28 de noviembre 2019
La excanciller de Ecuador, María Fernanda Espinosa Garcés, se perfila como la candidata de los países del ALBA para destronar al uruguayo Luis Almagro, de la Secretaría General de la Organización de Estados Americanos (OEA). La diplomática ecuatoriana es una admiradora de la Revolución Popular Sandinista, y considera a la primera dama y vicepresidenta de Nicaragua, Rosario Murillo, “un ejemplo” para las mujeres latinoamericanas.
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El diplomático para el cargo de secretario general será elegido el próximo 20 de marzo, durante una Asamblea General —la instancia de más alto nivel de la OEA—, en la que participarán los cancilleres de los 34 países miembros del organismo regional. Cualquier candidato necesita el apoyo de una mayoría simple —18 votos— para ser electo.
Espinosa ya cuenta con el visto bueno de Cuba y Venezuela, así como el apoyo de algunos países de los 14 que integran la Comunidad del Caribe (Caricom), que son parte de la llamada “nomina petrolera venezolana”. Nicaragua todavía no ha expresado una posición oficial, pero se prevé que se alinee a sus socios de la Alianza Bolivariana para América (ALBA). Ocho de las 15 naciones del Caribe se han abstenido o ausentado de las votaciones de la OEA contra el régimen orteguista.
Sin apoyo de sus países
Generalmente son los países de la OEA quienes presentan a sus candidatos, pero en el caso de Almagro y Espinosa, los Gobiernos de Uruguay y Ecuador, respectivamente, han anunciado inicialmente que no apoyan las postulaciones de sus ciudadanos.
El Ministerio de Exteriores de Ecuador reiteró este miércoles que respaldará a Almagro, según información de agencias cablegráficas. “La candidatura de la señora María Fernanda Espinosa se gestiona de manera individual”, señaló un comunicado de la Cancillería ecuatoriana.
Junto con Ecuador, Estados Unidos y Colombia han expresado abiertamente su apoyo hacia Almagro. Falta por conocer la postura del llamado Grupo de Lima —Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Costa Rica, Guatemala, Honduras, México, Panamá, Guyana, Santa Lucía, Paraguay y Perú.
Los aspirantes tienen hasta el próximo 15 de diciembre para presentar su postulación. La candidatura de Espinosa fue anunciada por el embajador de Antigua y Barbuda en la OEA, Ronald Sanders, quien explicó que su Gobierno —parte del ALBA— la apoya porque considera que Almagro ha sido una “figura divisiva” en la organización.
“Después de los 71 años de vida de la OEA, existe el sentimiento de que sería bueno que una mujer con la experiencia y la creatividad de Espinosa ocupara la Secretaría General”, afirmó Sanders.
Representa el ala izquierdista
Durante el Gobierno de Rafael Correa (2007-2017), Espinosa fue ministra de Exteriores (2007); Patrimonio Humano (2009-2012); y de Defensa (2012-2014). En la actual administración del presidente Lenín Moreno, la diplomática fue canciller entre mayo de 2017 y junio de 2018, tiempo en el cual se identificó con el ala más izquierdista del Estado, y fue criticada por sus posturas “ambiguas” ante la crisis venezolana.
“La Constitución (de Ecuador) habla claramente de la no injerencia en los asuntos internos de otros Estados. No injerencia no es indiferencia”, dijo en enero de 2018, la entonces canciller ecuatoriana, quien añadió que Ecuador “no da clases de democracia a terceros”.
Ya en el cargo de canciller, Espinosa visitó Nicaragua como invitada al acto central del 38 aniversario de la Revolución Popular Sandinista, el 19 de julio de 2017. Durante su intervención, rindió “homenaje a la valentía de todos los hombres y mujeres” que construyeron la “revolución sandinista”.
“Esta revolución permitió que América Latina siga soñando y construyendo el sendero de libertad”, agregó.
La canciller tuvo palabras de agradecimiento y admiración hacia la primera dama nicaragüense, Rosario Murillo, de quien refirió: “Es un ejemplo para las mujeres de América Latina”, según videos de su discurso.
Salida honrosa
La agencia Efe describió que la imagen de Espinosa como representante del Ejecutivo de Correa —con quien Moreno ya se había enemistado— la hizo impopular en círculos conservadores, por lo que surgieron numerosas peticiones para que fuera apartada de la titularidad del Ministerio de Relaciones Exteriores.
Esas peticiones se intensificaron cuando se dio a conocer su gestión para poner fin al asilo de Julian Assange en la embajada de Ecuador en Londres. En diciembre de 2017, Espinosa nacionalizó ecuatoriano a Assange —según denuncias en la Asamblea Nacional, de forma irregular— y le ofreció un cargo diplomático para poder sacarlo de Gran Bretaña, iniciativa que se topó con la negativa de Londres a dejarlo salir sin detenerle.
El escándalo acabó salpicando a la excanciller, a la que se buscó una salida honrosa del Gobierno. De esa forma, en el verano de 2018 Espinosa fue postulada y elegida como presidenta de la Asamblea General de las Naciones Unidas, convirtiéndose en la primera latinoamericana en ocupar el cargo. El mandato se le acabó en septiembre pasado.
La elección de Espinosa en la ONU —que fue secreta— no estuvo alejada de controversias, ya que dividió a los países latinoamericanos, entre los que apoyaron a la excanciller ecuatoriana y los que respaldaron a la diplomática hondureña Mary Elizabeth Flores Flake, actual embajadora de Honduras ante la ONU.