23 de julio 2015
Cuatro de nueve oficiales se confesaron culpables este jueves por el delito de homicidio imprudente en el caso de la masacre de las Jagüitas, en un juicio calificado por las víctimas como una “farsa, el fracaso del Estado de derecho”.
La jueza Alia Dominga Ampié, del tribunal cuarto local Penal, anunció que emitirá una sentencia el miércoles 29 de julio, al final de una audiencia marcada por los reclamos de justicia de los familiares de las víctimas.
El capitán Zacarías Salgado, el jefe del operativo antidrogas que terminó con la muerte de dos niños y una joven, dos infantes y dos adultos heridos, pidió perdón a la familia y dijo que servía en una institución que nació del seno del pueblo y no para dañarlo.
Sin embargo, la madre de los niños, Yelka Ramírez, les dijo uno a uno a los oficiales que no creía en la justicia y que a cada uno de ellos les llegaría la justicia divina. “Ustedes no tienen conciencia, ¿quién me devolverá a mis hijos?”, dijo frente a los medios de comunicación. "No pidan perdón, a cada uno de ustedes les llegará la justicia divina", afirmó Ramírez.
Está pendiente que la jueza imponga la sanción, pero en todo caso el delito más grave es el de homicidio imprudente penado en el código penal con penas entre uno y cuatro años y los abogados defensores están pidiendo que se cumpla el delito mayor y no los cuatro por los que la Fiscalía acusó: homicidio imprudente, lesiones imprudentes, daños y exposición de personas al peligro. Según el relato de la Fiscalía, los policías no dispararon con intención de matar a la familia Reyes Ramírez.
El acto de imprudencia ocurrió cuando el capitán Salgado intentó detener el carro donde viajaban las víctimas y los oficiales, creyendo que había sido accidentado, dispararon. Al juicio se presentó el inspector general de la Fiscalía, Douglas Vargas, ex capitán de la Policía, y el comisionado general Juan Ramón Gámez, actual jefe de la Dirección de Auxilio Judicial (DAJ).