28 de diciembre 2019
El año está por terminar y con ello finaliza una década turbulenta para la ciudadanía nicaragüense. Un ciclo marcado por las promesas de megaproyectos, protestas ciudadanas y represión. Es por esta razón que PxMolina, caricaturista de CONFIDENCIAL, seleccionó diez de sus dibujos que muestran la historia de Nicaragua en los últimos diez años.
Las caricaturas que mostramos a continuación "no quieren ser ni las más populares, ni las mejor dibujadas", precisó Molina, pero "por alguna razón siguen teniendo vigencia" apuntó el autor.
2019
El año que finaliza, se caracterizó por la continuidad de la represión. Luego de la peor masacre en la historia reciente de Nicaragua, el régimen de Daniel Ortega continuó reprimiendo a la ciudadanía, centenares de manifestantes fueron reos de conciencia mientras los simpatizantes del Frente Sandinista, que gozan de impunidad total, agredieron, amenazaron y hostigaron a los opositores.
2018
El 2018 fue el año de la Rebelión de Abril. La demanda de justicia y democracia de la ciudadanía se escuchó en cada rincón de Nicaragua, la protesta autoconvocada molestó tanto al régimen que Rosario Murillo, vicepresidenta y esposa del dictador, pasó de recitar el santoral católico en sus alocuciones diarias a proclamar insultos y toda clase de epítetos en contra de la población.
2017
El fraude electoral del año 2017 permitió a Daniel Ortega ser nombrado presidente para un tercer periodo consecutivo. Ortega no solo se robó las elecciones sino que obtuvo control absoluto en la Asamblea Nacional. De igual forma, instituciones como la Policía y el Ejército --señalados de corrupción-- se mostraron leales al régimen.
2016
Desde que Daniel Ortega retomó la presidencia, en el año 2007, dejó clara su intención de perpetuarse en el poder y para el año 2016 ya tenía control absoluto de los poderes del Estado. El Poder Electoral contaba los votos según convenía a Ortega, la Asamblea Nacional legislaba según las directrices del partido y la Corte Suprema de Justicia emitía sentencias judiciales que solo se explicaban desde una óptica partidaria.
2015
La propaganda gubernamental de una Nicaragua "cristiana, socialista y solidaria" caló tanto en la sociedad que fanáticos del régimen, pastores evangélicos y hasta sacerdotes católicos, vitorearon durante muchos años el uso de la simbología de la iglesia para fines políticos.
2014
Para 2014 los fanáticos de Ortega ya gozaban de impunidad total. "Daba lo mismo que fueran narcos, asesinos, tomatierras, violadores, ladrones o familiares de los mismos... Mientra pudieran ofrecer algo a "la familia" (gobernante) no tenían de qué preocuparse", explica Molina. Uno de los casos más recordados fue el de Milton González, a quien la Policía detuvo con una pesa, cinco proyectiles y un paquete con 1,569.12 gramos de cocaína, pero un día después, al enterarse que el supuesto dealer era hermano del campeón mundial Román "Chocolatito" González, el sistema judicial nicaragüense convirtió la cocaína en talco.
2013
Este fue un año marcado por la promesa de un canal interoceánico que sacaría a Nicaragua de la pobreza, la aprobación de una ley que --entre otras cosas-- entrega la ciudadanía nicaragüense al concesionario del megaproyecto, las protestas de miles de campesinos que vieron la amenaza de expropiación de sus tierras y el inicio de la brutal represión en contra de la ciudadanía.
2012
Luego de las elecciones generales de 2011, en las que Ortega se proclamó ganador, líderes del Frente Sandinista persiguieron, asesinaron y le sacaron los intestinos a tres miembros de una familia en la comunidad El Carrizo, en el municipio de Cusmapa, ya que estos eran miembros del Partido Liberal Independiente y días antes habían reclamado sus cédulas de identidad. La matanza conmocionó a todo el país, pero la justicia orteguista dictó ridículas penas de tres años de prisión.
2011
El modelo de alianza entre el Gobierno y el Consejo Superior de la Empresa Privada (Cosep) fue aplaudido durante muchos años por la patronal de este país. Bajo ese consenso los empresarios aprobaron leyes, se repartieron exoneraciones y Ortega obtuvo el respaldo que necesitaba para mantener la economía a flote. La ciudadanía tuvo que conformarse con "las buenas noticias".
2010
Durante la última década las protestas, preguntas de la prensa independiente o las denuncias de la ciudadanía fueron calificadas por el orteguismo como "intentos de golpe". Los operadores de la dictadura repitieron tanto el discurso que diez años después terminaron creyéndolo. En 2018, cuando la población autoconvocada salió a la calle a reclamar justicia y democracia, el régimen retomó su discurso del "intento de golpe", discurso que se repite todos los días pero que no han logrado probar.