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Alba Generación: el negocio voraz de Daniel Ortega

Las plantas térmicas de Albanisa gozan de onerosos contratos de la dictadura, pese al bajo rendimiento y efectos de las sanciones de Estados Unidos

Las plantas térmicas de Alba Generación gozan de onerosos contratos de la dictadura

Confidencial Digital

18 de noviembre 2019

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El negocio de la generación y distribución de la energía eléctrica en Nicaragua ha dejado cientos de millones de dólares al régimen de Daniel Ortega, a través de las plantas térmicas de Alba Generación, la rama del amplio conglomerado de Alba de Nicaragua S.A. (Albanisa), con la cual controla alrededor del 50% del mercado de la generación energética. Siendo juez y parte en cada etapa del proceso del suministro (generación, transmisión, distribución y ente regulador), el Gobierno se ha recetado generosos contratos en los que se paga los mejores precios por potencia instalada, según confirma esta investigación de CONFIDENCIAL, que tuvo acceso a los contratos de las generadoras de Albanisa.

En la última década, solamente por el pago de potencia de las plantas Che Guevara, Albanisa, la empresa binacional tutelada por la familia Ortega - Murillo, se embolsó más de 345 millones de dólares. Este pago que no se ha reducido aun cuando tras las sanciones de Estados Unidos al conglomerado de Albanisa, en enero de 2019, estas redujeron casi tres veces su generación, pasando de un promedio de 15 565.35 megavatios por hora en el primer trimestre de 2018 a un promedio de 5 754.22 entre enero y marzo de este año, según los datos del Instituto Nicaragüense de Energía (INE), que no se actualizan desde ese entonces.

Las dificultades del sector energético por la crisis sociopolítica tras la masacre orteguista contra la Rebelión de Abril y las consecuencias de los errores gubernamentales en la planificación de la matriz energética nacional tampoco frenan la voracidad de la dictadura que, para mantener sus ganancias, traslada el costo a los nicaragüenses, condenados a pagar una de las tarifas más altas en Centroamérica, con un incremento permanente que este año superará el 20% de la factura.

Un negocio millonario

En 2007, Daniel Ortega regresó a la Presidencia, tras un año de apagones de ocho horas al día. Su Gobierno traía bajo el brazo la promesa de rescatar a Nicaragua de la “oscuridad de los gobiernos neoliberales” con un contrato de la cooperación venezolana. El primer acto oficial de Ortega, tras su toma de posesión, fue la firma de ese contrato con su homólogo ya fallecido Hugo Chávez. Con la excusa perfecta y el petróleo de la cooperación venezolana, Ortega fundó un consorcio administrado por personas de su círculo de confianza más íntimo para instalar un conjunto de plantas generadoras ineficientes y costosas.

Hugo Chávez saluda a Daniel Ortega durante la toma de posesión del mandatario sandinista en Managua. Archivo/Confidencial

Hugo Chávez saluda a Daniel Ortega durante la toma de posesión del mandatario sandinista en Managua. Archivo | Confidencial


Alba Generación abarca tres plantas térmicas: la Hugo Chávez, las Che Guevara (nueve en la actualidad) y la Planta MAN. Además, tiene el parque eólico Alba Vientos. Las plantas térmicas son las que generan más ganancias, porque reciben pagos por su potencia instalada (que es un pago fijo) y por su generación.

La experta en temas energéticos, Patricia Rodríguez, explica que las plantas generadoras se clasifican entre aquellas que suministran energía y potencia, y las que solo suministran energía. Se necesita de ambas para garantizar la generación energética, y las mejores para dar energía y potencia son las generadoras a base de petróleo, las geotérmicas, de biomasa e hidroeléctricas de embalse; mientras las hidroeléctricas a filo de agua, eólicas y solares solo dan energía, pero no potencia firme.

En Nicaragua, se les paga potencia a todas las plantas térmicas, que incluye a las de Alba Generación, y las hidroeléctricas de embalse, que son: Larreynaga, Hidropantasma, la Centroamérica y Carlos Fonseca.

De todas las plantas, las mejores pagadas son las térmicas de Alba Generación, que reciben un monto mensual superior a los 14 dólares por kilovatio hora, equivalentes a unos 14 000 dólares por megavatios. En el caso de las generadoras privadas —Censa, Corinto y Tipitapa— el pago por potencia anda por los 10.25 dólares por kilovatio hora, es decir, unos 10 250 dólares por megavatios.

El pago de la potencia a cada planta es independiente de su generación final, de manera que este gasto es un pago fijo que asumen los consumidores nicaragüenses.

Las plantas Che Guevara: USD 34.5 millones al año

De acuerdo a copias de los contratos de las plantas de Alba Generación, obtenidas por CONFIDENCIAL, las nueve plantas Che Guevara tienen dos tipos de tarifas por kilovatios hora: 14.7352 dólares y 14.0352 dólares, que convertidos a megavatios serían: 14 735.2 dólares y 14 035 dólares, respectivamente.

La distribuidora de energía Disnorte-Dissur tiene contratados 100 megavatios con cada precio, por lo que las plantas Che Guevara obtienen dos pagos mensuales: uno de 1 473 520 dólares y otro de 1 403 520 dólares, para un total de 2 877 040 dólares por 200 megavatios solo de potencia instalada, que no incluye el pago por la generación específica, que es un pago aparte. Así, solo esta generadora vinculada al régimen, se embolsa al año un total de 34 524 480 dólares, sin importar si genera o no toda esa energía por la cual se le paga según su oneroso contrato.

Una de las plantas eléctrica Che Guevara, ubicada sobre la Carretera Norte, en Managua. // Foto: Mapio.net

Las Che Guevara funcionan desde 2009, por lo que en la última década se habrán embolsado más de 345 millones de dólares por el pago de potencia.

Datos publicados por el Instituto Nicaragüense de Energía (INE) revelan que desde el inicio de 2019, las plantas Che Guevara han disminuido su generación. En enero, generaron 7 437.06 megavatios y para marzo ya habían bajado a 4 139.92 megavatios. Cifras, además, que son menos de un tercio de su promedio generado en el primer trimestre de 2018. Las cifras de la generación de las plantas Che Guevara podrían continuar en picada o haberse recuperado, pero es imposible saberlo porque, desde marzo de 2019, el INE no ha vuelto a publicar datos sobre la generación energética. Además, los contratos con las plantas del régimen han sido eliminados de los sitios web del INE y del Ministerio de Energía y Minas (MEM).

La caída en la generación coincide con las sanciones de Estados Unidos en contra del conglomerado de Albanisa, en el que también participa la sancionada Petróleos de Venezuela S.A., (Pdvsa). Fuentes del sector, que conocen los detalles de la generación, afirmaron a CONFIDENCIAL que el régimen redujo el funcionamiento de las Che Guevara, que igual mantiene su ganancia fija por potencia instalada, e incrementó el de la planta MAN, que recibe un precio más alto, aunque es un claro ejemplo del fracaso de la planificación orteguista en la matriz de la generación energética.

Planta MAN: el precio más alto

La planta MAN, localizada en Los Brasiles, es la más reciente de las generadoras del régimen que ha entrado en funcionamiento, y esto le ha permitido recibir un mejor pago que las demás. Con un precio de 14.9599 dólares por kilovatio, que equivalen a unos 14 959.9 dólares por megavatio, esta planta recibe un pago por una potencia de 140 megavatios —que es su capacidad instalada—, aunque en realidad solo genera unos 70 megavatios al mes. Bajo esta favorable fórmula, la planta MAN obtiene unos 2 094 386 dólares al mes, que equivalen a 25 132 632 dólares al año.

Los datos del INE, publicados hasta marzo, confirman que las plantas del régimen reciben pagos extras por su potencia instalada, aunque su capacidad efectiva o real sea menor, como el caso de la planta MAN, cuya capacidad real es de 119.17 megavatios, aunque le pagan más por su supuesta capacidad instalada y en la práctica solo genera la mitad.

Daniel y Chico

Daniel Ortega en Venezuela. Atrás, el vicepresidente de Albanisa y tesorero del FSLN, Francisco "Chico" López. Confidencial | Cortesía

Plantas de Alba Generación: ¿Las más deficientes?

Las plantas de Alba Generación tampoco se distinguen por su eficiencia. Los contratos, en poder de CONFIDENCIAL, muestran que la eficiencia de las plantas Che Guevara es de 15.70 kilovatios hora por galón; mientras, la planta MAN tiene una eficiencia de 16.60 kilovatios hora por galón.

Una fuente del sector indicó a CONFIDENCIAL que la eficiencia real de la planta MAN supera los 17 kilovatios hora por galón, lo que significa que obtiene otra gran ventaja frente a las demás plantas, porque logra más ganancias por el pago de la energía que entrega.

Las generadoras más eficientes del sistema son Corinto y Tipitapa Power, que generan a un ritmo superior a los 17 kilovatios horas por galón de búnker. En esta medición, los expertos excluyen a la planta Hugo Chávez, que funciona a base de diésel, que es un combustible mucho más caro que el búnker.

Basados en datos del Centro Nacional de Despacho de Carga (CNDC), según la fuente, en 2018 la planta MAN generó 397 059 240 kilovatios hora, para lo que utilizó 22 892 374.8 galones de búnker, logrando una eficiencia de 17.37 kilovatios hora por galón.

Al tener una eficiencia mayor a la contratada con la distribuidora Disnorte-Dissur, la planta MAN se queda con el ahorro de combustible, que supuestamente gastó en la generación de energía.

La fuente calcula que esta generadora obtuvo unos 1.8 millones dólares adicionales, ya que se quedó con parte del pago del combustible que recibe.

César Zamora

César Zamora, gerente de país de la empresa IC Power y actual presidente de la Cámara de la Energía de Nicaragua. // Foto: Archivo | Carlos Herrera | Confidencial

El presidente de la Cámara de Energía de Nicaragua (CEN), César Zamora Hinojos, afirma que las plantas de Alba Generación últimamente no están generando mucho. “Ellos tienen casi 500 megavatios de capacidad instalada, aunque la real andará por casi 170 megas, entonces están siendo subutilizados”, detalla.

Según Zamora, Albanisa representa alrededor del 20% de la demanda del país, aunque “siendo los más grandes, no son los que más energía entregan”.

Contrataciones sesgadas

El ingeniero eléctrico, Fernando Bárcenas, exfuncionario de la distribuidora de energía eléctrica en el Gobierno de Enrique Bolaños, critica que es un “desastre” como las plantas más eficientes que tiene Nicaragua hayan sido contratadas en 1998 —el caso de Corinto y Tipitapa—, porque esto demuestra que las contrataciones que vinieron después fueron “malas” o “sesgadas”.

“El costo de la energía va a ser tanto mejor como mayor sea la eficiencia que obtenga, y será más caro cuando la eficiencia sea menor”, apostilló, dado que los consumidores son quienes pagan el búnker que se usa en la generación, otro gasto que influye en la factura eléctrica.

Según los especialistas, esos pagos extras a las empresas del régimen evitan una posible disminución o un congelamiento de la tarifa energética a los nicaragüenses.

“La tarifa nunca va a bajar mientras tengamos esos contratos, que fueron como un 'penalti' sin portero. El que lo falla es baboso y estos (dictadura) no son babosos”, comparó la experta Patricia Rodríguez.

Bárcenas cuestiona que, si se paga potencia, se espera que se genere "el montón de energía”, pero cuando se paga ese costo y la planta está parada es un "desastre" para los usuarios, aunque no para el desarrollador del proyecto, porque a este "le funciona” el negocio.

distribuidora de energía en Nicaragua

Nicaragua tiene uno de los costos más alto de la energía eléctrica en Centroamérica. Carlos Herrera/Confidencial

El pago de potencia se da por los costos fijos del inversionista, mientras que el pago de energía se refiere a los costos variables en que incurre al generar, precisa el ingeniero eléctrico.

Ejemplificó que en el caso de la planta Che Guevara —a la que se pagan más de dos millones de dólares mensuales por potencia— solo genera el 8% de su capacidad. “Esta situación obliga a contratar otra planta que genere con un factor de planta superior y pagarle también los costos fijos”.

Rodríguez sostiene que se deberían renegociar los contratos con esas plantas, pues “quien puso la inversión, ya la recuperó”. Además, para mantener sus costos de generación no necesitan los precios que se les pagan. “Se tienen —afirma— que recalcular los precios y poner los justos y adecuados”.


Colusión y tráfico de influencias en los contratos

Se practica "tráfico de influencias para beneficiar a estas empresas", sostiene investigadora.

Albanisa

La sede de Albanisa en Managua. Carlos Herrera/Confidencial

Los contratos con las plantas de Alba Generación violan los principios de eficiencia, libre competencia y debido proceso, confirma la investigadora especializada en la fiscalización de contrataciones y ejecución presupuestaria, Dayra Valle, de la organización Transparencia Nicaragua.

La elección de estas generadoras, valora, muestra un criterio de “arbitrariedad”, ya que se busca producir utilidades para esas empresas, aun a costa del bolsillo de los consumidores. “¿Por qué se les paga a ellos, cuando otros nos pueden dar mejores condiciones?”, cuestiona.

Además, Valle critica que la renovación de los contratos no permite conocer qué otros generadores “podrían estar dando un mejor servicio”.

Sostiene que las instituciones gubernamentales no son “eficientes” porque permiten el pago de potencia de unas máquinas que pasan parqueadas la mayoría del tiempo.

También detalla que se viola el criterio de libre competencia, porque se beneficia a un proveedor en relación a otros, incumpliendo con el debido proceso, que manda a poner a todos los proveedores en igualdad de condiciones y que presenten sus condicionalidades.

“Lamentablemente acá lo que ha primado son los intereses. A todas luces hay un tema de colusión, pero también de tráfico de influencias para beneficiar a estas empresas”, subraya.

Según Valle, en esos contratos se han cometido faltas, que se pueden perseguir penal y civilmente. “Hemos pagado mucho más por un servicio, y hasta por no hacer nada”, reclama.

“Nuestro Código Penal establece tipificación de delitos para funcionarios públicos que han estado coludidos para la intervención de estos actos, pero también la persecución de privados que han ejercido perjuicio al Estado, coludidos con funcionarios”, afirma.


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