26 de diciembre 2019
Un reporte periodístico del New York Times sobre la huelga de hambre en Masaya de los familiares de presos políticos, publicado este jueves, detalla las agresiones que sufrió la periodista Frances Robles, corresponsal de ese rotativo en Centroamérica, mientras reporteaba en Nicaragua. Robles fue atacada dos veces por partidarios de Daniel Ortega en presencia de la Policía, sin que los oficiales intervinieran para detener la agresión.
El reportaje, que comienza describiendo el ambiente tenso en la ciudad de Masaya, contrasta la propaganda gubernamental de que “Nicaragua es el país más seguro de Centroamérica” con la realidad que se vive en ese departamento. “Nicaragua está lejos de ser segura: al informar sobre el asedio a la iglesia, fui asaltada dos días seguidos”, escribió Robles.
Luego la reportera describe las agresiones sufridas: “La primera vez fue un golpe rápido de una mujer enojada por que le tomaran una fotografía. Un día después, una multitud de activistas del partido del Frente Sandinista que se habían reunido afuera de la capilla (San Miguel) me rodearon, me empujaron al suelo e intentaron quitarme el teléfono. Entonces alguien rompió un adoquín a través del parabrisas de mi auto alquilado mientras yo huía”.
En 30 años que llevo ejerciendo el periodismo, nunca me habían agredido. Hoy fue la primera vez, cuando estaba sentada afuera de una iglesia en Masaya, Nicaragua, esperando una procesión religiosa y los grupos pro-gubernamentales intentaron impedir la cobertura. pic.twitter.com/0sq9i97pEc
— Frances Robles (@FrancesRobles) November 22, 2019
“La Policía, que estaba presente, no intervino”, explica Robles.
Las agresiones contra la reportera no sólo fueron ocasionadas por fanáticos del régimen. Ocho días después del segundo ataque, el tráfico estuvo cerrado por dos cuadras y decenas de policías se alinearon afuera del templo de San Miguel. La Policía no permitió la entrada de nadie, pero dijeron que los manifestantes eran bienvenidos en cualquier momento, Robles intentó acercarse al templo y un oficial de la Policía la increpó.
"No vayas a escribir en tu cuaderno que los encerramos adentro", dijo un oficial de policía. "Si quieren salir, pueden salir. Luego me ordenó que me fuera". escribió la reportera del New York Times.
Las agresiones a Robles son una muestra de la impunidad con que operan los fanáticos del orteguismo, quienes cobijados con el eslogan gubernamental "con la paz no se juega" recetan plomo y palo a quienes protestan o --como en el caso de Robles-- informan sobre la realidad que incomoda al régimen.
Un informe de la Fundación Violeta Barrios de Chamorro reportó 328 violaciones a la libertad de prensa solo en el trimestre de julio a septiembre de este año. Este resultado evidencia que las agresiones y hostigamientos contra el periodismo independiente en Nicaragua no cesan.