29 de octubre 2019
La decisión del Banco Central de Nicaragua (BCN), anunciada este lunes, frenando la tasa de devaluación de la moneda nacional con respecto al dólar, pasándola del 5% al 3% anual, tomó por sorpresa a los economistas, que se preguntan cuál es la verdadera intención detrás de esa medida de política económica.
“Me sorprende que tomen una decisión como esa en estas circunstancias, porque el efecto que van a lograr es quitar un incentivo a las exportaciones”, dijo el economista Pedro Belli, mientras que su colega Mario Arana opina que “no está claro por qué se hace, con qué objetivo, y por qué ahora”.
La medida, que fue tomada en el seno del Consejo Directivo del BCN, entrará en vigencia a partir del 1 de noviembre de 2019, y tendrá efecto sobre una serie de actividades, principalmente las importaciones y exportaciones, pero también, y de manera más sensible, sobre las pensiones de los jubilados, que administra el Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS).
“Acaban de reducir la expresión en córdobas del pago de pensiones. En parte están logrando lo que buscaban con la retención del 5% a los jubilados en la reforma de abril de 2018”, dijo a CONFIDENCIAL un economista que estudia la situación financiera del Instituto, y que pidió no ser identificado por temor a represalias.
Por Ley, el 1 de noviembre de cada año, las pensiones a jubilados deben reajustarse al mismo porcentaje que la tasa de deslizamiento del córdoba con respecto al dólar estadounidense, lo que significa que el ajuste que recibirán los jubilados será solo del 3%, en vez del 5%.
Datos contenidos en el proyecto de Presupuesto General de la República 2020, indican que el número de pensiones otorgadas a jubilados crecerá en 19 779 en 2020, después de haberse incrementado en solo 16 395 en 2019, y que el costo asociado a toda esa masa de pensionados, pasará de 17 473 en 2018, a 19 947 en 2019 y a 22 815 en 2020.
Expresado en términos porcentuales, eso significa que, mientras el número de pensionados creció en 6.3% en 2019 y crecerá 7.2% en 2020, la ingeniería financiera efectuada por el Gobierno, logrará contener el costo de esas pensiones, que crecerá 14.2% en este año, y solo 14.4% en el venidero.
Abaratar costo de la deuda
La decisión del BCN tiene serias consecuencias a nivel macro, tal como dijera el economista Belli quien explica que, normalmente la devaluación se hace para mantener la competitividad del país, pues premia al exportador (al darle más córdobas por los dólares que consigue al vender en el mercado internacional) a la vez que castiga las importaciones, volviéndolas más caras.
La devaluación de la moneda también ayuda a los exportadores, porque el deslizamiento les sirve para compensar el costo de la inflación.
En principio esta medida puede constituirse en “un estímulo para importar, y dinamizar el comercio”, dice Belli, mientras augura que tendrá un efecto positivo sobre los sueldos y salarios de quienes ganan en córdobas”, al abaratar, aunque sea parcialmente, el precio de las importaciones.
Arana reconoce esa posibilidad, pero también menciona otra, al señalar que este año “el ritmo de la inflación es mayor que en 2018, y el peso fundamental de ese aumento está en los alimentos”.
Gráficos del BCN muestran que, al mes de agosto de 2019, la inflación acumulada más que duplica la observada un año antes, al llegar a 4.03%, después de haber marcado 1.66% un año antes, y 2.37% en agosto 2017.
A su juicio esa presión se explica por el mayor costo de la energía, del agua, de la seguridad social, y del incremento de los costos de producción asociados a la reforma tributaria, “que impacta a insumos de diferentes productos”
“Es una presión de costos internos, y la política del BCN asume que, como esta economía depende fuertemente de los componentes importados para su desarrollo, logrará una reducción de precios” al abaratar las importaciones, y que esa reducción será mayor que el incremento de los costos, esperando así lograr un efecto sobre la inflación.
“Es una apuesta un poco aventurada, porque estamos en la parte del año en que la inflación tiende a verse presionada por el aumento de liquidez en la economía, así que este no era el momento idóneo”, aseguró.
Un elemento adicional tiene que ver con la posibilidad de reducir el impacto del pago de la deuda en general, porque a partir de noviembre se necesitarán menos córdobas para comprar dólares para pagar esa deuda, tal como explica Arana, aunque eso se ve parcialmente contrarrestado por el hecho que, al disminuir el costo de las importaciones, también se reducirá el monto de las recaudaciones tributarias que provienen de esa fuente, tal como lo explica Belli.
Al final, “el costo de que este no sea el momento apropiado para aplicar esa decisión, y de que no haya habido suficiente preparación para aplicarla, es que las exportaciones del país pierden competitividad. Ojalá que no sea así”, ruega Arana, que también es director de la Asociación de Productores y Exportadores de Nicaragua, (APEN).