20 de noviembre 2019
Un día después que la Catedral de Managua fuera profanada por turbas del orteguismo, la vicepresidenta Rosario Murillo la emprendió contra la iglesia católica de Nicaragua. “En el nombre de Dios declaramos, ratificamos, que estos manipuladores no pudieron ni podrán”, amenazó.
El discurso de Murillo se da en un nuevo contexto de ataques directos a la iglesia que no se miraban desde julio de 2018 cuando los templos católicos fueron invadidos por paramilitares y turbas del Gobierno en Carazo, Masaya, Matagalpa y Managua y golpearon a obispos y sacerdotes como agredieron al padre Rodolfo López y a Sor Arelys Guzmán, el lunes pasado, cuando invadieron la Catedral Metropolitana, el centro religioso católico más importante del país.
“Urgimos a esos sectores religiosos manipulados, que cumplan con su rol pastoral, según el mandato del santo padre, el papa Francisco. Les urgimos a abandonar caminos que siembran odio, separación y división, y les urgimos a acompañar con convicción, como corresponde, caminos de esperanza, de reconciliación y de Unidad de todos”, dijo la número dos de la dictadura Ortega-Murillo en su acostumbrada intervención de todos los días en los medios oficiales.
Murillo la emprendió contra la iglesia, horas después de que la Conferencia Episcopal de Nicaragua emitiera un comunicado condenando la profanación de la Catedral de Managua, ordenada por la dictadura a sus bases el lunes, luego de que siete madres de presos políticos se declararan en huelga de hambre en ese templo, para exigir a Ortega la liberación de sus hijos.
+++Comunicado de la Conferencia Episcopal de Nicaragua+++ pic.twitter.com/FZG08jyNkC
— Arquidiócesismanagua (@arquimanagua) November 19, 2019
“Esos sectores religiosos tienen la oportunidad histórica de reivindicar su función pastoral, de promover la vida en valores cristianos, y en unión familiar y comunitaria. Las Iglesias deben optar por la Justicia social, por los pobres, para que dejen de ser pobres, dejando atrás el ignominioso y trágico espectáculo del año pasado, cuando capitalistas salvajes, ateos, y personajes anti-Familia, en alianza satánica, quisieron acabar con nuestros valores y con nuestros modos de vida”, expresó Murillo.
Asedio a otras iglesias
En Catarina Masaya, en la parroquia Santa Catalina de Alejandría, los feligreses fueron rodeados por paramilitares, turbas y policías de la dictadura que los mantuvieron en zozobra.
El ex reo político Wilmer Gaitán, fue nuevamente detenido por la dictadura y salvajemente golpeado por la policía orteguista al momento de la detención, según reportaron pobladores de Catarina.
#ReporteCiudadano |
Población de Catarina sale a procesión con bandera de Nicaragua. Minutos después llegaron decenas de policías y turbas motorizadas a intimidar. pic.twitter.com/8fdd1WgGMc— Yader Luna (@Lunacero) November 20, 2019
“Solo es intimidación”, dijo a CONFIDENCIAL el sacerdote de Catarina Jairo Velásquez. “Estamos en el contexto del novenario a la santa patrona y la celebramos de casa en casa y hoy nos estaban esperando afuera dos camionetas con policías y antimotines”, denunció el religioso antes de la captura de Gaitán.
En Ocotal, las parroquias de San Agustín y La Asunción, también sufrieron acoso. Policías y paramilitares rodearon los templos mientras se celebraban las misas.
Madres a salvo de las turbas
En Managua, las turbas desalojaron la Catedral Metropolitana a las cuatro de la tarde después de una mediación del Gobierno con la Nunciatura.
Las negociaciones comenzaron desde el lunes en la tarde cuando paramilitares, policías y turbas se tomaron el templo, según un religioso que pidió anonimato porque no estaba autorizado para hablar.
“Ellos pusieron como condición que abandonarían el templo solo si las madres que llegaron a Catedral a su huelga de hambre eran desalojadas”, dijo la fuente. “Y como las madres no estaban dispuestas a irse, las negociaciones fueron muy tensas”.
Fue hasta el martes en la tarde que un sector de la iglesia convenció a las madres para que abandonaran la Catedral que las turbas liberaron las instalaciones.
“La Arquidiócesis de Managua informa a todo el pueblo de Dios, que la tarde de este martes 19 de noviembre las madres y personas que habían iniciado una huelga de hambre en las instalaciones de Catedral de Managua se retiraron, estas personas salieron en un vehículo facilitado por le Cruz Roja Nicaragüense, acompañados por el padre Luis Herrera, Rector de Catedral”, dijo la institución en un comunicado.
Entregan a representante del Vaticano
La Arquidiócesis informó que el grupo de personas que se había tomado el templo, lo entregó a monseñor Andrea Piccioni, Secretario de la Nunciatura Apostólica y al padre Boanerges Carballo, delegado del cardenal Leopoldo Brenes.
“El señor arzobispo y el clero arquidiocesano continúan pendientes y haciendo todas las gestiones necesarias sobre lo que acontece en la parroquia San Miguel Arcángel en Masaya, principalmente tratando de preservar la vida del padre Edwin Román y las personas que se encuentran con él”, dijo la Arquidiócesis en su comunicado.
En Masaya el padre Román, junto a nueve madres e huelga de hambre pidiendo libertad para sus hijos reos de conciencia; dos ex presos políticos y una abogada, continúan cercados por la Policía en una iglesia, sin luz eléctrica, agua potable, y medicinas.
Desde el jueves pasado que las madres anunciaron su huelga de hambre, a la iglesia le cortaron el agua, la luz y la Policía no permite que nadie entre ni salga.
Este martes, un grupo de estudiantes de la jesuita Universidad Centroamericana (UCA) protestaron dentro del recinto en solidaridad con las madres en huelga y el padre Román, pidiendo la libertad de los presos políticos y en solidaridad con la Iglesia.
En cuanto la Policía se percató de las protestas, se hizo presente y sostuvo un forcejeo con varios estudiantes que desde dentro del recinto trataron que los uniformados no ingresaran ni violaran más la autonomía universitaria.
El forcejeo no pasó a más y los estudiantes vaciaron botellas de agua encima de policías anti motines como un símbolo de protesta por los jóvenes opositores acusados el lunes por supuesto tráfico de armas, cuyo único delito fue llevar agua a las madres en huelga en Masaya.