno ofrece. También depende en gran medida del impulso de la alta gerencia o directivos para liderar este proceso. Estas iniciativas deben estar alineadas con la propuesta de valor hacia los clientes. Puede incluso requerir un cambio en las funciones de cada área dentro de la organización.
El liderazgo es esencial. Va más allá de las herramientas, se pretende involucrar a la gente que opera los cambios y regula los procesos.Todo proceso de innovación debe ser cíclico, y no lineal como tradicionalmente se concibió, es por ello que se requiere de un enfoque en la arquitectura de los procesos y políticas de las organizaciones.
Es importante que las empresas asuman el reto de ir accediendo gradualmente al mundo digital. Es vital, además, que la organización en sí promueva la cultura de la innovación en todos sus niveles y no pierdan de vista que el objetivo estratégico es siempre asumir cambios que en definitiva mejoren la percepción del cliente.