6 de agosto 2015
Una sencilla mochila, equipada con una tableta, un pequeño panel solar y una lámpara flexible, podría hacer la diferencia para los habitantes de zonas remotas como Waslala (RAAS) o Tola (Rivas), en donde los servicios médicos escasean y la infraestructura educativa es incipiente. Este producto, que todavía es un prototipo, fue creado por Verónica Bucardo, propietaria de Textiles Iko Imagen, una empresa que se ha convertido en referencia para la banca empresarial nicaragüense.
En una nueva edición de Cuentas Claras, dedicada a la innovación, la joven explicó que con esta mochila pretende facilitar la comunicación entre los líderes comunitarios y los médicos que laboran en zonas urbanas, pues la misma estaría conectada a Internet las 24 horas. Por su parte, los estudiantes del campo podrían utilizarla para hacer sus tareas durante la noche, momento en que carecen de energía eléctrica para estudiar con comodidad.
Bucardo aseguró que el desarrollo de su proyecto le ha tomado cinco años, el mismo período que su pequeña empresa ha estado presente en el mercado. Recientemente, la mochila solar compitió como una de las mejores ideas tecnológicas en el concurso mundial “TECH-I”, del organismo Innovación Global a través de la Ciencia y la Tecnología (GIST). En esta competencia, que requería la votación de los nicaragüenses para quedar entre los primeros lugares, la iniciativa de la joven no logró pasar a las semifinales y no pudo conseguir los fondos para replicar el prototipo y lanzarlo al mercado.
Pero esta emprendedora no se rinde. Mediante los bolsos de alta calidad que vende para que la banca nacional traslade valores y chequeras de un punto a otro, Bucardo está recogiendo un porcentaje de las ganancias, mismas que destinará a impulsar su proyecto tecnológico. El apoyo de personas y empresas que estén interesadas en el proyecto también será necesario para quien fue nombrada Empresaria Joven del Año 2014, por el Consejo Superior de la Empresa Privada (COSEP). Aunque el producto no se venderá para el momento en que ella lo tenía estimado, sabe que con perseverancia lo logrará.
La apuesta por la moda ecológica
Sergio Salmerón utiliza lo que consideramos basura para elaborar los accesorios que componen la marca EkoGlam. Este emprendedor, originario de Bluefields y quien cuenta con una maestría en Diseño Sostenible, combina la moda ecológica con el rescate de la cultura nicaragüense para crear diseños versátiles juveniles. Cada una de sus piezas son elaboradas de manera artesanal y aunque contrata artesanos para realizar el trabajo, se involucra en la elaboración de cada producto.
Salmerón lamentó el escaso apoyo económico que reciben los diseñadores por parte de la banca nacional o el sector privado. Criticó que no existen lugares en donde empresarios como él puedan mostrar su catálogo para poder conseguir préstamos y sacar colecciones cada cierto tiempo. En su caso, ha tenido que invertir un pequeño monto de su propio bolsillo para lanzar una colección, venderla y con lo que recoge sacar la siguiente serie de productos.
A pesar de las limitantes, el joven ha logrado promover a través de redes sociales varias colecciones de moda sostenible. Las pulseras hechas a base de tiras de cuero y piezas recicladas son las que más destacan dentro de sus accesorios para hombres. “Cada pieza lleva un nombre en Miskito, está inspirada en una región del país y es elaborada por artesanos de Matagalpa y Masaya. En Managua aplico detalles más personalizados”, explica quien vende sus creaciones por encargo en una tienda de diseñadores nacionales llamada Código 505.
Rosibel Cruz vende sus productos en la misma tienda que Salmerón. La diferencia entre ambos emprendedores es que ella elabora carteras, portabotellas y accesorios para el hogar utilizando envolturas plásticas de galletas nacionales. Colecciones Valentina, la marca que engloba dichas creaciones, apunta específicamente al turista internacional que está dispuesto a pagar por un producto hecho con materiales reciclados. Gracias a un concurso de Technoserve, consiguió el financiamiento necesario para adquirir máquinas industriales que agilicen procesos de producción.
La empresaria indica que su empresa lleva dos años de operar en el mercado. Además de conseguir pequeños apoyos financieros a través de concursos organizados por el sector privado, desarrolló “Tejiendo Cambios”, un programa de capacitación en técnica artesanal para madres solteras que solían recolectar basura en La Chureca. Para ella, la clave del éxito radica en compartir ideas no sólo con emprendedores como ella, sino con personas que necesitan aprender nuevos oficios para mejorar su calidad de vida.
Colecciones Valentina está dando los primeros pasos para exportar en el futuro. Se constituyó legalmente como una empresa nacional y ahora busca la manera de exportar sus productos a nivel internacional. Con la manipulación de envolturas de snacks, chocolates, café y galletas, Rosibel pretende demostrar que el reciclaje puede convertirse en una moda y también en una fuente de trabajo para los nicas de escasos recursos.